A todo gas 2

Hace más de un año, con la salida de DS en marzo de 2005, apareció un título de carreras proveniente de una franquicia nueva de Ubisoft, Asphalt: Urban GT. Se trataba en realidad de una conversión de un juego para N-Gage que venía de la mano de Gameloft, pero dada la íntima relación que tienen ambas compañías francesas se llevó a la nueva portátil de Nintendo.

Se trataba de un arcade que bebía de diversas fuentes y ofrecía un completo modo carrera, denominado Evolución, en el que íbamos superando diversas pruebas, adquiriendo nuevos vehículos y mejorando los que ya poseíamos o modificándolos a nuestro gusto según algunas plantillas fijas. Gráficamente era idéntico a la versión de N-Gage, pero mostraba una mayor fluidez gracias la superior potencia de la consola y se mejoraba el campo de vision al tener una pantalla horizontal y mas grande.

En noviembre de 2005, Gameloft repetía en la plataforma de Nokia lanzando una cuestionada segunda parte de Asphalt, puesto que rompía varios de los principios del sistema de juego original pareciendo un título completamente distinto más que una continuación. Llegó cargado de novedades que iban desde los modos de juego hasta el control de los vehículos, las cuales no agradaron a todos los seguidores pero encantaron a muchos otros.

Todo hacía pensar que DS recibiría de nuevo una conversión de este título, pues realmente necesita juegos de carreras al ser uno de los géneros más pobres de la consola si no tenemos en cuenta Mario Kart. Pero fue pasando el tiempo y parecía que Asphalt 2 no aparecía finalmente en la Doble Pantalla y de hecho, ha sido necesario un año para poder verla finalmente. Sin embargo, estos doce meses no han servido para añadir contenido adicional y nos encontramos con exactamente el mismo juego que apareció en N-Gage.

Mejores gráficos, mayor espectacularidad, altas velocidades, derrapes, choques increíbles, persecuciones y una grandísima cantidad de licencias son los ingredientes que se han usado para cocinarlo. Pasamos a contaros nuestro análisis sobre este arcade de conducción.

Seguimos encontrado un gran colorido característico de la serie y que difiere mucho de otras paletas más oscuras o realistas que encontramos en títulos del mismo género. El modelado de los vehículos cumple perfectamente y su parecido con los modelos reales está muy conseguido, pero las texturas quedan un poco por debajo y podemos llegar a encontrar pixelación incluso a grandes velocidades, defecto que normalmente queda disimulado de este modo.

Los efectos de Nitro, reflejos en el coche, roces con otros vehículos y similares han sido mejorados, lo cual se puede percibir desde el primer momento. También se han cuidado los pequeños detalles, dotando a las ciudades de multitud de elementos decorativos que consiguen que el acabado final apruebe con nota. Y a esto hay que sumar la gran ambientación de los menús de la mano de las Pussycat Dolls.

La banda sonora no se queda únicamente ahí, pues el resto de melodías escogidas, siguiendo un estilo similar al de la canción principal, consiguen ambientar perfectamente el juego y sugieren subir el volumen de la música y bajar el de los efectos, que son algo más pobres, para apreciarlas mejor.

La única pero importante sorpresa con la que nos encontramos en esta versión de Asphalt 2 es el capítulo de voces, puesto que han sido dobladas pese a que esto no ocurría en N-Gage, donde las escuchábamos en inglés. Así que los mensajes de ánimo cuando finalizamos una carrera en primer lugar o los de los policías tratando de detenernos las tendremos en perfecto castellano. La única pega es que tienen menos variedad que la versión original y a la larga resultan algo repetitivas.

El número de licencias incluidas en esta ocasión es superior al de la anterior entrega, cuyo número ya era bastante alto, superando hogadamente la treintena de marcas tan importantes como Mercedes Benz, VolsWagen, Aston Martin o Lamborghini entre muchas otras. La principal novedad en este aspecto es la presencia de motos, puesto que en el Asphalt original únicamente aparecía una como premio al completar todos los modos.

Una de las cuestiones que afectan a esta título al ser herencia de N-Gage, es en los circuitos incluidos. Gameloft realizó Asphalt 2 con un presupuesto bastante bajo puesto que la portátil de Nokia estaba en las últimas y reutilizó gran parte del material del original. Y esto, en cuanto a licencias o gráficos no supone un gran problema, pero cuando llegamos a ver las pistas con las que cuenta este título, encontramos que se han vuelto a usar varias de las ya realizadas como Nueva York o París. Finalmente se han incluido alrededor de una quincena que se pueden recorrer en ambos sentidos, algo que consideramos aceptable aunque no sobresaliente, pero con el gran inconveniente de falta de novedades que afectará a los que ya disfrutaron de la primera entrega.

El modo Arcade reúne varios tipos de carreras, concretamente cinco, sencilla, contrarreloj, persecución, caza y eliminación. Los tres últimos, al igual que la mayoría de los vehículos, están bloqueados y lo vamos consiguiendo acumulando dinero y ganando. Persecución consiste en meternos en el papel de un policía y tratar de detener al mayor número de infractores posibles antes de que termine el tiempo, aunque cada vez que cogemos uno éste aumenta ligeramente. Por el contrario, en Caza tenemos que librarnos de las embestidas de los agentes con un número limitado de vidas.

Evolución permite conseguir la colección completa de licencias incluidas en el juego superando diversos niveles. Está dividido en competiciones bajo un denominador común, como puede ser un tipo de vehículo, y hemos de ir superando una por una. Así mismo, cada competición cuenta con varios campeonatos diferentes en los que sólo puede participar una serie de vehículos ya predefinidos. Finalmente, en cada campeonato encontramos varias pruebas a completar como pueden ser carreras normales, eliminatorias o radares, que consisten pasar por un punto de un circuito a una determinada velocidad. Según vamos ganando podemos abrir nuevos campeonatos y recibimos premios como nuevos coches o motos, o dinero con los que poder comprar algunos más y también mejoras mecánicas o cambios de aspecto visual.

Podemos jugar con hasta cuatro amigos por Wi-Fi, pero es imprescindible que todos ellos tengan una tarjeta del juego. Consideramos que un año ha sido tiempo más que suficiente para implementar una opción con un solo cartucho aunque ésta no estuviera en la versión de N-Gage y por tanto es un error que debería haber sido subsanado.

Contamos con un nuevo sistema de nitros que consiste en dividirlo en tres fases de progresiva potencia, que requieren apretar el botón para activarlos por tanto ese mismo número de veces para ver cómo cada vez el fuego sale más fuerte de nuestros tubos de escape y volamos a mayor velocidad. Pero literalmente volamos, puesto que al máximo no hay nada que se interponga en nuestro camino. Podemos pasar perfectamente rozando todo el tiempo una pared o llevarnos por delante viéndolos saltar por los aires otros vehículos, incluidos los de nuestros rivales, y en realidad todo consiste en evitar chocarse con algo de frente.

Nada influye en cómo se toma una curva, ni si se entra más abierto o más cerrado, con el nitro activado se pasa de cualquier modo y derrapando a máximo. Es cierto que estamos ante un título que no pretende ser un simulador, pero tiene total ausencia de parecido con la realidad, algo muy distinto a lo que nos presentó en su momento el título original y que por tanto, este cambio puede no ser del agrado de los que lo compraron.

La dificultad resulta demasiado baja en ocasiones y prima poco la habilidad al volante, valorándose mucho más los reflejos a la hora de esquivar cosas como vehículos en dirección contraria, pilares u otros obstáculos que nos harían perder un tiempo precioso de chocar contra ellos. No obstante, si prescindimos de utilizar el turbo, la respuesta sí se asemeja mucho más a lo que se podría esperar de un Asphalt.

La cámara puede resultar un inconveniente en algunos momentos, pues ninguna de las tres que ofrece el juego (trasera, interior y superior) permiten ver siempre correctamente el horizonte, encontrándonos a veces visibilidad nula de lo que viene a continuación. En esto también influyen las luces de los vehículos, puesto que pueden llegar a tapar demasiado y están mal implementadas.

Cuando nos alcanzan, tratan de poenrse a nuestro lado para empujarnos hacia el borde del circuito y de ese modo hacernos chocar con una pared, pero nosotros podemos hacer el proceso inverso y librarnos de los agentes. Pero no resulta tan fácil, puesto que también tendremos que enfrentarnos a un helicóptero con un rayo especial que si se fija sobre nuestro motor puede llegar a detenerlo. Uno de los fallos que hemos encontrado es que en los túneles el rayo atraviesa sin ningún inconveniente, algo nada realista y que se podría haber cuidado algo más.

El uso de circuitos antiguos reciclados hace que finalmente el número de nuevos incluidos esté por debajo de los que ya hubo en la anterior entrega, aunque ahora los recorreremos de un modo distinto debido al nuevo sistema de control. Pero por otro lado, el número de licencias incluidas y la duración del modo Evolución cumplen con nota y nos tomará muchas horas de diversión conseguir todo.

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