¡Una aventura animal!

Para muchos desarrolladores la pequeña portátil de Nintendo está ligeramente obsoleta frente a su hermana mayor o las consolas domésticas pero en el caso de las adaptaciones de películas de animación, pocas son las que se quedan sin su correspondiente cartucho para GBA, siendo normalmente una gran alegría para los más jóvenes, principal público de estos videojuegos.

En esta ocasión, Ubisoft, a través de su estudio de Canadá, nos trae la adaptación de la película Colegas en el Bosque, de Columbia Pictures (subsidiaria de Sony -algo cuanto menos extraño ver su logo junto con el de Nintendo en el mismo juego-). El resultado es, como descubriréis en los siguientes párrafos, un notable título con plataformas y acción en el que manejamos a un cuanto menos peculiar osezno.

Que dura es la libertad

El argumento de Colegas en el Bosque, como su homónima película, nos presenta a Boog, un oso criado por una guardabosques hasta tal punto de ser domesticado. Un día en el que ambos visitan la ciudad, Boog libera a un ciervo muy charlatán con un sólo cuerno llamado Eddy y éste le impulsa a realizar unas pequeñas fechorías que terminan con su liberación en el bosque de Timberline, coincidiendo además con la temporada abierta de caza.

Desde este punto Boog deberá adaptarse a la vida salvaje, a la que no está preparado, venciendo a multitud de cazadores y animales salvajes. La historia es narrada desde el comienzo de la película (algo poco habitual en estas adaptaciones) con las ya casi obligatorias escenas de texto entre los diferentes protagonistas, destacando especialmente las diferentes animaciones, por su gran variedad y puesta en escena.

Cada una de estas fases cuenta con sus respectivos enemigos (normalmente animales y cazadores) y situaciones, además de numerosos puntos de control, jefes de nivel y tres subdivisiones. La duración no es realmente larga llegando a poco más de dos horas pero la posibilidad de elegir entre dos niveles de dificultad (siendo el modo difícil el más recomendable ya que fácil es poco más que un simple paseo) así como la cierta rejugabilidad para conseguir nuevos objetos consigue paliar este pequeño defecto.

La amplia variedad de acciones que puede realizar Boog es uno de los puntos fundamentales del título. Los niveles, de acción horizontal con multitud de caminos y peligros, ofrecen desde los básicos saltos o escaladas, a lugares donde hay que formar una especie de bola para pasar por agujeros o activar ciertos mecanismos. Además, a medida que progresamos, nuestro oso cuenta con la ayuda de ciertos animales que se suman así a su útil mochila y las limitadas bolas de chicle que conseguimos al principio del juego.

En estos momentos, en los que hay que vencer a los diferentes enemigos, es donde el juego ofrece más variedad, pudiendo elegir multitud de proyectiles, ataques o incluso un rugido que puede detenerlos durante unos segundos. Incluso podemos comprar nuevas armas en la tienda de Elliot o mejorarlas, algo fundamental en la modalidad difícil ya que algunos rivales son realmente complicados de superar.

Por otra parte, durante los niveles vamos encontrando una serie de caramelos con los que podemos comprar los objetos y mejoras, los necesarios corazones para restaurar salud así como otros objetos de diferente índole, muchos de ellos muy bien ocultos o en zonas insospechadas, para tener así que volver a los niveles ya superados con algunas nuevas habilidades o armas si bien a la larga el desarrollo se hace ligeramente repetitivo.

Aspectos técnicos

Algo bastante destacable en el aspecto gráfico del juego es la cantidad de animaciones con las que cuenta el protagonista, así como el estilo visual de dibujo animado de la gran mayoría de niveles, con un notable uso de la paleta de colores y ciertos efectos bastante llamativos, como por ejemplo al recibir un impacto de un dardo tranquilizante, que la pantalla se pixela y la música va más lenta.

En cuanto a los diferentes enemigos, muchos de ellos cuentan con animaciones bastante básicas pero suficientemente divertidas (a destacar la de los cazadores, que se impulsan hacia la pantalla una vez abatidos). En el otro lado de la balanza encontramos que la gran mayoría cuentan con diseños muy sencillos y ciertamente repetitivos aunque los coloridos fondos dinámicos y los vibrantes colores lo hacen olvidar fácilmente.

En el aspecto sonoro las melodías son muy similares entre sí y algo cortas mientras que los diferentes sonidos de los animales son muy genéricos en general, repitiéndose hasta la saciedad los escasos gritos de los cazadores y animales. Cierto que pocas adaptaciones de una película de animación han destacado en este aspecto pero se debe trabajar bastante más en ello.