La familia, venida a menos

Medio año separa la versión de PSP y Xbox 360 con la del resto de plataformas. Mientras la adaptación a la consola de Microsoft se ha mantenido al mismo nivel que el original, Mob Wars, título que tenemos ahora entre manos, se ha salido por la tangente, con cambios que no agradarán a todo el mundo.

El Padrino se presentó en sus inicios como un juego con libertad total adaptando la novela y película de Mario Puzo y Francis Ford Coppola, juego en el que podríamos recorrer la ciudad de Nueva York de mitad del siglo pasado, visitando y relacionándonos con todos los personajes de la novela en las distintas localizaciones de la gran ciudad. Hecho que se cumplió en el resto de versiones, pero que no ocurre en PSP.

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Un mundo sin libertad

En efecto, la ausencia de libertad es el mayor lastre para esta adaptación y que como podéis suponer repercute notablemente en el resto de características del juego: Linealidad en cuanto a las misiones e imposibilidad de usar vehículos tanto para desplazarnos o para las propias misiones de conducción que serán reemplazadas por cinemáticas.

Aun con la mayor carencia ya plasmada, será mejor empezar por el principio. El jugador a lo largo de las 19 misiones principales tomará el control sobre Aldo, protagonista del juego, que se verá afectado por la muerte de su padre por una banda rival. Pronto seremos arropados por la gran familia Corleone que nos servirá como medio para nuestra futura venganza personal.

Otra de las características que se incluían en otras versiones y que lamentablemente no encontramos en PSP es la ausencia de edición del personaje y su atuendo. En esta ocasión el protagonista tendrá la fisonomía por defecto y la ropa irá cambiando según ascendamos dentro de la familia.

Y claro...si no podemos movernos por la ciudad en busca de misiones ¿cómo se espera que podamos avanzar en el juego? Pues todo se realizará a través de un menú principal. Desde él podremos acceder a las diferentes misiones de manera secuencial, a las fases de control de territorios, información del personaje, mejora de habilidades, mercado negro para la compra de munición y armas, y también a los extras, que no serán otra cosa que el visionado de los videos previamente desbloqueados.

Las misiones principales del juego, así como las secuencias de video son exactas a versiones anteriores, aunque adaptadas para ésta. Todas las misiones de conducción desaparecen, incluso aquellas importantes en el devenir de la historia. Por ejemplo, las frenéticas misiones en las que tenemos que ir de punta a punta en un periodo de tiempo ya no están disponibles, perdiendo así parte de la poca frescura que ya tenía el título. En su defecto, seremos transportados automáticamente en mitad de cualquier misión a la localización dónde se nos requiera.

Uno más en la familia

Comenzaremos el juego desde la posición más baja dentro de la mafia. Según avancemos en la historia iremos escalando a nuevos puestos, lo que nos permitirá acceder a la mejora de las armas y además nuestro personaje obtendrá nuevas ropas de acuerdo a su posición, en respuesta a la ausencia del editor de prendas.

Como miembros tendremos que aceptar las más variopintas misiones que tendremos que concluir con mucha sangre fría: Extorsionar a personajes hasta lograr que suelten prenda a nuestros intereses o lanzarles desde la azotea de un edificio. Se mantiene también el abanico de ejecuciones especiales para acabar con los enemigos que nos harán conseguir un poco más de respeto.

Guerra de Familias

Como contramedida a la falta de libertad a la hora de desplazarnos, y por ende a la visita de los tinglados de familias rivales, se ha desarrollado un pequeño juego de tablero representando los distintos sectores de la ciudad dónde tendrán lugar las guerras por el control. Este modo de juego se puede hacer paralelamente al modo historia desde el menú principal y está organizado en diferentes fases.

En la primera deberemos comprar mafiosos y colocarlos en alguna zona del territorio que nos pertenezca. Tendremos varios disponibles para contratar sus servicios y que dependiendo de su nivel de respeto defenderán mejor o peor nuestras posesiones en una batalla contra otra familia.

El segundo turno da lugar a una fase de uso de cartas. Al inicio de cada partida se nos darán tres cartas para usar en esta segunda ronda, que nos permitirán entre otras cosas: aumentar el respeto de mafioso, robar cartas a una familia rival, reducir el nivel de policía o venganza de otra banda. Todo esto dando pie a un poco de estrategia dentro del juego.

Acto seguido podremos movernos entre distintas zonas, pero sólo una vez por turno. Bien podremos organizar a los mafiosos en nuestro propio territorio o bien atacar una zona enemiga. Con la última opción entraremos de nuevo en el modo de acción y tendremos que cumplir una pequeña misión en esa nueva localización. Completada la misión, nos haremos con la zona y aumentaremos el nivel de venganza de esa familia sobre la nuestra. Por último llega el turno del resto de familias que pueden llegar a atacarnos y robarnos terrenos, y finalmente la policía hará acto de presencia para intentar calmar la batalla campal.

Jugabilidad

Salvando los cambios previamente  comentados sobre el juego de tablero y la ausencia de libertad, el resto del apartado jugable se mantiene exacto, aunque adaptándolo a las necesidades de la portátil. El mayor problema a la hora de jugar es la cámara que poco ayudará en el transcurso de la acción, quizás por la falta de un segundo stick analógico en la consola. Aun así colocarla de tal forma que podamos jugar tranquilamente es un engorro esquina tras esquina.

El Padrino (Sony PSP)

El sistema de autoapuntado sigue teniendo algun que otro déficit. Se apuntará a enemigos que o bien no nos interesan o bien no suponen un inminente problema a nuestra vida. Otras característica negativa que se sigue heredando de otras versiones es  la IA del enemigo, que en ocasiones roza lo absurdo y que pocas veces hará lo que debería.

Aspecto técnico

Electronics Arts sigue la misma línea que ha hecho con el Padrino de consolas de sobremesa y compatibles. Una ambientación de lujo e interactiva de la ciudad de Nueva York de la época.  El modelo de los personajes y sus expresiones son realmente notables. Las localizaciones también muy trabajadas, aunque algunos escenarios poco importantes se repiten en su estructura.

El Padrino (Sony PSP)

Aun así, encontramos fallos gordos de clipping, con personajes apareciendo y desapareciendo, atravesando puertas e incluso por debajo del nivel del suelo. Comentar el modelado de los vehículos que veremos en pantalla es ridículo porque su aparición es ínfima y de puro atrezo.

Por otra parte el apartado de audio mantiene la calidad de otras versiones. Con un acertado doblaje al castellano y una música de rigor, incluyendo como no podía ser menos el tema principal de la obra maestra del cine de la que bebe directamente este videojuego.

El Padrino (Sony PSP)