Me lo prometiste

El sentimiento de arraigo que manifestamos hacia ciertos títulos del pasado, emblemáticos en nuestro proceso de madurez como videoadictos, es algo único y muy importante para cada persona. Por eso lo retro se cotiza cada vez más en el ebay y la scene sigue trabajando en emuladores de plataformas como Megadrive o SNES para sistemas actuales.

Muchos no tendrán reparos en conservar todas y cada una de las consolas originales, incluso los habrá quienes no conciban jugar a estos títulos fuera de sus sistemas legítimos, pero tener operativas de nueve a diez consolas clásicas es incómodo, poco práctico y puede costarnos más de un disgusto en casa. Además, el sentimiento fetichista no aparece de una generación para otra y precisa el paso de los años para tomar forma. No habrá mucha gente que acepte tener en su sala de estar una Xbox al lado de una 360 por mucho que este próximo año Wii vaya a poner de moda el tándem.
 
SONY -con el permiso de GameBoy- fue la primera en darse cuenta de la importancia de habilitar una retrocompatibilidad de una generación para otra. Kutaragi lo tuvo bastante fácil; cual Salomón plantó directamente el chipset de PSOne en PS2 y alcanzó casi el 100% del catálogo original emulado de forma idéntica. Se ha demostrado una opción cara pero efectiva, aunque Microsoft no la siguió. Su ruptura con Nvidia y la apuesta por su rival directo ATI para el chip gráfico de 360 -el R500- le impidió incluir el corazón de Xbox en su sucesora. Por eso se vió abocada a la opción difícil; desarrollar un emulador por software a la vez que indemnizaba a Nvidia por los derechos de su tecnología.
 
Se puede entender que esto plantea muchas dificultades. Cualquier usuario tradicional de emuladores conoce el lento proceso que se sigue hasta que una plataforma se emula correctamente en otra con su catálogo más representativo. Lo que no hay manera de meterse en la cabeza es cómo con el anuncio tan espectacular que Microsoft hizo en el E3 del año pasado, con la publicidad que le ha dado a esta función de su nueva máquina y con los recursos que ha destinado a este punto, el resultado es tan decepcionante.
 
La consola incluye en su disco duro -requerido inevitablemente- un software que precisa de actualizaciones constantes por Xbox Live para ampliar la lista de títulos pasados que funcionan en 360, aunque ésta crece lenta y tediosamente según los criterios de la compañía. Y es que aunque existen más de 200 juegos-del catálogo de 800 que tiene Xbox- retrocompatibles con 360, la experiencia no está exenta de bugs -fallos en las texturas, pérdidas de frames, saltos en las cinemáticas, desfases de sonido, cuelgues, etc- y todavía se echan en falta muchísimas ausencias destacadas; Panzer Dragoon Orta, OTOGI, Deus EX, Oddworld Stranger, Psychonauts -que sí, que no-, Conker, Project Gotham Racing, Shenmue 2 o DOA Ultimate por citar algunos con los que me he quedado con un palmo de narices al intentarlos jugar en HD. Será que no son "juegos principales". Pero en cambio hay joyas disponibles desde el primer día como Barbie Horse Adventure.
 
La semana pasada se lanzó la cuarta actualización del sistema incluyendo 20 títulos más, muchos totalmente prescindibles. Mediante la dirección backcomp@microsoft.com cualquier usuario puede escribir a la compañía e indicar sus preferencias acerca de cuáles son sus juegos favoritos con la esperanza de que su funcionamiento se habilite lo antes posible... Esta no es forma seria de hacer las cosas. ¿Cuanto más tengo que esperar para disfrutar de Panzer Dragoon Orta en 360? ¿Debería bombardear esa dirección de correo con súplicas como se puede ver en foros americanos al mismo tiempo que no pierdo la fé? Es muy lamentable que la retrocompatibilidad se haya enfocado de esta forma, más como un proyecto en pruebas que como un servicio completo y de calidad desde el primer día.
 
Con toda la razón, Microsoft ha recibido críticas muy duras y hasta despiadas y sangrantes en este tema. Los usuarios están de uñas con la dichosa retroincompatibilidad y más después de las últimas desafortunadas declaraciones de Peter Moore -hábilmente rectificadas días después- donde afirmaba que "a nadie le importa ya" este tema. Ellos lo prometieron, adquirieron un compromiso, por mucho que ahora digan que nunca hablaron de proporcionar una retrocompatibilidad total.
 
Pero a pesar del chaparrón, parece que el planteamiento de emulación por software no está muy equivocado. SONY ha decidido seguir estos pasos y para abaratar costes en PS3-muy necesario- hará uso de una emulación basada en las librerías del PlayStation HUD, que está siendo programado en Londres no exento de dificultades. Aunque vista la experiencia sufrida en Redmond, la puerta de incluir el hardware de PS2 sigue siendo un recurso que todavía se contempla -según se informa desde Tokio- si los resultados no son satisfactorios. De una forma u otra espero que el poder evocar de nuevo sensaciones únicas con videojuegos de la generación anterior con los que compartí grandes momentos no quede para siempre reservado al fetiche de conservar cual oro en paño sus sistemas originales.