A la conquista de la doble pantalla

Ha pasado casi un lustro desde que Bruce Shelley y su equipo desarrollaran Age of Empires, primer título de Ensemble Studios que consiguió un gran éxito mediático recogiendo diversas ideas de Civilization u otras sagas de entonces con un gran rigor histórico, un excelente sistema de juego y numerosas posibilidades para el juego en multijugador. Una saga que se ha consolidado como uno de los principales baluartes del PC gracias, principalmente, a su segunda parte que aún sigue sorprendiendo a día de hoy a pesar del reciente lanzamiento de Age of Empires III y el anuncio de nuevas entregas.

Age of Empires: The Age of Kings (Nintendo DS)

La adictiva jugabilidad de los diversos títulos de Ensemble Studios (entre los que se cuentan además las sagas Star Wars: Galactic Battlegrounds y Age of Mithology) ha sido adaptada en numerosos títulos e incluso su principal saga ha sido versionada en varias ocasiones para otros sistemas.

Age of Empires: The Age of Kings (Nintendo DS)

Así nos encontramos con una primera incursión en PlayStation 2 con la adaptación de AoE II, desarrollada por Konami, otra para móviles de última generación y una última en desarrollo para la portátil Gizmondo. Hoy por fin, tras un gran retraso, sale a la venta en el mercado europeo la versión más esperada -y polémica- de AoE II: Age of Empires: The Ages of Kings para Nintendo DS, permitiendo a los jugadores llevar su querida saga a cualquier parte y adaptando la misma a la estrategia táctica por turnos.

Age of Empires: The Age of Kings (Nintendo DS)

Introducción

En el momento en el que se anunció esta versión para la portátil de dos pantallas de Nintendo, el pasado 19 de marzo de 2005, mucha gente se preguntaba como iban a adaptar un sistema de juego que tanto uso hacia del ratón y el teclado. Llegó el E3 del mismo año con las primeras imágenes del juego y se pudo apreciar el primer cambio significativo que estaba llevando a cabo Blackbone Vancouver y Digital Eclipse, adaptando la estrategia en tiempo real a la acción táctica por turnos pero manteniendo todas las bases que le hicieron un producto de masas. El resultado final es mucho mejor de lo que algunos se esperaban pero también cuenta con sus limitaciones, fallos y recortes respecto al original, si bien afortunadamente son más las buenas señas de identidad que las malas.

Para empezar, el desarrollo de las diferentes batallas es ahora por turnos clásicos parecidos a los de la saga Advance Wars. Disponemos de tres tipos de unidades: las de ataque, los aldeanos y los héroes de cada civilización. Con los primeros podremos movernos y atacar a un enemigo de una casilla adyacente o lejana en el caso de que tengamos un arma de larga distancia. Los aldeanos son la base fundamental del desarrollo de la civilización ya que ellos son los únicos que pueden construir nuevos edificios, granjas y minas con un nuevo sistema restrictivo estructurado en formato 'árbol'. Los héroes, por último, además de atacar pueden realizar algunas habilidades que nos ayudan a inclinar ligeramente la balanza a nuestro favor.

En cuanto a los modos de juego en esta versión portátil existen dos principales: Individual y Multijugador, dividido el primero en Campaña (con más de treinta horas de juego) y Mapa Libre; y el segundo en Wireless (hasta cuatro jugadores con sólo un cartucho) y Hot Seat (en la misma portátil). En el menú principal del juego también podemos cambiar nuestro perfil, editar nuestro nombre y escudo, comprar nuevas unidades y mapas, leer una completa enciclopedia o ver los créditos del juego.

Age of Empires: The Age of Kings (Nintendo DS)

Age of Empires: The Age of Kings (Nintendo DS)

Durante nuestro turno podemos también observar los objetivos del mapa, la situación actual de nuestro imperio y las puntuaciones de cada bando en un completo gráfico en el que se refleja la fuerza de ataque, la economía, los recursos y el porcentaje de mapa descubierto por cada uno. Al igualque acceder a la completa enciclopedia que nos revela absolutamente todo lo concerniente a las diferentes unidades, civilizaciones, héroes, construcciones, tecnologías, edades e historia global en la que se ambienta el juego.

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Encontramos en total cinco civilizaciones: británicos, franceses, sarracenos, mongoles y japoneses (en la versión de PC había un total de trece), cada una con su campaña protagonizada por su héroe: Ricardo Corazón de León, Juana de Arco, Saladino, Genghis Khan y Minamoto Yoshitsune; y constando éstas de cinco o seis fases de dificultad creciente siendo la francesa un completo tutorial de las diferentes opciones del juego. Antes de cada misión podemos leer un completo texto con los detalles relacionados con dicha batalla, aprendiendo así un poco de historia (si bien ciertos datos no concuerdan totalmente).

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Hasta aquí nos encontraríamos con una típica adaptación de las diferentes opciones del juego original pero Blackbone ha implantado diferentes cambios jugables que consiguen aumentar la diversión y jugabilidad en formato portátil. Uno de los primeros es que los héroes tienen cuatro habilidades únicas que pueden utilizar en vez de atacar en su turno para aumentar la salud, ataque, defensa o visión de las unidades colindantes o de todo su ejército o bien disminuir la de los enemigos adyacentes. Utilizarlas sabiamente puede facilitarnos la victoria.

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Aunque estos héroes no serían nada sin un ejército que les acompañe a la batalla. En esta ocasión disponemos de un total de 65 unidades para cada bando con sus determinadas habilidades contra otras unidades o edificios, pudiendo potenciarlas a base de investigar y evolucionar de edad (con cuatro disponibles: Edad Antigua, Feudal, de los Castillos e Imperial). Para ello contamos con un total de cincuenta ramas tecnológicas que se pueden adquirir por una cuantiosa cantidad de oro y comida a medida que pasamos de edad y construimos determinados edificios.

Construyendo un nuevo imperio

Para levantar los diferentes edificios tan sólo contamos con los aldeanos, que se pueden adquirir en los Centros de Ciudad (donde también subimos de edad y cambiamos recursos), estando estos centros limitados a una determinada cantidad según la edad en la que estemos (disponibilidad que también afecta a los castillos). Son la pieza fundamental de los demás edificios ya que sólo adyacentemente a estos se pueden construir nuevos, reduciendo por tanto a sólo cuatro por centro de ciudad, situación que afecta mucho a idear una estrategia a partir del segundo centro construido.

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Cada uno de estos edificios, a excepción de los castillos y las maravillas, ocupa una casilla por la que no podrán pasar (a menos que lo destruyan) las unidades rivales, pudiendo construir torres de asedio (que no atacarán) en las esquinas entre dos edificios colindantes a un centro de ciudad para así reducir el rango de ataque a los primeros.

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En el caso de los edificios de recursos: minas y granjas, ocurre algo muy parecido. En el escenario, además de encontrarnos ríos, árboles, montañas o pantanos que limiten nuestro movimiento, hay casillas de oro y trigo en el que podemos construir minas y molinos. En ambos casos conseguimos una cantidad de dinero y comida pero sólo en el último podemos construir granjas en las casillas colindantes para conseguir más comida. También por el mapa hay algunas casillas con una pequeña cantidad de oro, comida, artefactos (que sólo pueden coger los curas) e incluso unas extrañas ruinas que podrán darnos más recursos o hacer desaparecer nuestra unidad.

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Por otra parte, tanto en el caso de los centros de ciudad como las granjas, en el momento en que éstas son destruidas, sus edificios dependientes dejan de suministrar recursos o unidades y pasan a estar a disposición de cualquier bando que construya al lado de ellos un centro de ciudad o una granja, en cada caso, pasando automáticamente los primeros a depender de dicha. Así, por ejemplo, es primordial destruir primero las granjas enemigas y centrar los ataques en los centros de ciudad, para construir los propios en donde estaban y ahorrar trabajo a los pobres aldeanos.

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Existen en total cuatro tipos de terrenos: normal (prado, desértico o pantano), de montaña (colinas o caminos montañosos), camino rural y agua. Cada unidad puede moverse una determinada cantidad de casillas según donde esté, pudiendo así descubrir nuevas zonas tapadas por la denominada 'niebla de guerra' o descubriendo a nuevos enemigos. Los caminos aumentan la capacidad movible de las unidades por lo que es muy importante situar las ciudades cerca de estos.

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Todos y cada uno de los miembros de nuestro ejército se pueden adquirir en los edificios para tal uso. Así, por ejemplo, nos encontramos las barracas, con unidades de infantería; los establos, con las de caballería; las iglesias, con los monjes; los mercados en los que cambiar recursos o comprar mercenarios (unidades ya disponibles o especiales); los castillos, que nos protegerán y tendrán las mejores unidades; los talleres de ingeniería, con las imprescindibles catapultas y ballestas; y las arquerías, con hasta cinco tipos de arqueros. Los tres tipos restantes: herrería, universidad y maravilla (estos dos últimos no necesitan de centro de ciudad) sirven para desbloquear nuevas mejoras tecnológicas. Es decir, hasta quince tipos de edificios que podemos levantar sobre el terreno.

Guerra a doble pantalla

El uso de la doble pantalla es constante durante todo el juego y sus desarrolladores lo han potenciado al máximo con pequeñas limitaciones. En la pantalla superior visualizamos algunas de las opciones del juego, tales como el tipo de terreno, edificio o unidad, mejoras tecnológicas adquiridas y las del menú principal. En dicha también se observan las batallas del juego, determinadas por la vida, fuerza, defensa y tipo de cada unidad enfrentada. Dichos enfrentamientos son bastante multitudinarios y cuanta más vida tenga cada unidad más luchadores habrá de dicho tipo aunque realmente no influyan en el resultado final.

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El desarrollo de estas batallas es bastante similar a la saga Advance Wars excepto que ahora también influyen las habilidades de las unidades enfrentadas, que muchas veces dependerán de la unidad contra la que se enfrentan y el número de batallas acumuladas (ya que sube un poco la fuerza de ataque cuantas más tengamos). Antes de las mismas, un consejero nos proporcionará valiosa información al respecto presintiendo su resultado. Los diferentes tipos de terrenos pueden aumentar la capacidad defensiva de las unidades aunque existen determinadas excepciones, como los jinetes, que son mejores a campo abierto.

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En la pantalla táctil, además de elegir las diferentes opciones del juego, podremos ver el mapa del juego, en una clara (aunque a veces liosa) perspectiva isométrica. En la parte superior observamos la cantidad de recursos mientras que en la inferior hay cinco pequeñas zonas táctiles (ciertamente pequeñas, siendo fundamental el lápiz táctil para usarlas) con las que podemos desplegar las opciones principales, salvar o quitar el juego, cambiar de unidad, ver el tipo de terreno o visualizar el mapa completo de la contienda.

Aunque el juego se puede desarrollar perfectamente con el famoso Stylus es bastante más sencillo y efectivo limitar éste para determinadas acciones y utilizar los otros botones de la portátil, cada uno con su propia función. Ahora bien, para moverse por las diferentes zonas de los mapas sólo podemos ir yendo de casilla a casilla o cambiando de unidad, en el caso de que esté disponible su turno (cuando efectuamos el ataque se quedan grisáceas y totalmente inmóviles) por lo que hubiera estado bastante bien una función para ir de un área a otra, sobre todo en determinadas fases de las batallas.

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Por lo demás el juego se desarrolla con una facilidad pasmosa, con unas batallas muy adictivas (si bien bastante largas y repetitivas) que encantarán a los asiduos del género. Tras explicar los conceptos básicos de esta versión es el turno de las diferentes cuestiones técnicas, con las que sus desarrolladores han conseguido situarse a un alto nivel aún limitando bastante las originales. 

Gráficos

En un simple vistazo a las imágenes que acompañan este análisis se ve claramente que el gran detallismo y variedad gráfica que se daba en Age of Empires II no se observa en esta versión, no porque la portátil no sea capaz de dar mejores gráficos sino que el cambio jugable ha dado lugar a una reducción masiva de la complejidad gráfica. Aún así, la perspectiva de la pantalla inferior no podría estar mejor situada, observando claramente cada unidad y diferenciándola de las enemigas tanto por el aspecto como por el color.

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Las animaciones, tanto antes como durante las batallas, están bastante trabajadas, con movimientos básicos en el caso de ir de una casilla a otra y una gran variedad para las contiendas (ambos ligeramente lentos en ciertas ocasiones). Cada unidad cuenta con un movimiento en cada caso: así los arqueros dispararán todo el rato hasta terminar el combate y los jinetes matarán a las unidades que se encuentren por el camino, por poner unos ejemplos, si bien en la gran mayoría son bastante básicas y se repiten hasta la saciedad. Afortunadamente podemos desactivar los combates y animaciones de movimientos.

Age of Empires: The Age of Kings (Nintendo DS)

Age of Empires: The Age of Kings (Nintendo DS)

Los diferentes edificios están muy bien representados y cuando una unidad del mismo bando esté en ellos recuperará automáticamente un poco de salud. Cuentan, al igual que las unidades, con una barra de vida y a medida que esta disminuye por ataques enemigos se pueden observar pequeñas llamas dentro del mismo. Para construirlo basta con dos turnos: uno en el que se realiza la base y otro en el que se concluye, por lo que hasta que el aldeano no lo termine no podrá realizar sus funciones. Las visualizaciones de estos y los diferentes miembros de cada ejército se representan en sencillos gráficos tridimensionales en la pantalla superior, con básicas animaciones en el caso de los últimos.

Antes de cada misión de las diferentes campañas del juego y durante la visualización de la enciclopedia y los menús principales del juego podemos ver unos bonitos artes conceptuales de los héroes o de una batalla de cada civilización. Los dibujos de las diferentes mejoras tecnológicas son muy parecidos a los originales aunque no varían de una civilización a otra.

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Sonido

Cada una de las facciones posee una melodía correspondiente extraída directamente de la versión de PC. Los sonidos, aunque ligeramente limitados, suenan casi igual que en el original (incluido las características voces digitales de las diferentes unidades) y las batallas están bastante bien representadas, con buenos efectos de las espadas, flechas o ataques. Ahora bien, todo esto puede llegar a ser bastante repetitivo debido a la larga duración de las batallas pero es un defecto que ya se lastraba en el original.

Jugabilidad

Como ya hemos mencionado anteriormente, el principal cambio jugable de Age of Empires: The Ages of Kings respecto al original es que ahora es por turnos tácticos. Realizar las diferentes acciones es realmente sencillo ya que al seleccionar cada una nos sale las posibles, pudiendo deshacerlas en el caso de que no esté la situación a nuestro favor.

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Los diferentes botones de la portátil sirven para opciones básicas que también se pueden elegir con el lápiz táctil. Así, el botón Select sirve para ver las opciones de juego, Start para salvar o quitar el juego, "B" para cancelar una acción o ver las posibles casillas de movilidad y ataque de una unidad, "A" para confirmar una acción, "X" para sacar el menú general de opciones (en el que comprar nuevas mejoras, pasar de día, ver los objetivos…), "Y" para observar el mapa general del escenario, "L" para ver el terreno en el que está una unidad y "R" para ir de una unidad activa a otra, fundamental en las batallas.

El mapa general del juego es bastante explicativo y nos servirá en los momentos en los que haya que pensar sabiamente una estrategia para vencer a un enemigo. En él podemos ver las construcciones y unidades de cada bando, los recursos descubiertos y el tipo de terreno de cada casilla. Cuando hay pocas unidades por cada sección del tablero el juego se desarrolla con bastante facilidad pero el problema llega cuando se agrupan muchas de ellas (en una de las típicas batallas por destruir una ciudad, entrar en una sección de un enemigo o sencillamente encontrarte con un rival) ya que ver claramente la casilla en la que debemos situarnos para atacar al enemigo no es cosa sencilla y menos observar el tipo de rival. No es un problema demasiado grave pero conlleva ligeros problemas de visualización al jugar.

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Las diferentes unidades con las que contamos tienen más o menos posibilidades de eliminar a determinados enemigos, así, por ejemplo, los piqueros son muy buenos contra los jinetes si bien estos son muy eficaces contra la gran mayoría de unidades, los arqueros son ideales a larga distancia pero muy débiles a cuerpo a cuerpo, al igual que las ballestas, cañones u otros artefactos de artillería, y de este modo con cada tipo. Cada civilización posee una unidad militar idónea para las batallas cuyo coste es muy alto y requiere de muchas mejoras: los sarracenos cuentan con sus elefantes de guerra, los ingleses con sus caballeros templarios, etc.

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En otro ámbito de aspecto el sistema de mejoras tecnológicas es muy sencillo: con una determinada cantidad de oro y comida podemos adquirir una de ellas por cada turno, aumentando la cantidad de disponibles según la edad y si hemos construido determinado edificio. Uno de los requisitos para subir de edad es tener un número de estas mejoras y por insignificante que sea pueden influir bastante en las batallas, pensando por lo tanto si necesitamos antes investigar las armas de asedio que la resistencia de las torres, además de que muchas unidades sólo están disponibles al investigar determinadas mejoras.

Durante las batallas, fuera de las misiones principales, se podrán dar lugar una serie de eventos aleatorios en caso de que estén activados. Estos van desde disminuir o aumentar los recursos o requisitos de las unidades, causar una plaga a todas las facciones, disminuir la capacidad motriz u otros ejemplos que hacen que no caigan dichos enfrentamientos en la monotonía, si bien no son muy numerosos.

Por otra parte, al concluir las misiones de las diferentes campañas, obtenemos una cuantiosa cantidad de puntos de imperio que podemos gastar en comprar nuevos mapas y unidades que estarán disponibles en el menú principal. Hay un total de quince mapas ocultos disponibles cuya complejidad es creciente y ocho unidades secretas entre las que se encuentra el Caballero de la Mesa Redonda, los Lobos de Guerra y los Espolones, por citar algunos. Eso sí, no hay unidades marinas ni un editor de escenarios. Quizás para una segunda parte sus desarrolladores lo incluyan.

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Entrando en detalles, en el comienzo de cada batalla del modo campaña contamos con un limitado número de unidades que tendremos que manejar hábilmente para vencer al rival, pensando una sabia estrategia y utilizando los diferentes recursos a nuestra disposición para cumplir los objetivos de la misión. Estos se limitan a terminar con el general enemigo, destruir unos edificios, pasar por determinados puntos, etc. Negativamente hay algunos que por extraño que suene no se cumplen del todo habiendo realizado lo impuesto si bien son muy pocos los casos en los que ocurre.

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En cambio, en las batallas libres o del modo multijugador, del que hablaremos en breve, no hay ningún objetivo concreto (a no ser que lo impongamos, pudiendo ser éste pasar 25, 35 o 45 días o construir una maravilla) y empezamos la contienda con unidades muy básicas (dependiendo de la edad) para así construir y explorar poco a poco, tal y como ocurre en el título original.

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En los enfrentamientos del mapa de imperio, disponible en el modo individual del juego, podemos configurar la facción rival, con tres tipos de escudos (Attilla, Ave y Turtle) y tres tipos de dificultad, eligiendo que civilización llevan y a que bando pertenecen. Antes de comenzar también podemos elegir si disponer de sucesos aleatorios, héroes, unidades especiales de cada civilización, niebla de guerra u observar en negro el área del mapa inexplorada, además de la edad en las que comenzamos y el mapa de la batalla, con un total de veinte tipos según el tamaño y características de los mismos, ligeramente aleatorios según el número de ejércitos.

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Por último, el modo multijugador es uno de los principales puntos flojos de esta versión ya que se ha llevado el sistema de juego literalmente a éste, teniendo con ello que esperar a que nuestros rivales, ya sean jugadores o la propia IA (con las opciones descritas anteriormente) terminen su turno para efectuar el nuestro.

El juego permite crear fácilmente sesiones por conexión Wireless con hasta un máximo de cuatro jugadores con sólo un cartucho e incluso permite poder jugar varios en la propia consola. Al principio los turnos se desarrollan con bastante facilidad y el juego es entretenido pero tan pronto como un jugador tiene quince o más unidades cada turno puede durar cerca de una media de cinco o diez minutos en los que sólo observamos la pantalla de espera de los contrincantes y sus movimientos (en caso de ver su terreno).

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