Uno de los títulos más exitosos de PS2 en Japón se deja ver en el E3. Un dios que se mete en la piel de un lobo para salvar un mundo al borde de la muerte, con un acabado gráfico que se sale de lo común y una capacidad de diversión pocas veces vista.
Uno de los títulos más exitosos de PS2 en Japón se deja ver en el E3. Un dios que se mete en la piel de un lobo para salvar un mundo al borde de la muerte, con un acabado gráfico que se sale de lo común y una capacidad de diversión pocas veces vista.
Okami es uno de esos juegos que podríamos describir como una pequeña maravilla, una joya perdida en un océano de mediocridad que brilla con luz propia e ilumina el camino a las demás obras que intentan acercarse a él, pero siempre manteniendo la cabeza erguida y mirando con superioridad a todo aquel que intenta llegar, sin conseguirlo, a su nivel.
Okami (PlayStation 2)
Okami (PlayStation 2)
Okami (PlayStation 2)
La demostración que se encontraba en el stand de Capcom en pleno E3 nos ofrecía una pequeña muestra de uno de los que serán los elementos clave a lo largo del desarrollo del juego, las Demon Gates o 'puertas demoníacas'. La primera está situada junto a un río, con un hombre mirándola con aspecto confundido, aunque no parece que pueda verla.
Okami (PlayStation 2)
Okami (PlayStation 2)
Gráficamente, Okami luce unos gráficos cell-shading muy elaborados, que pese a su simpleza inicial, dan mucho de sí y tienen mucha profundidad y trabajo en su interior. Además, el juego es largo y variado, de modo que nos podemos encontrar con distintos tipos de efectos visuales, perfectamente representados y adaptados al estilo del juego.
La diosa Amateratsu ha sido separada de sus 13 partes de poder. Tu misión es la de desplazarte entre el reino de los dioses y los humanos para encontrar el papel perdido, pero lo harás como una loba.