Bond se port-a mal

El pasado mes de noviembre Electronic Arts lanzó al mercado el segundo título de acción en tercera persona protagonizado por James Bond para la actual generación de consolas. En esta ocasión el argumento no era nada inédito, como ocurría en los tres títulos anteriores protagonizados por el personaje creado por Ian Flemming, sino que estaba basado en la homónima película de Terence Young de 1963 y protagonizada por Sean Connery, uno de los actores más famosos del celuloide.

Ahora, unos pocos meses después de su aparición en las consolas de 128 bits, nos llega una adaptación para la portátil de Sony con ciertas novedades para paliar la espera. La mecánica de James Bond 007: Desde Rusia con Amor es la misma que en las consolas domésticas, lo que es una ventaja dada la cierta escasez de títulos de este género en dicha consola, pero, tal y como ha ocurrido en recientes ocasiones, la ausencia de un segundo stick analógico y ciertos fallos en el desarrollo lastran lo que podría haber sido un buen 'port'. Como bien diría Q: 'Con su trabajo no bromea'…

Nada nuevo bajo el frío sol de Moscú

La base argumental de 007: Desde Rusia con Amor en PSP, como se ha dicho, es la misma que en las consolas domésticas y, de nuevo, se ambienta en la segunda película del famoso agente ingles al servicio de su Majestad (aunque modifica algunas cosas y omite otras). En esta ocasión James Bond tiene que contactar con Tatiana Romanova, una agente de la embajada soviética que le ofrece el decodificador soviético Lektor, argumentando estar enamorada de él. Tras esto, Bond se embarca en un largo viaje desde Londres al Orient Express, en la estepa rusa, en una lucha contra la organización criminal OCTOPUS (SPECTRA en el original, cosas de la licencia), ansiosa por vengar la muerte de su ex-integrante, el Doctor No.

El planteamiento del juego sigue siendo en tercera persona, con un total de ocho misiones (cuatro se han eliminado del original, entre ellas las de conducción) planteadas con el típico desarrollo de ir de un punto a otro eliminando a todos los enemigos que encontremos, ya sea a pie, saltando por los tejados o en Jetpack. Para ello hacemos uso de un variado arsenal y algo de sigilo, fundamental en la resolución de determinados objetivos.

Las misiones son bastante lineales aunque en algunas ocasiones, como es el caso de la ambientada en Estambul, nos permiten algo de libertad de acción. También hay sitio para algunos momentos de acción en primera persona donde nuestra única misión es apretar el gatillo y otros pocos instantes en los que desactivamos bombas o realizamos acciones de combate mediante sucesión de botones (al estilo de los famoso Quick Time Events de Shenmue). Estos últimos enfrentamientos se realizan cuando un enemigo se acerca a nuestro personaje, pero cuentan con un funcionamiento bastante sencillo y poco realista ya que los rivales se quedan mirando mientras eliminamos a su compatriota.

Por otra parte, los verdaderos protagonistas del juego son los tiroteos, con un sistema de apuntado idéntico al original y al de '007: Todo o Nada' (PS2, Xbox, GC) pero que, en esta ocasión, presenta pequeños fallos de control. Funcionan de una forma muy sencilla: al pulsar L seleccionamos al enemigo más cercano y sus puntos vítales se señalan de color amarillo, pudiéndolos elegir con las teclas de dirección y disparar en uno de ellos al apretar cuadrado.

Esto nos reporta una serie de puntos para aumentar nuestra puntería y es bastante útil ya que podemos disparar a una granada para que explote, cortar una cuerda que sostiene a un enemigo, disparar a una pierna e infinidad de ejemplos. Negativamente, el botón cuadrado también se utiliza para mover la cámara por lo que habitualmente encontramos problemas en los tiroteos multitudinarios, si bien se arreglan con algo de práctica.

Gráficos

Considerando las limitaciones técnicas de la portátil de Sony, la adaptación de 'Desde Rusia con Amor' ha salido bastante bien parada, aunque para ello se han debido eliminar algunas fases interesantes del original, como son las persecuciones en barco y las carreras a bordo del famoso Aston Martin. No obstante, los personajes están bien representados (especialmente Sean Connery en el papel de James Bond) y todo desprende ese estilo característico de los años 60 y la Guerra Fría, una época muy recordada para los nostálgicos. Los enemigos son poco variados aunque cuentan con un buen diseño.

Ahora bien, las animaciones no están tan notablemente recreadas como en el homónimo título para consolas domésticas, siendo ahora más robóticas y simples, bastante inferiores a otras ya observadas en la portátil de Sony. Los escenarios también han perdido detalles aunque algunos emulan perfectamente los de la película y presentan menos nivel de interactividad mientras que los objetos son más simples y con menos polígonos. En algunas ocasiones el juego muestra unos efectos de luces muy logrados pero normalmente son de una baja calidad.

Los efectos gráficos, como explosiones, tiros o 'tiempo bala', están recreados con suma fidelidad aunque no son tan fluidos como en el original. Por último, aunque los tiempos de carga no son realmente frecuentes se hacen un poco largos y, en ciertas ocasiones (habitualmente en los tiroteos multitudinarios), la tasa de framerate baja considerablemente, resultando bastante incómodo de jugar.

Sonido

Este aspecto técnico es casi idéntico al que pudimos disfrutar hace poco menos de medio año en las consolas domésticas por lo que, si no hemos jugado al original, podemos sorprendernos de la gran fidelidad respecto al film y la época. Casi todos los dobladores actúan notablemente, sobre todo Sean Connery, si bien los años no pasan en balde y su voz actual ya no es la tan carismática ni posee ese profundo acento escocés de antaño.

Por su parte, los efectos sonoros no están tan bien implementados como en el original aunque son bastante variados, encontrándonos un gran número de tipos de armas, explosiones o golpes de combate. A recalcar la banda sonora del juego, exactamente igual a las versiones mayores y que se inspira claramente en la película homónima, con el mítico tema de John Barry como canción principal.

Jugabilidad

Uno de los principales cambios respecto a la versión de las consolas de 128 bits ha sido en el tema de control. En esta ocasión Electronic Arts ha optado por ofrecer dos configuraciones distintas para cada tipo de jugador. La primera indicada para la acción más directa y la segunda más ajustada al disparo especial o comúnmente denominado 'Enfoque Bond'.

Entrando en detalles: la primera configuración es la más recomendada pero también la más compleja y cuesta unas pocas partidas acostumbrarse a ella. Tiene algunas ventajas como la facilidad para acceder al inventario, recargar y activar los disparos especiales (que se realizan con los botones triángulo y equis según la situación) mientras que para mover la cámara a derecha e izquierda se usa círculo y cuadrado, los superiores para ajustar el fuego y los direccionales para acceder a los menús de armas y equipo.

La segunda configuración está más centrada en la retícula que aparece en el 'Enfoque Bond', que podemos posicionar con los botones direccionales para así ganar más puntos mientras que el resto tiene asignadas acciones más básicas. Ambos son bastante intuitivos y cuentan con varios grados de sensibilidad, afectando con ello al movimiento de nuestro agente. No obstante se echa en falta el segundo stick analógico, pero todo es cuestión de práctica.

Centrándonos en el desarrollo del juego, el título está estructurado en un total de ocho niveles, con 32 actos o mini-fases en las que hay una gran variedad de objetivos y planteamientos: desde momentos de acción en tercera persona disparando a todo lo que se mueva (los más habituales) o maniobrando con el Jetpack a otros en acción subjetiva.

No obstante, el juego se torna bastante fácil para aquellos experimentados en el género, y corto, llegando a las poco más de cinco horas de juego, siete si se desea descubrir todas las mejoras, encontrando para ello todos los 'momentos Bond' (uno por fase). A esto se le suma el considerable descenso en la inteligencia artificial de los enemigos que ya no realizan tantos movimientos de cobertura como anteriormente y muchas veces van a por nosotros individualmente y con un espíritu muy agresivo.

Durante la gran mayoría de las misiones tenemos a nuestra disposición un completo arsenal inspirado en la película homónima y algunas pequeñas licencias propias. A la carismática pistola PP7 se le unen otras armas también muy comunes (con dos tipos de munición) como granadas, ametralladoras, escopetas, rifles de francotirador y bazookas, así como decenas de gadgets (reloj-láser, cinturón para rappel…) cuyo uso es realmente básico, indicándonos en que momento y cuál debemos utilizar.

La principal novedad en esta edición son los accesorios Q-Copter y Q-Dart. El primero es un mini-helicóptero de control remoto que nos sirve, en contadas ocasiones, para visualizar el terreno y preparar situaciones comprometidas. El Q-Dart, en cambio, es una mina volante que también podemos manejar a la distancia (estando vulnerable ante el enemigo) con la que podemos eliminar a varios enemigos simultáneamente, aunque su uso es bastante limitado.

De los tres niveles de dificultad disponibles sólo el más alto supone un verdadero reto y, una vez concluido el juego en cualquiera de ellos, el único aliciente para rejugarlo es conseguir más puntos en todas las fases, concluyéndolas en un límite de tiempo, matando a un mínimo de personajes o descubriendo todos los momentos Bond secretos (con los que conseguir personajes para el modo multijugador), algunos obvios pero otros bien ocultos: romper una ventana, descubrir una habitación secreta o explotar un barril son algunos de sus ejemplos.

Otra de las grandes novedades respecto a las versiones domésticas es la inclusión de un total de dieciséis minijuegos bastante variados que nos ponen en situaciones bastante originales aunque cortas. Al conseguir una determinada cantidad de puntos los vamos desbloqueando y, con ello, podemos disputar algunas carreras en JetPack, desafíos con el rifle de francotirador, retos cuyo objetivo es eliminar a un número de enemigos en poco tiempo o continuos ataques de rivales a bordo de un tren. Son un poco simples y algunos pecan de ciertos fallos en la jugabilidad o en la inteligencia artificial de los enemigos, pero aportan algo de variedad al juego, mas habiendo sido eliminadas las fases de conducción.

También nos encontramos en esta ocasión con un modo multijugador, para un máximo de cuatro jugadores mediante conexión Ad-Hoc (cada uno con su propio cartucho), aunque también permite la asignación de bots, con hasta tres niveles de dificultad. Enfrentamiento y Dominación son los dos modos de juego disponibles que, en lo único que se diferencian, es en el número de miembros por equipo.

Dentro de los mismos existen otras dos modalidades: manejando el conocido impulsor aéreo o en tercera persona, lo que da lugar a un total de cuatro posibles formas de juego: Duelo y Lucha Aérea (todos contra todos y por equipos); y Dominación y Clásico (las mismas formas pero sin el Jetpack), respectivamente, aunque en todas las variantes el título se torna igual de simple y repetitivo.

Esto es debido, simplemente, a la inclusión de un mini-radar con la localización de todos los enemigos, así como la facilidad de acertarles con el 'enfoque Bond', por lo que la única misión es observar y disparar rápidamente a cualquier rival. Los cuatro mapas disponibles (tres de ellos inéditos) son bastante simples y se ambientan en conocidos lugares de la franquicia. Sus nombres ya explican claramente lo que vamos a encontrarnos: Venecia, La Factoría, el Tren y el Callejón del Tirador; por lo que el modo multijugador sólo es recomendable a los fans acérrimos de James Bond que quieran enfrentarse a sus amigos.