Desde que Grand Theft Auto: San Andreas salió al mercado, han sido bastantes los productos que han intentado repetir el éxito de este inigualable título poniéndonos en la piel de raperos y pandilleros. Sin embargo, las copias salvo honrosas excepciones no suelen llegar a la calidad del original
25 to Life es uno de esos juegos que llega haciendo mucho ruido rodeado de una espectacular campaña de marketing y que una vez que ha salido al mercado se desinfla y muestra su verdadero ser. Desde Meristation hemos tenido la oportunidad de probar este título que ya ha salido en el mercado americano, y lo cierto es que la decepción ha sido mayúscula.
La fórmula en un principio parece buena: varios personajes para manejar durante la aventura, acción en las calles, buena música,
Pero una vez que introducimos el DVD en nuestra consola y nos ponemos ante los mandos, nos damos cuenta de que no es oro todo lo que reluce, y que 25 to Life no deja de ser una combinación poco afortunada de algunos títulos de éxito como Grand Theft Auto: San Andreas o Max Payne.
El protagonista del juego es Andre Freeze, un hombre perteneciente a una banda criminal que decide que es hora de empezar a llevar una vida distinta y honrada dentro de la ley junto con su mujer y su hija. El decidir dar este paso será el motivo por el que se vea envuelto en una trama de corrupción, el último de sus trabajos para sus antiguos jefes que le devolverán, una vez que acabe esta labor, a su familia.
Como nota de originalidad, en esta ocasión no tendremos un único protagonista, sino que iremos alternando entre tres: el ya mencionado Andre Freeze, el policía Lester Williams y el gangster Shaun Calderon. A la hora de jugar poco nos importará si vamos con uno u otro, ya que el control y el objetivo será exactamente el mismo.
Ya de primeras nos encontramos con un argumento un tanto relamido y repetitivo donde la originalidad brilla por su ausencia. Según creemos un perfil y nos dispongamos a comenzar una nueva partida, seremos lanzados a la acción sin ningún tipo de explicación. En un primer momento pensaremos que posiblemente, una vez finalizado este primer nivel se nos explicará a través de secuencias un poco más la trama del título, pero no será así. Las fases se irán sucediendo y no nos enteraremos exactamente de qué está ocurriendo o de por qué manejamos a uno u otro protagonista, y no es porque el juego se encuentre en perfecto inglés, sino porque realmente la historia está muy mal contada. La evolución de la trama ha sido realizada por gente que no tiene ni la más mínima noción de comunicación.
La jugabilidad
25 to Life nos mete de lleno en las calles de una gran urbe americana. Pero antes de emocionarnos y dejar volar nuestra imaginación, hay que aclarar que esto no significa que tengamos una ciudad completa para explorar, ni tan siquiera que las fases tengan diferentes itinerarios. Avanzar en 25 to Life es tan sencillo como ir siempre para adelante. Nunca nos perderemos por el mapeado porque simplemente no hay alternativas a la vía marcada, lo cual es ligeramente frustrante para el jugador, que en más de una ocasión le gustaría salirse del itinerario.
Todo consistirá en irnos cubriendo con los distintos elementos que conforman el escenario y matar poco a poco a los enemigos que nos aparezcan sin ser alcanzados por sus disparos, ya sean Swats, policías de a pie, policía secreta u otros pandilleros rivales. En alguna ocasión tendremos que pulsar algún botón o empujar alguna puerta, pero realmente todo es excesivamente lineal.
Las misiones tienen algunos objetivos secundarios que intentarán animarnos a jugarlas de nuevo, con escaso resultado, al menos en un servidor. Estos objetivos secundarios consisten en matar un número determinado de enemigos, coger a rehenes, o proteger a nuestro compañero de misión. Tópicas y poco interesantes.
El control está resuelto de la siguiente manera: con los sticks nos moveremos por el escenario y apuntaremos nuestro arma. Pulsando el stick izquierdo nos agacharemos. Con el gatillo dispararemos y con el botón A saltaremos. El botón B servirá para abrir puertas, recoger objetos o saltar vallas y obstáculos. Con la X podremos recargar nuestro arma y con las dos direcciones del pad podremos asomarnos por las esquinas tanto a izquierda como a derecha.
Nuestros protagonistas responden bien a nuestras órdenes, aunque bien es cierto que disparar resulta muy frustrante. En muchas ocasiones la mirilla se tornará en rojo indicándonos que tenemos a nuestro enemigo apuntado, pero cuando disparemos será como que no estemos haciendo nada ya que no se inmutarán y no sabremos exactamente si están recibiendo los impactos o no.
Para acabar con los enemigos tendremos todo tipo de armas de fuego como escopetas, rifles francotirador, todo tipo de pistolas, con o sin silenciador, uzis e incluso lanzacohetes. También tendremos armas de contacto como bates, pero su uso no será casi nunca necesario ya que hay suficiente munición para ir siempre con un arma de la mano.
Por su parte la inteligencia artificial de nuestros rivales no nos supondrá un gran reto. Vendrán a nosotros sin más, no se cubrirán, no atacarán con ninguna estrategia ni tan siquiera se esconderán de nosotros. La cosa se agrava en alguna fase de supuesta 'infiltración', donde con tan sólo andar agachados, podremos pasar por enfrente de los policías enemigos, sin que se enteren. Solid Snake ante nuestra habilidad palidecería de envidia. Una auténtica pena.
Un apartado técnico flojo
Los escenarios de 25 to Life están por encima de la media del videojuego. El juego transcurre en entornos urbanos de gran variedad. Hay interiores como apartamentos y almacenes y exteriores variados como el centro urbano, chabolas o las afueras de la ciudad. Las texturas del escenario tienen una calidad media que sobresale sobre el resto del conjunto gráfico. Por su parte la iluminación es bastante mala y no consigue ambientar el juego, cumple sin más.
Las animaciones son ridículas tanto de nuestro protagonista como del resto de personajes del juego. Subir unas escaleras o solamente la acción de andar, conlleva unos movimientos de los protagonistas tan ridículos que nos hará esbozar una sonrisa. Las muertes son especialmente bochornosas, y como en las películas de acción malas, cuando disparemos y matemos a un enemigo, saldrá volando varios metros hacia atrás o hará aspavientos con sus extremidades.
Estas animaciones son especialmente vergonzosas en las secuencias introductorias, donde se producen saltos entre animaciones que demuestran el poco cuidado que se ha tenido en el acabado del título.
Algo que merece la pena
Lo mejor del juego sin lugar a dudas es la música que inunda el juego. Una banda sonora excelente con grandes grupos de reconocimiento internacional. Por supuesto, si no nos gusta el Hip-Hop o el Rap no sabremos valorar en su medida estas canciones y lo aborreceremos hasta límites insospechados.
Los FX por su parte son comunes. Ametralladoras, sirenas, cristales rotos,
Nada que no hayamos oído en cualquier otro videojuego. Los gritos de nuestros protagonistas cuando mueren son excesivos y poco reales y el doblaje combina el inglés con un spanglish un tanto ridículo y con un acento demasiado forzado. Frases como: 'oye mama-bicho' nos dejarán con la boca abierta y nos hará pensar si alguien realmente pronuncia en algún momento estas palabras.
El multiplayer del juego a través de red local o del servicio Xbox Live, intenta animar un juego ya de por sí un tanto apagado. Hasta 16 jugadores podrán verse la cara en cuatro modos distintos de juego (todos ellos por grupos). Lo raro será que encontremos a a alguien jugando a este título a través del Live.
Es más que posible que 25 to Life jamás vea la luz en nuestro país. Parece ser que los chicos de Proein lo han descartado de la lista de lanzamientos, debido seguramente a su escasa calidad. No posee originalidad ni calidad, lo que limita mucho sus posibilidades. Tal vez pueda entretener durante un rato, pero ni de lejos vale el precio de una novedad. Por al menos una vez, no nos perdemos nada porque el juego se quede en los Estados Unidos.