Enemy Territory: Quake Wars

Desde Wolfenstein 3D, el 'padre' de los juegos de acción en primera persona tal y como los conocemos hoy en día, los FPS han ido evolucionando de forma progresiva en todos los aspectos. Uno de los cambios más significativos que ha sufrido el género en cuanto pegó el salto online fue precisamente la posibilidad de interpretar roles distintos dentro de cada facción. Algo así como una pincelada RPG en un tipo de juegos que parecían muy ajenos a esto.

De esta forma hemos podido ponernos no solamente en la piel de personajes que pueden manejar todo tipo de armas con la misma capacidad, sino a auténticos especialistas en rifles de asalto, francotiradores, armas pesadas, etc. Y, desde hace relativamente poco, hemos tenido que interpretar de alguna forma u otra un rol en el equipo: médicos, conductores, ingenieros… en fin, se ha promovido el uso de tácticas conjuntas para llegar a un fin.

Aunque son muchos los juegos que todavía apuestan por el individuo, y el nivel de satisfacción por los logros individuales es muy alto, no es menos cierto que cuando uno se encuentra peleando codo con codo junto a los colegas y que sabe que existe una dependencia mutua del trabajo de unos y otros para llegar a un buen final, es posible que la recompensa si cabe sea aún mayor. Esa es una teoría compartida por cada vez más y más gente.

En ese sentido se engloban los jugadores de Battlefield, y en ese sentido los chicos de Splash Damage (los que hicieron el multiplayer de Return to Castle Wolfenstein) están enfocando todos sus esfuerzos y pretensiones. No es poco el proyecto que tienen entre manos, el de convertir uno de los grandes nombres dentro del mundo del FPS como es Quake en un juego de disparos en primera persona y conducción de vehículos basado en clases.

Enemy Territory: Quake Wars es un peldaño más dentro de lo que es la histórica lucha de los Strogg contra los infelices humanos, ambientada en el 2060. Pero el argumento nunca ha sido lo más importante de este tipo de juegos y lo que está claro es que tendremos dos facciones que se diferencian bastante en la forma de llevarlas peleando la una contra la otra. Dos experiencias de juego distintas que todavía falta por ver como se han resuelto en cuestión de balance.

Lo que sí está bastante más claro es que a nivel gráfico Quake Wars promete ser una auténtica maravilla. Basado en una versión bastante modificada del motor de Doom 3 hemos podido comprobar tanto por los videos como por los pantallazos el altísimo nivel de detalle que se ha incluido en todas las facetas del juego: personajes, entornos y especialmente los vehículos. Ignoramos los requisitos que necesitará para correr a tope, pero por lo pronto lo visto es sencillamente espectacular.

No solamente los jugadores están representados con miles de polígonos sino que están igualmente bien animados, iluminados y texturizados. Es impresionante ver como cada clase de personaje, y no nos referimos a las razas sino a los tipos, se mueve de forma distinta al resto de miembros de su facción, dando a entender el cuidado que se está poniendo también en ese aspecto. Se puede distinguir una clase y otra solamente por como se desenvuelve por el escenario y no por su aspecto.

Tanto en el bando de la Tierra como en el de los Strogg habrá clases bastante similares en cuanto a su concepción, pero no en cuanto a su desarrollo. Por ejemplo, el francotirador humano está concebido de forma más clásica para hacer daño al enemigo mientras que el Infiltrador Strogg tiene la capacidad de introducirse en el cuerpo huésped humano y controlarlo bajo su propia voluntad, con la confusión creada en las filas enemigas.

Determinada clase podrá construir o montar armas para que puedan ser utilizadas por otros miembros de la infantería, al mismo tiempo que es posible construir tanques de abastecimiento para curar a las tropas. El médico puede administrar dosis de salud a los compañeros caídos en combate, y probablemente salvarlos así de la muerte, mientras que el médico Strogg carroñeará el cuerpo de un humano abatido para robarle las esencias químicas necesarias con las que curar a un compañero.

El ingeniero Strogg, por ejemplo, será capaz de fabricar utensilios que buscan y reparan automáticamente sus vehículos, ya que a partir de ahora éstos pueden averiarse en determinadas zonas específicas que afectan a su rendimiento. Es decir, disparar a los impulsores puede dificultar el impulso de una nave mientras que atacar las ruedas impedirá que la maniobrabilidad de los camiones y tanques sea 100% efectiva.

Destaca la presencia en ambos lados del Punto de Comandancia Móvil, una base fortificada capaz de lanzar misiles a puntos estratégicamente escogidos del mapa; habrá una sola unidad capaz de controlar los mandos de este arma, pero podrá ayudar al grupo mediante la colocación y uso de estaciones de radar, ataques aéreos, torretas de protección… Y servirá como último bastión de defensa contra el enemigo mientras avanza posiciones cuando se conquista territorio.

Los efectivos de la Fuerza de Defensa Terrestre contarán con los clásicos transportes rápidos de blindaje ligero y de algún tanque con capacidad para tres ocupantes: conductor, ametrallador, artillero. Destaca la presencia de un jet de propulsión con capacidad de despegue vertical al estilo Harrier pero con hélices, así como de otras posibilidades. En cualquier caso será imprescindible la presencia de más de un jugador para poder llegar con éxito y probabilidades a destino.

Los Strogg, por el contrario, tendrán en sus filas al imponente tanque de uso vertical semejante a los Mechs orientales, con muchos metros de altura y con armamento a juego con su tamaño. Una especie de escarabajo volador también forma parte del arsenal de los invasores alienígenas, así como una mochila jetpack del estilo Bobba Fett para el uso individual podrá servir para transportarnos alrededor del mapeado.

Los vehículos tendrán no solo distinto comportamiento dependiendo del lugar en el que han sido alcanzados sino también dependiendo de la superficie por la que avanzan. Aunque en algunos se les ha incluido un freno de mano para derrapar, habrá zonas que por sus propias características no permitirán este tipo de movimientos, algo que el piloto deberá tener en cuenta cuando se infiltre en territorio enemigo.

El tamaño de los mapas se prevé lo suficientemente grande como para albergar cómodamente 32 jugadores, si bien se ha optado por no utilizar una extensión de terreno demasiado grande para que los participantes se pierdan. El control de las bases se establece por nodos (algo no novedoso pero que también veremos en el futuro Starcraft: Ghost), con lo que el equipo debe trabajar conjuntamente para conseguir un objetivo claro y específico e ir por orden.

Las primeras previsiones de su lanzamiento apuntan hacia mitades de este mismo año. La verdad es que la expectación es máxima alrededor de este título, no solamente por el nombre que lleva a la espalda sino también por el hambre insaciable y constante que arrastra la mayor parte de aficionados al género de disparos en primera persona. Estamos ansiosos de tener la primera versión entre las manos y dedicarle unas primeras impresiones. Os tendremos informados.