Terroristas belicosos

Señores de la droga, terroristas internacionales, cazas futuristas y toneladas de tiros y acción. No, no se trata de la última película de Chuck Norris, si no de Jet Storm, heredero de una de las sagas más míticas de la simulación aérea, y que en esta ocasión nos llevará por los terrenos del arcade más puro. Y no lo hace nada mal, no...

La saga Jetfighter es una de las más longevas dentro de los simuladores de vuelo para ordenador, teniendo su primera aparición hace ni más ni menos que 18 años, en 1988. El título que inició la serie se reveló como de gran calidad y muy completo, llegando a ser considerado de lo mejorcito del género por varias publicaciones de la época.

Un par de años después, Velocity, su desarrollador, se sacó de la manga una secuela que no solo mantenía el nivel de calidad, si no que mejoraba el original en buena medida, especialmente gracias a los avances técnicos de esos dos años, y en el 97 hizo aparición la tercera parte, ya con Velocity integrado en Mission Studios, que a la postre significó el punto culminante de la saga en cuanto a simulación se refiere.

Y es que los años siguientes fueron muy movidos en la simulación aérea, apareciendo varios títulos que pusieron patas arriba el género, elevando el concepto de simulación y realismo a cotas antaño inimaginables, y creando un cisma enorme entre esos simuladores 'puros' y los que tendieron a mantener la vena arcade que siempre había impregnado el género desde sus inicios, llegando incluso algunos títulos en acrecentarla de forma notable para no tener que competir con los monstruos que habían aparecido.

Algo así ocurrió con la saga Jetfighter, y aunque su cuarta parte seguía teniendo buenas dosis de simulación, el quinto capítulo de la saga ya dejó ver claramente que habían decidido apostar totalmente por la acción, evolución que se ha completado ahora con el juego que nos ocupa, Jetfighter 6 o Jetfighter 2015, aquí renombrado como Jet Storm.

En Jet Storm nos encontramos con un juego de acción pura y dura, en el que misión tras misión tendremos que hacer frente a multitud de enemigos, tanto aéreos como terrestres o navales, en una orgía de destrucción sin descanso, mientras a la vez intentamos completar los distintos objetivos que pueda tener cada misión, llegando por momentos a desbordarnos completamente por la cantidad de cosas por las que se puede llegar a estar pendiente (no es nada fácil proteger el avance de una flota por un canal mientras combatimos contra una veintena de aviones, esquivamos el fuego antiaéreo de incontables cañones y despejamos el agua de minas, a la vez que destruimos ciertas construcciones vitales para el enemigo...).

Un desarrollo frenético, bien acompañado por un diseño general sólido, una base tecnológica sencilla pero bien aprovechada, y una jugabilidad sencilla y práctica, lo que permitirá ponernos 'al lío' de forma inmediata y no tener más preocupación durante la partida que la de blasfemar por la aparente infinita cantidad de enemigos presentes y los pocos mísiles que tenemos para regalarles, completan lo que es un buen juego.

Sin embargo, se adolece la escasa duración de la campaña principal, únicamente quince misiones divididas en tres capítulos, así como el tener sólo tres aviones disponibles para pilotar, cierta sensación de repetición en las misiones, además de la falta de modos de juego alternativos que alarguen la vida del producto, lo que resta ciertos méritos al juego, aunque no deje de ser apetecible para la mayoría (y más al precio reducido al que está, apenas 15€).

Gráficos y sonido

Como ya ocurría con su reciente primo Combat Wings con el que comparte base tecnológica, Jet Storm hace uso de un motor gráfico sencillo y a ratos un poco tosco, pero es capaz de obtener unos resultados excelentes, si bien la falta de complejidad del engine gráfico queda patente en la falta de detalle general. Sin embargo, y aún estando muy lejos de los títulos tecnológicamente más avanzados, el aspecto visual del que hace gala el juego de City Interactive es francamente bueno.

Unos escenarios de buen tamaño y bien diseñados es la carta de presentación que nos dan nada más ponernos a jugar, si bien hay algunos momentos en que se nota cierta austeridad en su creación (más propiciada por las limitaciones del motor que otra cosa), especialmente en las texturas que lo llenan todo y los modelos de los edificios, un tanto pobres a la que te acercas un poco. Sin embargo, a algo de altura el aspecto es bastante bueno, destacando especialmente los escenarios basados en las costas caribeñas, algo en lo que el excelente aspecto que ofrece la gran masa acuática sin duda ayuda.

El diseño de los distintos aparatos que aparecen en el juego, es un poco desigual. Por un lado, tenemos los tres aviones que pilotaremos, ninguno de ellos basados en modelos reales, que gozan de un aspecto superior a lo visto en el resto de facetas del programa, si bien el primero que pilotaremos, el X-100, está un tanto mejor acabado que la pareja restante. Por parte de los enemigos, en general tienen un acabado mucho más sencillo, si bien hay que decir que a la velocidad que transcurre el juego y con la gran cantidad de rivales que nos encontraremos, poca atención le daremos a que tengan más o menos polígonos.

El aspecto gráfico queda redondeado con unos efectos de iluminación muy bien realizados, además de un conjunto de trazadoras, estelas, explosiones y demás realeza efectos visuales que iremos encontrándonos, de un buen acabado general, además de una sensación de velocidad muy conseguido.

Por el lado de los efectos sonoros, lo habitual en estos casos, si bien no por ello es malo. El conjunto de efectos fx no se antoja demasiado variado ni de excesiva calidad, pero cumple con su función a la perfección, aunque un servidor hubiera deseado que modificaran en mayor o menor medida esos disparos de cañón, que terminan taladrando un poco el cerebro. Por lo demás, explosiones, motores y voces cumplen sin problemas, al igual que la música, que combina momentos patrióticos made-in América con otros que acompañan la acción de forma correcta.

Guión

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Según la historia contada en el juego, en el 2013 la guerra contra el terrorismo en la que actualmente anda el mundo inmerso ha sido ganada, dando pié a una aparente época de paz y prosperidad. Sin embargo, algunos terroristas lograron escapar de la caza y emigraron a Sudamérica, en la que en el periodo siguiente de dos años, poco a poco unieron fuerzas con los capos de la mafia y las drogas de aquél continente. A su vez, cierto diseñador de armas, harto de la falta de financiación de sus proyectos, se une al meollo, y junto al dúo benevolente de antes crean una fuerza temible, con dinero, poder y tecnología punta.

Una fuerza que se acaba convirtiéndose en una fuerza militar y empieza a conquistar varias zonas claves del continente, incluyendo el Canal de Panamá, y amenaza por extenderse hacia el Caribe y más allá, incluso Florida. Y aquí es donde entramos nosotros, pilotos de una de las unidades de elite de los Estados Unidos, equipados con los mejores cazas disponibles y con la misión de defender nuestra patria y hacer morder el polvo a aquellos que osaron levantarse contra el mundo.

Jugabilidad

En términos jugables, Jet Storm ha sido diseñado para ofrecer un control completo al jugador desde el primer instante, teniendo una curva de aprendizaje de apenas unos minutos (los necesarios para terminar el corto tutorial incluido) para llegar a dominar en su totalidad, algo en lo que sus familiares controles, similares al de los shooters en primera persona, ayudan y mucho. Con las teclas WASD controlaremos la potencia y timón de nuestro aparato, mientras que con el ratón dirigiremos los movimientos del avión y apuntaremos, usando cada uno de los botones para un arma u otra. Un par de teclas más para controlar aspectos como la rotación de armamento o el ascender/descender en modo vuelo vertical, y la barra espaciadora para el cambio de forma del avión completan una lista de controles corta pero completa.

Y sí, nuestro avión tiene la capacidad de cambiar de forma un poco al estilo de conocidas series de animación (si bien aquí no hay robots), teniendo dos formas distintas... la básica, y otra en que nuestro aparato gana la capacidad de mantenerse inmóvil en el aire o incluso dar 'marcha atrás', dando a pié a varias modos muy distintos de encarar ciertas situaciones, y convirtiéndose en un recurso muy efectivo a la hora de girar las tornas de un combate aéreo, dada la instantaneidad del cambio de forma.

Todo ello nos ayudará enormemente a superar las quince misiones de que consta la campaña del juego, en las que encontraremos gran variedad de objetivos a cumplir distintos, desde la típica misión de superioridad aérea hasta apagar los incendios de varias plataformas petroleras con bombas químicas, o incluso proteger un centro comercial lleno de refugiados de coches bomba, entre varios más. Una variedad bastante notable, lo cual unido a la corta duración del juego, establece que en un principio no habrá dos misiones iguales, si bien el desarrollo de una a otra no es tan distinto como nos gustaría, aunque solo sea por ciertos elementos comunes en todas ellas, generalmente un enjambre de aviones enemigos que aparecen cada vez que cumplimos algún objetivo, dando cierta sensación de repetición.

Algo ligeramente acrecentado por el hecho de que aún con tres aviones disponibles, desbloqueables al terminar cada capítulo de cinco misiones y en principio con distintas características cada uno en cuanto a velocidad, maniobrabilidad, aguante o potencia de fuego, el modo de jugar y encarar las misiones no varía en absoluto de usar uno u otro, salvo por el poder permitirte ser más o menos suicida en cada caso, o despilfarrar una mayor cantidad de mísiles o bombas o tener que ser algo más selectivos a la hora de administrar nuestra particular justicia.

Como punto más negativo, y como ya pasaba en Combat Wings, la falta de modos alternativos de juego. A la campaña principal la acompañan únicamente dos modos más, Vuelo Libre y el siempre presente Multijugador.

El primero, nos permitirá revoltear a nuestro gusto por los distintos escenarios que el juego pone a nuestra disposición, en un entorno sin ningún enemigo ni objetivo, con el único fin de volar por volar o probar nuestros aparatos. El Multijugador, por otro lado, es muy limitado, con únicamente dos modos de juego (combate a muerte todos contra todos o por equipos), y un máximo de diez personas por partida.

Comparándolo con...

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De misma temática y estilo, y más o menos reciente, no me viene a la cabeza ningún título parecido. Con otra temática, tenemos los Secret Weapons over Normandy de Totally Games/Lucasarts y el recién salido Combat Wings, el primero superior y mucho más variado que este Jet Storm, mientras el segundo está cortado por los mismos patrones que nuestro protagonista, aunque con un resultado un tanto peor.

Crimson Skies es una gran alternativa, si bien para los puristas gráficos igual ya no resulta tan atractiva, mientras que si se busca un juego con ligeros toques de simulación, el Eurofighter Typhoon puede ser el indicado. Y si se quiere mucho más hardcore, a por Lock On o Falcon 4.0.

Aún así, y por raro que pueda parecer, el primer juego que me ha venido a la cabeza después de jugar a Jet Storm, es el primer y añejo Rogue Squadron. Y es que se parecen mucho en estilo y hasta en algunas misiones.

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