Cien años malditos...

La fábula de Narnia y su Bruja Blanca que fueron creadas por C.S. Lewis hace más de 50 años las ha retomado Disney en forma de película de la mano de Andrew Adamson y Atari termina esta cadena en forma de videojuego. A priori dos factores nos hacen desconfiar un poco de este título. El primero, ser una licencia de una película digerida para un público poco crecido, y segundo, lo mal acostumbrados que nos tienen a las adaptaciones para Nintendo DS, con un uso pésimo de las opciones únicas de la consola o un aspecto gráfico que o bien parece de GBA o unas pésimas 3D.

Pero el trabajo realizado sobre la versión DS queda a la misma altura que en sobremesa. Lo primero que llama la atención es lo completo de los menús usando la pantalla táctil. Podemos movernos por ellos a la par que se sigue desarrollando el juego en sí en la pantalla superior. Es decir, los botones sólo sirven para interactuar en la pantalla superior y cualquier comando que aparezca en la pantalla inferior habrá que hacerlo tocando. Algo complejo al principio, pues inconscientemente trataremos de aceptar los cambios con el botón A, cosa imposible, pero muy útil a la larga, pues ambas pantallas no se interfieren en absoluto y podemos cambiar entre personajes en tiempo real con tan sólo tocarlo.

Porque esa es la esencia de Las Crónicas de Narnia: el juego en equipo. Los cuatro hermanos que protagonizan el film, Peter, Edmund, Susan y Lucy actuarán a la par equilibrando sus habilidades. Aunque el juego empieza con Lucy en solitario y por ende, algo aburrido, a medida que se incorporan los demás personajes la acción gana enteros y las batallas son más completas y divertidas. Incluso en determinados momentos algunos personajes querrán hablarnos del pasado de Narnia en primera persona y tras un flash-back los controlaremos a ellos de forma temporal.

La primera impresión de Narnia en Nintendo DS deja un agradable sabor de boca y sorprende ver la personalidad que ha adquirido el juego para la portátil, detalle importante donde muchos flaquean. Pero intentemos analizar en profundidad más allá de la propia licencia.

Sus animaciones son fluidas, aunque ciertas bajadas en el número de cuadros por segundo ralentiza mucho el juego y puede desesperar en ocasiones avanzar con los cuatro hermanos y toparnos con dos o tres lobos. Baja del framerate asegurada. Otro punto importante donde se ha conseguido que los modelos poligonales sean fieles a la película y parezcan vivos es durante las escenas de diálogos. En la pantalla superior aparecerá únicamente el personaje bastante bien modelado, con expresiones faciales y movimientos acordes de ojos, cejas y boca. Algunos desarrolladores deberían tomar ejemplo en este aspecto.

En estos diálogos se nos invitará a elegir una respuesta entre varias opciones predeterminadas, desviando la conversación a nuestro antojo, aunque como suele ser habitual, acabaremos siempre obteniendo el mismo resultado. A la pregunta (ejemplo) siguiente: '¿Quieres venir conmigo?'. Opción A: '¡Sí, claro!', y le seguiremos. Opción B: 'No, es estoy asustada'. El no responderá 'No te asustes, conmigo estás a salvo', e igualmente haremos lo que el nos diga. Digamos que es lo que sucede en el 99% de los juegos…

Ampliar

Los escenarios, tanto interiores como exteriores son simples pero vistosos, completos en muchos puntos y vacíos en otros. Al aire libre, encontramos todo tipo de accidentes geográficos, ramas de árboles que simulan estar muy cerca de la cámara y nos entorpecen la visión, o efectos climáticos de lluvia y nieve que adornan en todo momento.

Cada nivel está compuesto por varios sub-mapas conectados en determinados puntos que permiten pasar de una zona a otra del nivel mediante el clásico pantallaza negro. Para los interiores se ha optado por un sistema de cuevas con entradas y salidas en puntos concretos del escenario, ofreciendo rutas adicionales que permiten bordear zonas imposibles de acceder de otra forma.

Los efectos sonoros son diversos, desde las pisadas distintas en nieve o suelo hasta el crujir del hielo o la madera seca. Todo forma un conjunto muy orquestado, bastante audible por lo general, monótono en ocasiones, y soberbio en otras.

Eso sí, deja mucho que desear la precisión de nuestra acción, como en el caso de las bolas de nieve, con un promedio de aciertos bajo y muy variable. Quizá alcancemos el objetivo desde lejos, y al intentar acercarnos para rematar la faena, no encontremos el ángulo adecuado con la cruceta. El tiempo de reacción tras cada ataque con la espada es particularmente lento, sobre todo comparado con el ataque de algunos enemigos. Llega a ser desesperante saber que en el momento que rompamos el bloque de hielo que nos impide el paso, no nos dará tiempo a reaccionar mientras el enemigo que espera detrás nos ataque. Así de evidente, y así de incordio.

Peter es más ducho y rápido en el manejo de la espada, Susan apoyará los ataques desde un segundo plano con su arco, Edmund opta por espadas más grandes para ataques lentos pero certeros y Lucy se apoyará en algunos hechizos mágicos para compensar la debilidad de su daga. La elección de cada personaje es a nuestro antojo, decidiendo en qué momento es más oportuno cada habilidad, o si debemos rescatar a uno de los hermanos con la energía al mínimo. Una pena que a veces los combates parezcan melees de un equipo de rugby o una reyerta callejera a la salida de la discoteca de turno. Y esas ralentizaciones…

La pantalla táctil cobra vital importancia en la estructuración de los menús, siempre en tiempo real. Eso sí, cuando guardemos la partida, al reiniciar nos llevará al inicio de esa pantalla. Casi siempre visualizaremos las cuatro caras, pero también existe un mapa esquemático de la fase al completo, acceso a opciones de sonido, lenguaje, iluminación. Incluso se puede regular la dificultad de los enemigos sobre la marcha, en cualquier momento. La ventaja es clara, las dos pantallas no se interfieren, pero olvidaros de jugar con el stylus al menos al menos que seas malabaristas. La opción del dedal o directamente el dedo es la más acertada, aunque al terminar cada partida esté la pantalla llena de huellas digitales.

Ampliar

El juego en general no intenta ningún experimento extraño y tiene toda la lógica del mundo seguir unas pautas básicas y establecidas de un producto que funciona. Se han añadido opciones que más que convertirlo en un 'must have' le dan cierta unidad, como que los personajes sean menos hábiles y ganen menos experiencia si tiene frío, o que algunos objetos haya que interactuar con ellos en la táctil. Si os ha gustado la película y queréis seguir disfrutando en casa, no os arrepentiréis de la compra, incluso si ya lo tenéis en PlayStation 2, pues difiere lo suficiente del primero como para justificar su 'propia' existencia.

La nota otorgada a Narnia va más allá de su licencia, siempre buscando tratarlo en mayor o menor medida con un título aparte, intentando obviar los elementos que evidentemente lo relacionan con la película. Y eso es lo que queda, un título lento al principio pero completo al poco de su desarrollo, con bajones en el número de frames que desafortunadamente empañan un aspecto gráfico general más que decente, y que te retará a acabar de una vez por todas con la maldición centenaria que alberga el mundo de Narnia.

Ampliar

Ampliar

Ampliar