Lo bueno, si grande, dos veces bueno

Empire es la compañía elegida por SEGA para distribuir e incluso en ocasiones programar las conversiones de sus juegos de recreativa a la plataforma PC. En el pasado el juego más "honrosamente" trasladado fue el SEGA Rally 2, superando a su homónimo para Dreamcast. Pero hubo otros muchos, entre ellos el Crazy Taxi, del cual bebe claramente el DVD que nos ocupa.

Descubre Big Mutha Truckers 2: Truck Me Harder! en movimiento en este vídeo.

Truck me harder es la continuación de un discreto Big Mutha Truckers, aparecido el pasado 2003 para consolas y PC. Repitiendo plataformas y desarrolladora, Empire trata de enmendar los fallos de su discreta precuela en un juego donde se dan la mano la acción de las recreativas de SEGA "18 Wheeler" y "Crazy Taxi". Evidentemente, de forma oficial no está relacionado con ninguno de ellos. Pero en la práctica sólo hace falta jugar cinco minutos para echar de menos aquel "Faster, faster".

La verdad es que huele a motor Dreamcast por todas partes, pero lejos de ser un inconveniente encontramos vehículos muy bien realizados, texturas limpias, gran resolución y "Full screen antialiasing" a toda pantalla (fuera dientes de sierra) en un PC "normalito".

El escenario es el completo, es decir, cada misión invita a seguir una ruta, pero no es necesariamente un punto a seguir; podemos perdernos sin más y deambular por todas partes. En otras palabras, el escenario completo está cargado en memoria sin resentir la acción salvo momentos muy puntuales donde un pequeño parón delata el cambio de ciudad. La fluidez es bastante buena (dependiendo de la tarjeta gráfica, claro), el camión está bien construido y las colisiones funcionan correctamente (puedes incluso atrapar a otros coches bajo el camión).

La versión de PC supera a la de Xbox y PS2 en este apartado, la definición lógicamente es mayor a 1024x768 que en un televisor estándar, y además requiere una gráfica con pixel shaders, de ello se aprovecha para crear mejores iluminaciones y efectos en la carrocería (como los esperados roces entre metales). Todas las ciudades tienen varios momentos del día y el tráfico hace ráfagas de luz cuando invades el sentido contrario. Por contra, nunca es de noche, sería demasiado complicado correr así.

Hay camiones, camionetas o "trucks", vehículos sin parte trasera o "pickups", motocicletas, turismos y transeúntes (aunque pocos). Cuatro cámaras disponibles, una de ellas desde el interior de la cabina, muy espectacular pero complicada a la hora de jugar. Unos escenarios bastante bien detallados, con zonas rurales, montañosas, boscosas o interiores de ciudades. En este aspecto recuerda bastante a los primeros Need for Speed. El resultado es más que digno.

En cuanto a los efectos sonoros poco hay que decir, cumplen bien, sin más. El motor no molesta, los cambios de marcha son meramente informativos y automáticos, apenas hay mensajes por radio. Por contra la música está algo mejor, si bien los buenos temas escasean. Destacar la versión del "Wild thing" que suena en los menús y el hecho de que podamos escoger entre varias emisoras de radio. Esto último ya se ha visto en otras ocasiones, pero en este juego puedes escuchar una auténtica parrafada de un locutor cualquiera si sintonizas cierta emisora. Cuanto menos, curioso.

Todo esto hace que conducir por conducir no tenga ningún aliciente, y en cuanto podamos dejemos de respetar las señales y lancemos el vehículo por el atajo más inmediato, esto es, en contra de dirección, chocando, sacando de la calzada a cuanto se nos ponga por delante. La bonificación por tiempo es suculenta, y en esta segunda entrega no hay que reparar el camión tras la prueba. Además existen determinados "atrezzos" en el escenario, como recoger vagabundos, escapar de policías o evitar ataques de bandas moteras o incluso ovnis.

Compramos la mercancía en una ciudad, una escena nos muestra los posibles bienes a comprar, su precio, si es conveniente o no comprar, y el precio de venta que podríamos obtener por ellos en otras ciudades. Una vez llenado el camión a su capacidad máxima nos dirigiremos rumbo a la ciudad en la que mejores beneficios tendremos, y la máquina volverá a ponerse en marcha.

Ampliar

En determinados momentos hay que negociar, o acudir a un bar a tomar algo y de paso obtener trabajitos extra que amplíen nuestras arcas. Estos retos alternativos no afectan a la historia principal, algunos son fáciles y otros más difíciles. Lo malo es que si no se superan no hay posibilidad de repetirlos, al menos no en la trama que sigue el modo historia. Hay modos de juego alternativos donde sí se nos permite rejugar estas pruebas, pero no afectan al modo principal. De igual forma hay toda una galería de imágenes a desbloquear a base de superar desafíos como recoger a todos los vagabundos, esquivar ataques de platillos volantes, dar al traste los planes de los moteros o superar la velocidad límite en todos los tramos urbanos.

La idea general del juego no es mala: es más que "Crazy Taxi" y "18 Wheeler" y menos que un simulador en toda regla. Empire utiliza esos toques de estrategia comercial para dar vida a su título, pero el objetivo final es siempre obtener suficiente dinero para mejorar el camión, acceder a nuevos personajes y acabar por comprar la libertad de Ma.

En algunos momentos se vuelve repetitivo, al final simplemente hay que ganar dinero, lo cual llega tarde o temprano (si no eres un desastre con el volante), y no por ello tienes que esforzarte demasiado. En otros es tremendamente divertido, mucho más con la cabina. Los extras a la historia principal son entretenidos, pero efímeros. Da la sensación en definitiva de que el concepto está bien trasladado al juego y sin embargo no da para más.

La prueba de aparcamiento consiste en meter el camión en el parking al final de cada misión en un tiempo determinado. Si lo logramos sumaremos dinero y además se nos bonificará con los choques y demás piruetas logrados por el camino. En caso contrario, no obtenemos bonus. Hay que aprovechar que el camión se repara "automáticamente" al final de cada escenario para llevarlo al límite en las pruebas. Los atajos son importantes, sobre todo los que te llevan en sentido contrario. Arañan al reloj unos segundos vitales, y algunas pruebas sólo pueden ser resueltas siendo un verdadero "cabra" al volante.

Pero probablemente su fórmula se halla estancada en las lagunas que comporta su planteamiento tan arcade. Está un peldaño por encima del brevísimo "18 wheeler" pero es menos divertido que el "Crazy Taxi". No es un título comparable a ningún juego de conducción "serio".

No hay profundidad, no hay variedad, no hay grandes pretensiones, y eso acaba pasando factura en un mundo, el de los Pcs, en el que hay que hay que innovar y sorprender continuamente o no vendes. Personalmente he disfrutado bastante más de este que de otros títulos porque me gusta el planteamiento de partidas de poca duración, pero también he de reconocer que en general un usuario pide algo más que apuntar buenas maneras.

Ampliar