La llegada de Voldemort

Desde los últimos años siempre que se estrena una película en cine de fuerte tirón comercial es difícil no ver alguna versión que no lo aproveche. El ejemplo  que nos concierne, Harry Potter y el Cáliz de Fuego, es un ejemplo de ello al igual que Las Crónicas de Narnia, King Kong o Chicken Little. Aunque pocas veces se aprovecha la licencia para hacer un videojuego que esté a la altura de las circunstancias.

El planteamiento del juego nos sitúa en un género entre aventura y plataformas aunque bastante limitado. No podremos movernos por el castillo con total libertad, en su lugar visitaremos zonas del castillo o exteriores bastante amplios, intentando ser fieles al desarrollo de la película, dónde deberemos superar algunos retos.

Podremos seleccionar a cualquiera de los tres protagonistas: Harry, Ron o Hermione. Mientras el jugador maneja a uno de ellos, el resto puede ser controlado por la IA del juego (de la que hablaremos más adelante) o por otro jugador en modo multijugador. No obstante, hay algunas pruebas que sólo podrá realizar Harry y no se nos permite escoger a otro personaje. Los tres personajes tienen las mismas habilidades y el control es exactamente el mismo, aun así se ha incorporado un sistema de cartas con el fin de ajustar las características de los personajes.

De poco servirá preparar a los personajes si vamos a jugar solos, ya que la IA que controla al resto del trío no es ni de lejos buena, y posiblemente sea este el fallo más importante del juego. Cuando se les necesita se colocan en las peores zonas para interactuar o bien se quedan atrapados en determinadas zonas y tendremos que volver atrás a por ellos y que retomen el buen camino.

Para avanzar en las fases muchas veces tendremos que combinar el poder de los tres personajes: atacar a un enemigo, apagar un fuego o bien mover objetos pesados que de hacerlo de forma individual no se podría. También podremos realizar un ataque combinado que incrementará la fuerza de nuestros ataques, siempre que tengamos el medidor especial lleno.

Nos encontramos con misiones de todo tipo: búsquedas de nuevos hechizos, superar miniretos en los niveles, pruebas cronometradas, enfrentamientos a enemigos y por supuesto las tres pruebas principales de la obra: el huevo del dragón, la prueba del lago y el labertinto. Estas tres últimas pruebas son de lejos las mejor representadas y posiblemente las más entrenidas dentro de la variedad de misiones del juego.

En lo que se refiere al manejo del personaje nada que objetar, es fácil y responde bien a las acciones del jugador, el problema como ya comentamos es la IA del resto de personajes. A lo largo del juego iremos ganando nuevos hechizos, aunque en esta ocasión el control será sensible al contexto, esto es, si estamos delante de un fuego actuará un hechizo de extinción, o si estamos delante de una roca hará lo propio con un hechizo de levitación y todo desde un mismo botón. No obstante hay dos hechizos: ataque e invocación de elementos, que tendrán uno propio.

En algunas misiones se nos adelantan acontecimientos usando el propio motor del juego, pero las animaciones importantes seran únicamente imágenes planas comentadas con algunos objetos en movimiento. No llega a tener la calidad de una animación de la que se nos acostumbra hoy en día, pero cumplen su función.

El sonido a la altura del apartado visual, buenas melodías y localizaciones al castellano para una mejor inmersión del jugador en el juego. Una pena que con un nivel técnico bastante bueno, el resto del juego no ofrezca lo que ofrecen otros juegos actuales.