Hagan sus apuestas

B.o.S es un juego de acción en primera persona con un estilo muy particular, algo que hará que sea odiado por unos y jugado por otros, mientras que los más veteranos lo apartarán a un lado para jugar a cosas más interesantes. Y es que los chicos de Kylotonn han creado un juego que se queda corto comparándolo con sus hermanos de género más actuales. Pero argumentemos esta opinión paso a paso...

La idea del juego es sencilla. Iremos eligiendo misión tras misión de las ofrecidas en el menú correspondiente, y pasaremos a cumplir los objetivos asignados. Durante nuestro recorrido por el escenario propuesto, además de soldados fácilmente eliminables, encontraremos campeones del programa de TV cuya muerte nos dará bastante más dinero. Este dinero lo utilizaremos para contratar a mercenarios que nos acompañen o para comprar armas, granadas y armadura.

No obstante, sólo podremos elegir armas o compañernos nuevos (soldado, ingeniero - capaz de reparar nuestra armadura automáticamente -, francotirador o protector - con un gran escudo y un arma ligera) cuando empecemos la misión. Y sólo podremos restaurar nuestra armadura o reponer nuestra munición mediante los ordenadores repartidos por el escenarios, que cargarán la cantidad de dinero correspondiente en nuestra cuenta. Además, sólo se pueden guardar las partidas comprando en otros ordenadores de otro tipo.

Resumiendo: vas por ahí pegando tiros y ves que la munición se te está acabando. Buscas un terminal en el minimapa y repones tu munición, pero ves que te faltan créditos para restaurar tu armadura. Así que sales a buscar más soldados enemigos para conseguir ese dinero que te hace falta gracias a sus muertes. Y cuando encuentras al campeón de B.o.S, la acción para momentáneamente para que un locutor presente a los participantes y sus derrotas y victorias.

Pues sí, es un poco raro. Da la sensación de que se quería hacer un juego de acción con algún elemento que lo apartara del resto y se agregó lo del programa de TV, así que todo el conjunto queda un poco inconexo. No obstante, como juego de acción, B.o.S es bastante entretenido, pero el problema es que tiene competidores como Far Cry, Half Life 2, Quake 4 o Doom III o F.E.A.R., que lo superan en aspectos como el argumento, los gráficos, la física o la ambientación.

Y es que jugar a Bet on Soldier es bastante menos divertido o espectacular que cualquiera de los títulos mencionados. En primer lugar por lo ya comentado de lo chocante del argumento y que todo se haga pagando (no hay botiquines ni armas ni cargadores en los escenarios). En segundo lugar, porque los soldados que contratamos bien podían ser robots, ya que en ningún momento hay una historia detrás de ellos, o al menos, alguna conversación que te haga encariñarte de ellos. En tercer lugar, la IA tiene fallos que sientan muy mal, como que a veces te pierden de vista con sólo ponerte detrás de una pared o que tus compañeros se pierden cada dos por tres a nada que subas una escalera o bajes una rampa. Y por último, las armas están muy mal equilibradas en cuanto a la relación potencia/precio de la munición, tema que trataremos en profundidad más adelante.

En fin, que aunque es divertido ir pegando tiros por ahí hasta que te encuentras al campeón de B.o.S de la zona correspondiente, la verdad es que tras un rato, todas las misiones te parecen iguales y eso no es nada bueno para un juego de acción, aunque tenga unos gráficos bastante decentes. Ah, olvidaba una cosa: entre la protección Starforce y la ausencia de barras de progreso, hay ocasiones en las que no sabes si el PC se te ha colgado o está cargando algo, sobre todo cuando arrancas el juego.

Las industrias se han vuelto más poderosas que los gobiernos. Es más, hay dos federaciones en guerra: la WRF y la UAN. Los dirigentes políticos no son más que peones colocados por los industriales. Toda la economía mundial de armamento y batallas la maneja desde las sombras un grupo conocido simplemente como la Organización. El conflicto no obedece a razones étnicas, geográficas, políticas o religiosas… Ahora no es más que un medio de vida. Desde los 16 años, todo hombre y mujer sanos son enviados a los campos de batalla para que se ganen la vida. Los débiles o quienes sobreviven para llegar a viejos trabajan en fábricas de munición para las corporaciones armamentísticas.

Bet on Soldier nos pone en la piel de Nolan Daneworth, un soldado de la WRF (una de las dos facciones en liza) con problemas de amnesia, que es reclutado para B.o.S, ocasión que el aprovecha para vengarse de los asesinos de su mujer: dos de los campeones del programa de TV.

Este es el argumento de B.o.S, extraido directamente del manual. Toda esta historia se traduce en que vas pegando tiros por los escenarios del juego y cuando te encuentras con uno de los jugadores de B.o.S, la acción se convierte en un programa de TV al estilo de gladiadores americanos, presentando a los dos combatientes con sus ránkings de victorias y muertes.

Es algo que parece bastante absurdo. Todo el mundo en guerra y se les ocurre hacer un programa de TV sobre ello, con apuestas y todo. Pero, ¿queda alguien que no esté trabajando en las fábricas o liándose a tiros para verlo? Sería diferente si hubieran ideado algo como "Perseguido", aquella película del ahora gobernador de California de apellido impronunciable. No pega la idea del mundo en guerra con los combates televisados: o una cosa o la otra, pero ambas a la vez queda un poco...absurdo.

Por si fuera poco, la historia de Nolan es contada de forma bastante confusa, de tal manera que uno nunca sabe qué es lo que recuerda o si (atención, destripe de la película Memento) le están utilizando como en el título de Christopher Nolan o qué.

En cuanto a los gráficos, el motor del juego (bautizado como KT) es capaz de aprovechar efectos DX9, con sombras suaves, partículas, brillos, rugosidades y demás, pero no es tan espectacular como otros de hoy en día y le falta realismo (no hay más que ver los brillos excesivos que hacen que la piel parezca plástico). Además, exige mucha máquina. No obstante, el juego se deja ver y es muy impactante ver cómo las partes de las armaduras de los adversarios van saltando por los aires con los impactos de nuestras balas.

Si hablamos de la física, es curioso el ver que el juego tiene un logotipo de Ageia (el chip de física de PhysX) en su contraportada, aunque los efectos que veamos en pantalla no son nada del otro mundo. Sí, se pueden ver los barriles saltar por los aires y los cuerpos de los enemigos responden bien a los impactos, pero no hay tanta interacción con el escenario como en Half Life 2, lo que le resta posibilidades a ver escenas espectaculares.

Por último, las escenas cinemáticas prerrenderizadas tienen bastante calidad, todo lo contrario que las voces que las acompañan.

Un fallo grave de la jugabilidad es lo mal equilibradas que están las armas. Te compras el lanzacohetes pensando que debería ser el arma más potente, que lo es, pero al precio que están los cargadores, al final no es la mejor elección, sobre todo cuando lo comparamos con el rifle de francotirador, capaz de abatir enemigos de un tiro y con cargadores mucho más baratos. Lo mismo es aplicable a la ametralladora (la típica minigun de otros juegos), que tarda una eternidad en empezar a disparar y que para colmo se calienta en seguida.

En fin, que al final acabas llevando un fusil normal y corriente para corto alcance y un rifle de francotirador, que es un arma demoledora y barata. Las granadas parece que están un poco de adorno, porque con la cantidad de barriles explosivos que hay por los escenarios, no merece la pena gastar dinero en ellas y tampoco es fácil adivinar dónde van a caer porque no hay ninguna indicación de la fuerza que empleamos en el lanzamiento.

Así que, como podéis imaginar, la elección de armamento acaba reduciéndose a cero, cosa que no contribuye en nada a la jugabilidad aunque las armas puedan mejorarse con diferentes extras. Es cierto que en algunas misiones hay exoesqueletos armados que podemos utilizar, pero tampoco es algo que te emocione mucho.

En cuanto a la IA, lo cierto es que los soldados manejados por el ordenador (tanto los que van con nosotros como los enemigos) van buscando cobertura, pero no lo hacen bien muchas veces. Tampoco son muy listos a la hora de buscarte una vez que te han visto y te has escondido, siendo incapaces de seguirte (¿Tendrán la memoria a corto plazo estopeada, como en Buscando a Nemo o Memento?). Por si fuera poco, sólo les puedes dar dos tipos de órdenes: "seguidme" o "quietos ahí", lo que hace pensar que tampoco hay mucha táctica que planificar.

Otro problema es que es tremendamente fácil conseguir un impacto en la cabeza y no sólo con el rifle de francotirador, sino incluso con una pistola, ya que los enemigos se mueven despacio. Eso le quita bastante gracia al juego. Al menos, nos queda la espectacularidad de ver cómo van saltando las piezas de armadura o el casco de los enemigos según van impactando nuestras balas.

En cuanto al modo multijugador, sólo he podido encontrar un servidor con jugadores y fue bastante aburrido. En este modo, hay terminales libres por el mapeado que podemos hackear para que puedan servirnos boletos de apuestas, además de una base donde ya tendremos terminales de nuestro color para compra de armas y armaduras y donde no puede entrar el enemigo.

La mecánica de juego se reduce a apoderarse de esos ordenadores neutrales mientras un compañero nos cubre y hacer apuestas para disputar combates uno contra uno en modo B.o.S. Al menos, podemos elegir nuestra clase de personaje (soldado, francotirador, protector, ingeniero, destructor - un soldado con armas pesadas - y granadero), lo que anima un poco la fiesta si en los equipos participantes hay variedad de tipos de personaje.

En resumen, que aunque el juego tiene alguna idea interesante, dista mucho de hacernos disfrutar como esos míticos títulos que mencionaba unos párrafos más atrás.

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