Super Princess Peach

Por fin la Princesa Peach coge las riendas de una aventura que tiene todas las papeletas para convertirse en uno de los buques insignia de Nintendo DS. Color, saltos y muchas hormonas femeninas para nuestra portátil favorita.

Los amantes de los juegos de plataformas en 2-D están de enhorabuena. Parece ser que la Nintendo DS es una gran oportunidad para éste tipo de títulos, que estaban de capa caída. New Super Mario Bross y éste Princess Peach son los claros referentes de lo que hablo. Por fin podremos disfrutar de juegos con scroll lateral, con saltos como antaño y color, mucho color.

A parte de Super Mario Bross 2, en incluso en los Mario Kart, ésta es la primera vez que tenemos oportunidad de controlar a la princesa Peach. Pero claro, si los malosos de turno secuestran a los hermanos fontaneros, alguien tendrá que ir en su rescate, ¿no?. Después de salvarla durante tantos y tantos juegos, por fin va a tener la oportunidad de devolverles el favor.

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Pero claro, ¿cómo alguien tan delicada, de la alta nobleza, podría defenderse de tantos y tantos enemigos? Una sola palabra: UMBRELLA. No penséis que va a tener que hacer frente a las hordas de zombies de la archiconocida empresa de genética, sino que tendrá que plantar cara a los enemigos con su paraguas. Dicho así puede resultar un tanto estúpido, pero sólo falta que la veáis en movimiento para daros cuenta de que puede resultar un arma tremendamente útil y dañina.

Con dicho paraguas la princesa será capaz de protegerse, atacar, planear para alargar los saltos, coger a los enemigos y engullirlos, flotar por el agua, engancharse a determinadas pasarelas metálicas y deslizarse por ellas, disparar, usarla para caer en picado con ella, etc etc. Quién pillara un paraguas así, oiga. Así, podremos ir llegando a determinados interruptores rosas, que nos recompensarán (por medio de la setita Toad, que majo) con nuevos poderes y movimientos que podremos ejecutar para, por ejemplo, volver a ése saliente al que la princesa no podía acceder sin el nuevo movimiento.

Pero claro no todo queda así. Gran parte de la jugabilidad del título, así como su originalidad radican en la pantalla táctil de la consola. En ella, y siempre que dispongamos de ello, podremos activar unos determinados 'sentimientos', que harán que el comportamiento de la princesa cambie radicalmente. Hay cuatro de ellos:

-Ira (corazón rojo): Ya sabemos todos como se ponen las mujeres cuando se mosquean, y la princesita no va a ser menos. Que los enemigos que tiemblen. Paraguazos a tutiplen (ni Ernesto de Hannover, fíjese), los bloques hasta ahora irrompibles podrán ser destrozados. Bueno, imagináos el resto.

-Felicidad (verde): La princesita salta de alegría, crea escudos que la protegen de los enemigos y puede curarse

-Llanto (azul): La tristeza colapsa a la pobre Peach. Llora desconsolada cual nintendog abandonado, pero de sus lagrimitas edulcoradas podrá hacer que crezcan super semillas mega mágicas y se conviertan en árboles enormes por donde podremos escalar para llegar a determinados lugares. También podrá correr como alma que lleva el diablo. Pobrecita ella, que mal lo pasa.

-Amor (rosa, por supuesto): El amor recorre la médula de nuestra infanta, podrá saltar haciendo remolinos, pudiendo llegar a sitios anteriormente inaccesibles, y podrá besar a todos los enemigos del juego, repartiendo amor y cariño hasta al último y más feo koopa (esto último puede que no sea cierto... ejem).

En fin, una verdadera alegría para el psicoanalista de la señorita, con tanto cambio de humor (¿qué tomará ésta chica para cambiar de estado de ánimo tan fácilmente...? raro raro raro).

El juego constará de ocho mundos con tres fases cada una, cada una ambientada de manera diferente, aunque todas con un factor común. El colorido y el buen rollo. Bien es cierto que la paleta de colores, así como algunos enemigos y la estética en general, nos recuerdan al mítico Yoshi's Island. Esto, lejos de ser un inconveniente, se convierte al menos para mí en una de sus mayores virtudes. Recorrer fases tan llenas de vitalidad y armonía es realmente satisfactorio. Bosques, castillos, volcanes, praderas... una maravilla, de verdad.

Todo esto acompañado por unos efectos de sonido y unas melodías totalmente excelentes y pegadizas como hacía mucho tiempo que no estábamos acostumbrados a deleitarnos. Una verdadera delicia que es uno de los mejores puntos de todo el juego.

Luego, por supuesto, no podían fallar los minijuegos. Muchos y muy variaditos para que nos entretengamos entre paraguazo y paraguazo, haciendo que tengamos que tener el stylus bien afilado y preparado para superar todos los retos que nos propongan.

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No os dejéis engañar por su estética super mega cachi piruli juan pelotilla, porque éste juego puede convertirse en uno de los bombazos del año que viene. Sólo espero que la duración sea igual de impresionante que el resto de los apartados. Los gráficos soberbios, animaciones excelentes, jugabilidad a prueba de bombas, apartado sonoro sublime... Se va a hacer larga la espera para probar semejante cartucho...

¡Peach, te queremos!