De diamantes a circonitas

Hace pocos días yo mismo os hablé de la recopilación Taito Legends, y en breve haré lo propio con la esperada Capcom Classics Collection. A mi parecer, que es la opinión de un perro viejo en la industria del videojuego, lanzamientos como estos son una auténtica oportunidad que tienen los más jóvenes para conocer de primera mano el concepto más puro de jugabilidad. Joyas de otros tiempos en los que no había artificios ni extras de cartón-piedra ajenos a la metodología lúdica del programa para atraer al usuario... Todo era diversión concentrada, poco más.

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No cabe duda de que Sega es una de las compañías que antaño más apostaban por esto, y más aún aunando revolucionarios conceptos que, tanto jugables como tecnológicos, aupaban a la empresa a lo más alto del medio. Tropecientas mil monedas se han ido insertando una y otra vez en las ranuras de joyas incunables como Outrun, Golden Axe o Virtua Racing, pudiendo presumir todos y cada uno de ellos de implantar una nueva forma de ver los arcades.

Es por ello que la publicación en Europa de lo que es una recopilación de éxitos de Sega se debería antojar como algo digno de aplaudir. Nombres como los antes citados vuelven a resonar en los circuitos de Playstation 2, corriendo el rumor de que viejas estelas de diversión sin fin se entrecruzarán amigablemente con los tiempos de hoy. Lo peculiar es que existe un pero muy gordo, y es que los chicos de Sega tuvieron la 'genial' idea de reconvertir estos clásicos a las nuevas tecnologías, tal vez con la intención de arañar algunas ventas más atrayendo a los más jóvenes con un pellizquito de 3D.

Nada más lejos de la realidad, algunos títulos antaño fabulosos han quedado transformados en una mera burla del todo irrisoria. La magnificencia de Out Run ha dado paso a un racing-game que parece hecho por aficionados a los parsers de juegos 3D, Golden Axe luce como habiendo salido de las primeras versiones del Bleem, y Virtua Racing... Bueno, Virtua Racing por suerte permanece prácticamente intacto. O sea, entre todo lo incluído nos encontraremos con alguna cosa que merece la pena, pero el resto... ¡uff!

De todos modos, el hecho de que algunos títulos mantenan intacta su esencia, como es el caso del citado Virtua Racing, ya hace más que apetecible la adquisición de este lanzamiento. Aparte está el hecho de que en occidente no tendremos que disfrutar los Sega Classics uno a uno por separado, tal y como lo hicieron en Japón (echad cuentas de que saldrían a unos 20 euros por ejemplar). Por aquí se han reunido unos cuantos de esos títulos (dejando fuera del tiesto algunos bocados apetecibles como Hokuto no Ken/Last Battle en favor de otros más anodinos) en una sola compra, lo cual, a pesar del abultado retraso en la distribución, es de agradecer...

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Pues bien, la nueva versión creada para Playstation 2 es toda una afrenta al original. Sus gráficos no superan ni de lejos a los de antiguallas de PsOne como Legend o Xena, sus movimientos ortopédicos son más rígidos que las poses del Pozí, y la metodología de juego, antaño simple y eficaz, se torna en frustrante por un diseño de juego obtuso y unos niveles alargados de forma exagerada e inútil. De lo más regularcillo del pack, de no ser por cierto Ferrari Testarrossa...

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Desgraciadamente, las luces de los de Sega parecen apagarse por momentos. Dejar intacto a Bonanza Bros y programar un señor engendro con cuatro polígonos para llamarlo Out Run es de psiquiátrico. Más aún tras ver el abrumadoramente bueno Out Run lanzado para Xbox, este remake es tan inoportuno como su pobre jugabilidad, sus cuatro polígonos mal puestos o lo nulo de sus texturas. Aberrante es poco...

En la nueva y poligonal versión el concepto apenas varía, siendo por fortuna tan frenético como divertido. La excelsa sencillez del clásico da paso a un factor de apuntado muy similar al de los Panzer Dragon o RayStorm, detalle el cual le da bastante vidilla al juego. Cabe destacar que las melodías, al igual que en el clásico de 1985, son muy, muy pegadizas.

En Sega Classics Collection tenemos un Monaco GP ciertamente divertido. Para que os hagáis una idea, este título es una especie de moderno Micromachines, conducido sobre todo por una jugabilidad tan sencilla como absorbente. Probablemente, de los que más juegues de este pack, a pesar de la parquedad de los gráficos.

Así pues, poco más se puede decir acerca de lo nuevo que ofrece en Playstation 2 este juego, pero sí se puede hablar de lo adictivo que resulta, como buen clon de Tetris que es. Si bien su mecánica varía lo suficiente como para mantener su propia identidad, la verdad es que aún resultando tremendamente adictivo, pierde fuelle por resultar bastante más rígido que Tetris o el genial Puyo Puyo.

Del mismo modo, su versión para Playstation 2 pierde muchos enteros por no evolucionar apenas un píxel con respecto al arcade de 1986. Esto no sería un problema de no ser porque Fantasy Zone puede llegar a resultar muy monótono, al no aportar los suficientes toques de variedad y emoción que, en su día, también aportaron otros grandes como Gradius o R-Type.

Claro está que, con la oferta de obras maestras del género de la conducción con las que goza la consola de Sony, recomendar este Sega Classics Collection por el mero hecho de llevar en sus tripas el mítico Virtua Racing puede ser algo extralimitado. Pero claro, en otros tiempos, comprar Virtua Racing en su formato cartucho para Megadrive era el mayor atraco a mano armada de la historia de los videojuegos (por dios, que juego más caro), y la mejor forma de obtener una buena versión era comprando el fracasado 32X... Pensándolo así, merece la pena.