El retorno del mono

Haciendo un poco de memoria
Después de que Diddy y Dixie rescataran a Donkey Kong de las malvadas garras del Kaptain K. Rool (némesis de los Kong, llamado King K. Rool en la primera entrega), tanto Donkey Kong como Diddy Kong decidieron tomarse unas vacaciones que tenían merecidas. Pero inexplicablemente para Dixie, ambos no volvían, así que decide ponerse en busca de los desaparecidos en compañía de su primo Kiddie, a la vez que de nuevo los Kremlins vuelven a poblar las islas que conforman el mundo de Donkey Kong, esta vez bajo el mando del cyborg KAOS.
Claro está, los dos jóvenes monos no podrían ir en su busca sin la ayuda del plantel de miembros de la familia Kong como son el gruñón de Cranky (el protagonista de los Donkey Kong para NES), su esposa Wrinkly, el rapero Funky Kong, y Swanky Kong (el cual nos hacía participar en diversos juegos para obtener jugosos premios).

g r a f i c o s
Mientras que en Donkey Kong Country la ambientación era más salvaje, y en la segunda parte podíamos ver unos paisajes más acordes con el mundo pirata, aquí, conforme vamos avanzando en el juego, vemos que su temática es más futurista, cibernética por decirlo de alguna manera, aunque no por ello no significa que los escenarios sean monótonos, ni mucho menos. Disfrutar de los gráficos de este juego es toda una delicia, tanto por la ambientación como por las animaciones de los personajes del juego.

Pero a la hora de comparar la versión original con la de portátil encontramos dos problemas que son los que más me han llamado la atención. En primer lugar, la consecuente reducción de pantalla que provoca el jugarlo en Game Boy Advance hace que no se pueda disfrutar en plenitud de los paisajes tan bien renderizados ni de las animaciones del juego. Está claro que no es lo mismo jugar en una pantalla de 28 pulgadas que en la de Game Boy Advance, por lo que es comprensible que, aunque el juego sea una delicia visual, haya que sacrificar un poco de ello en pro de la portabilidad.
Lo que no consigo entender es como después de dos entregas las cuales tenían defectos gráficos no hayan rectificado ni una pizca. Nos encontramos con lo mismo que en las anteriores adaptaciones, es decir, un bajón de definición considerable y unos gráficos descoloridos que sin duda no te hacen disfrutar de lo que te ofrecía el original, amén de algunas ralentizaciones (eso sí, en momentos puntuales del juego). Aunque bien es cierto que aun con estos defectos, sigue siendo uno de los mejores que nos podemos encontrar en Game Boy Advance gráficamente hablando.

s o n i d o
Aquí nos encontramos con otro problema a la hora de la conversión de SNES a la portátil. Y es que todos conocemos de sobra que una de las grandes carencias de Game Boy Advance es la calidad sonora en gran parte de los juegos. Aunque este juego tampoco es una excepción, he de decir que si conserva en gran parte la calidad del original.

Por un lado tenemos las canciones que el juego de Super Nintendo tenía, que si bien no se han mantenido exactamente con la misma calidad, si que se mantienen con un listón alto, lo cual no es poco sabiendo que se trata de GBA. Quizá podrían ser algo mejores, sí. Pero claro, entre que el cartucho no tiene la misma capacidad y que el hardware no es el mismo no se puede exigir de la misma manera. Aunque bien es cierto que en algunos títulos la calidad es mayor.
Luego, a la vez que se han cambiado cosas del original se han tenido que añadir nuevas melodías que encajan bastante bien con el ambiente general de juego. Los sonidos también son fieles al juego de SNES, habiendo una gran variedad, desde los gritos tan típicos de la familia Kong hasta las explosiones, el sonido que provoca el nadar, los gritos enemigos... Miles de efectos de lo más variopintos y divertidos.

j u g a b i l i d a d
Pocos juegos enganchan como lo hace éste. La verdad es que cuando te pones en la piel de los monos ya no puedes parar hasta que no se te desgasten las manos. Donkey Kong es jugabilidad en estado puro.

La variedad de fases que nos podemos encontrar (siempre refiriéndonos dentro de las plataformas) es grandiosa. A lo largo del juego vemos como las fases se van complicando añadiendo zonas más dinámicas y complicadas.
También existen los ya míticos animales en los que te puedes montar o en los que te puedes transformar, que evitan que el juego caiga en la monotonía. Por si esto fuera poco, existen fases que van a 'contrarreloj' y que has de pasarte en un tiempo determinado para así poder pasar al siguiente lugar, cosa que se añade como un reto más a tener en cuenta.

Las novedades que trae la conversión son bastante interesantes (y polémicas, por qué no decirlo). En primer lugar, se añaden unos cuantos minijuegos, cortesía de personajes como Funky Kong, que te propone sus retos en lancha o Cranky, que se está entrenando para protagonizar su propio juego y tú debes ayudarle.
También hay un hecho que es innegable y es que Donkey Kong Country 3 parece hecho para una portátil. El sistema de juego para el 'juego una fase y apago la consola' es perfecto para Game Boy Advance; puedes jugar una partida mientras estás de viaje, en un momento aburrido en cualquier lado... Es un sistema de juego que no te compromete a estar mucho tiempo enganchado para ir pasándotelo.

c o n c l u s i o n
Aquellos que han jugado a los juegos originales seguro que han recordado grandes momentos en compañía de los Kong y sus aventuras. Sin duda esta saga ha marcado un antes y un después en mucha gente, ha desarrollado de manera grandiosa el género de las plataformas, y no hay que negar que los simpáticos monos tienen mucho carisma. Además, lo tenemos en un sistema portátil que nos permite llevárnoslos a cualquier parte. Todo un lujo.

Lo que está bien
- Poder disfrutar del juego original en nuestro idioma, además de nuevas fases y minijuegos
- Perfecto para una portátil
- Muy divertido
- Es largo

Lo que no está tan bien
- Que no hayan solucionado en lo más mínimo el bajón de calidad gráfica y sonora de los anteriores.
- Quizá les parezca algo fácil a los que conocían el juego original
- El precio, quizá algo excesivo para un port.