Dragon Ball Z: Supersonic Warriors 2

Decir a estas alturas que Dragon Ball es una saga que no tiene fin, es tal inútil como decir que el sol sale todos los días. Ya incluso dentro del mundo de los videojuegos, son pocos los títulos que hayan saltado de una generación a otra con tanta soltura como lo hacen los supersaiyanos de la obra de Toriyama. Por si no fuera poco con la cuarta entrega de Budokai en PlayStation 2, ahora les toca estrenarse en Nintendo DS.

Como no podía ser menos, estamos ante un nuevo juego de lucha, que es continuación de la entrega que viera la luz en Game Boy Advance. De hecho, reutiliza algunas de las técnicas empleadas en el original para, con un conveniente lavado de cara, ofrecer un aspecto que mezcla las dos y las tres dimensiones a lo largo de los combates.

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Este motor gráfico con base en las tres dimensiones ofrece la posibilidad de que los personajes se muevan por el escenario, ya sea al frente o al fondo, o incluso alejarse del enemigo ofreciendo un zoom de alejamiento por parte de la cámara. No obstante, los retales del juego en 2D son numerosos, con efectos de modo-7, por ejemplo, lo cual incita a pensar en más de una ocasión que estamos ante un juego de lucha en dos dimensiones convenientemente adornado.

Gráficamente, el juego no termina de convencer, sobre todo debido a las irregulares animaciones que luce, algo incomprensible dada la potencia de la máquina que lo acoge y la compañía desarrolladora, que ha demostrado con anterioridad el dominio que tiene en el terreno de las dos dimensiones. A pesar de ello, el juego intenta ocultar sus defectos con numerosos destellos llamativos a lo largo de los combates.

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Como todo juego de Dragon Ball que se precie, los combates no se reducen a puñetazos y patadas, sino que habrá numerosas bolas de energía volando por la pantalla, con los consiguientes efectos de luz y escenas especiales que llenarán el ojo del jugador más allá de las pobres animaciones de las que hacen gala los personajes.

Es decir, se dispondrá de un determinado número de puntos para elegir personajes, y esto puede suponer seleccionar a tres de nivel medio/bajo o a sólo dos pero más fuertes. De este modo, se intenta equilibrar los combates dándole un mayor sentido a los personajes no tan fuertes. Las grandes opciones multijugador que podría ofrecer este sistema se ven truncadas por la no aparición de un modo de juego para cuatro usuarios.

Una vez con nuestro equipo formado, podremos cambiar de personajes con la pantalla táctil, como ya hemos dicho, pero además, se podrá seleccionar un ataque combinado entre nuestros personajes, también accesible a través de esta segunda pantalla. Un uso muy simplificado de las posibilidades de esta máquina, pero que poco más se le podría pedir al estar ante un juego de lucha, con todo lo que ello implica.

A pesar de no tratarse de un juego especialmente llamativo a priori, técnicamente hablando, tiene lo principal: una gran licencia. Además, el juego no parece que vaya a ser ni aburrido ni malo, ya que junto a la diversión inevitable para dos jugadores, se unirá un modo historia donde se podrán escoger los escenarios de cada personaje, que seguirán fielmente el argumento de la obra de Toriyama.

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Así pues, sólo queda esperar que vea la luz esta primera entrega de Dragon Ball en Nintendo DS, que pese a no explotar la máquina casi de ninguna de las maneras posibles, parece ofrecer alicientes más que suficientes para que los usuarios aficionados a esta sempieterna obra disfruten de los combates más espectaculares en cualquier parte.