El mejor Tiger envejece

Parece que fue ayer cuando este redactor que suscribe empezaba su colaboración con la sección PC de MeriStation precisamente con el análisis de Tiger Woods 2002. Desde entonces, año tras año, nos hemos ido ocupando de las revisiones de la licencia de golf de la todopoderosa compañía canadiense Electronic Arts, que si bien todas ellas atesoran gran calidad, no es menos cierto que ha ido perdiendo gas a cada nueva entrega debido en gran medida a que la innovación ha disminuido a lo largo de los años.

En realidad casi sería posible cortar y pegar la review del año pasado y ponerla para el presente; el corazón y el concepto del juego es tremendamente parecido y las mejoras, aunque presentes, puede que para muchos no justifiquen el nuevo gasto que supone la actualización al presente año. Pero la verdad es que, de todos los juegos de índole deportiva que produce EA, Tiger Woods PGA Tour 2006 es tal vez el mejor simulador de todos. Y uno con los de mayor valor añadido.

Uno puede pasarse muchas horas jugando a TW 2006 sin aburrirse, sin que necesariamente sea fan del golf. Una de las mayores virtudes tal vez de este simulador es que acerca el deporte a mucha gente que en condiciones normales no lo practicaría nunca y consigue ser adictivo como el mejor juego de fútbol, baloncesto o fútbol americano. No solamente es sencillo e intuitivo para el principiante sino que además ofrece tantas opciones de juego que fácilmente hacen que un experto le pueda dedicar 200 horas de marcha y no cansarse.

Ciertamente la competición online con eventos reales es algo que el público agradece, así como la posibilidad de jugar contra las mayores leyendas del golf en campos míticos (Arnold Palmer, el maestro Nicklaus, etc.), disputar un partido o un torneo totalmente a nuestra medida o, como viene siendo habitual, crear un golfista a nuestra imagen y semejanza e intentar llevarlo a lo más alto del mundo en el modo PGA Tour.

TW 2006 es, contrariamente a lo que se pueda pensar, uno de los juegos deportivos más emocionantes. Esto es así porque probablemente se elimina mucho de lo 'aburrido' que resulta disputar un partido en la realidad para alguien que no es un auténtico aficionado: la espera entre golpes y el trayecto a recorrer en busca de nuestra bola. En realidad, para los que como un servidor procuran practicarlo siempre que les es posible, estas minucias son parte del atractivo de un juego en el que se le da tanto énfasis social como propiamente deportivo.

Lo mismo sucede con esta edición de 2006; aunque los más exigentes puedan encontrar escasos los niveles de dificultad (especialmente si se proviene de versiones anteriores) el juego está pensado no solamente para los 'cracks' sino también para el jugador casual que quiere disputar un partido una vez a la semana. Y además puede ofrecer recompensas a nivel de satisfacción personal tanto a un jugador como a otro, y no es algo de lo que puedan alardear todos los juegos.

Tal vez el sistema más notorio es su nueva vuelta de tuerca al diseño de personajes Game Face en su tercera versión. Las opciones de configuración de un jugador son casi infinitas, partiendo del tamaño y forma de la cabeza hasta el volumen de tono muscular, pasando por todo tipo de formas de pelo, orejas, brazos y antebrazos, nariz, boca, labios, dientes, piercings, tatuajes, tamaño de la mandíbula, etc. Es relativamente sencillo crear un personaje que se parezca a uno mismo, si bien crear un doble ya es más complicado.

El diseño de la más de decena de campos es magnífico a todos los niveles; cada búnker, cada lago y cada árbol está representado perfectamente en el juego. Si uno es, además, bastante necio jugando podrá descubrir rincones de hierba que nunca pensó que estarían allí. Además hay montones de sorpresas a nivel meteorológico (nubes, puestas de sol, lluvia intensa, vientos, etc.) y a nivel de fauna. Es habitual ver como vuelan las gaviotas cuando jugamos cerca del mar o ver cruzar una ardilla en mitad del fariway del hoyo 9.

Las animaciones, si bien de nuevo la mayoría ya vistas en la edición del pasado año, son de lo mejor que podemos encontrar en un videojuego. La única pega es, de nuevo, que no se ha corregido uno de los defectos que ya presentaba en 2005: los jugadores no parecen del todo integrados en el campo, sino que da la sensación, especialmente en las transiciones, de estar 'pegados' a él. Sin embargo siguen levantando brotes de césped y arena de forma bastante realista.

Aunque tanto el vuelo como el bote de la bola son prácticamente perfectos, inclusive cuando está bajo efectos del viento, el motor de colisiones no actúa todo lo bien que se podría desear. En primer lugar las pelotas siguen atravesando al público y jugadores cuando los hay, lo cual tiene mucho delito cuando son los mismos jugadores los que se colocan DELANTE del tirador en partidos con 4 contrincantes, por ejemplo. También hemos descubierto ciertos puntos de los greens en los que la bola se queda atascada sin al parecer motivo alguno, pero esto es algo muy ocasional.

A nivel auditivo, en su versión original el juego vuelve a contar con los mordaces comentarios de Gary McCord en el village y David Feherty a pie de pista, muchas veces dando pistas sobre el green mucho mejores de las que un novato podría deducir. La paleta de colores por defecto utilizada para mostrar la caída en los greens agradece de vez en cuando una aclaración por parte de Feherty, y más de uno y dos birdies le tenemos que acreditar debido a sus consejos.

Desde el primer momento en que instalamos el juego hay multitud de cosas por hacer. Es posible jugar un partido clásico con hasta otros 3 jugadores, ir a internet a buscar el rival que más se acomode a nuestras necesidades, jugar un torneo con alguna de las variantes más conocidas (skins, golpe alterno, stabbleford), practicar o aprender golpes nuevos, revisar todas y cada una de nuestras estadísticas, mirar las repeticiones de los golpes y putts más espectaculares o bien continuar con nuestro golfista creado de la nada e intentar hacerle llegar a lo más alto del PGA Tour.

TW 2006 cuida hasta el más mínimo detalle todas las posibles situaciones que podemos encontrar dentro y fuera de la pista. Por ejemplo, es posible seleccionar el tipo, la marca y las características de hasta los 14 palos que podemos llevar simultáneamente en nuestro carro. Hasta podemos cambiar su composición o el tipo de bola que vamos a golpear. Podemos modificar hasta la marca de relojes que vamos a llevar. Algunas cosas no tienen incidencia ninguna sobre el juego y son puramente estéticas; otras, en cambio, pueden modificar enteramente nuestra experiencia de juego.

Podemos coger a Tiger Woods a través del nuevo modo Rivals y hacerlo jugar contra las más grandes leyendas de este deporte; ahí sí que notaremos la inmensa diferencia que supone pegar un escueto drive de salida de 250 yardas o bien un poderosísimo golpe de 350. Manejar al rey del golf es comprender las maravillas que se pueden llegar a hacer con un hierro 2, un palo dificilísimo cuyo dominio está al alcance de solamente unos pocos. Comprenderemos que 40 pies de distancia en el green parecen estar más cerca cuando son las manos de Tiger las que están sobre el putter.

Para todo este tipo de movimientos, Electronic Arts ha intentado manejar el a nuestro entender ya bueno sistema de golpeo 'True Swing'. Obviamente se puede utilizar el clásico estilo de 2 ó 3 clicks, pero el True Swing es la simulación más realista que existe de un deporte en el PC ya que tendremos que imitar el swing de nuestro palo con un movimiento del mouse, bien sea vertical u horizontal. El True Swing Analyzer interpretará nuestro golpe en base a una serie de parámteros y nos dirá si hemos hecho un fade, si la bola lleva push o si nuestro tempo es el adecuado.

Si decidimos subir nuestro propio golfista, tal vez la opción single player más interesante de todo el juego, empezaremos en un calendario real en el que se nos irán apuntando citas en nuestra agenda. A medida que ganemos (y perdamos) partidos se actualizarán nuestros objetivos y progresaremos desde amateur hasta profesional. Cuando finalicemos una competición se nos asignarán puntos de experiencia que podremos gastar mejorando nuestras habilidades (juego corto, juego en el green, shot mastery, etc.) y también ganaremos dinero.

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El dinero es importante en PGA Tour 2006 porque no solo sirve para comprar equipamiento que se ajuste a nuestras necesidades y ropa para estar más guapos en el tee, sino que paga las cuotas de entrada en los torneos y paga los desplazamientos para ir a disputar algunas competiciones, calculado a partir de los datos que introducimos al crear nuestro personaje. Por supuesto que hay docenas y docenas de ítems para incrementar el tamaño de nuestro armario.

A medida que mejoremos la habilidad de shot mastery estarán a nuestra disposición nuevos golpes para incrementar nuestro arsenal. Es impresionante ver hasta qué detalle nos permite adaptarnos a cualquier situación de juego, por mucho que esto sea ajeno para alguien que jamás ha pisado un campo de juego. No es lo mismo salir con un pick o con un blast de una trampa de arena, no es útil el flop cuando hay mucho viento, se echa de menos el punch al estar bajo los árboles… todo está incluido en el juego y es accesible si aprendemos la lección correspondiente.

Conforme vayamos mejorando nuestras habilidades veremos que nuestras estadísticas mejoran sustancialmente y paulatinamente iremos acumulando repeticiones de golpes espectaculares. Nuestra vitrina de bolas, sin embargo, ya es más difícil de llenar por completo. Hacer 4 eagles en una ronda (en dificultad intermedia), dos eagles seguidos o 12 birdies en 18 hoyos son tareas nada fáciles de completar para la mayoría y se requiere un buen temple al mouse si realmente aspiramos a conseguir todos los trofeos.

Paradójicamente, la curva de dificultad del juego está invertida. Con eso queremos decir que el juego se va volviendo (o eso nos parece) más fácil y repetitivo a cada nuevo torneo y cada nuevo punto de experiencia que asignamos a nuestro personaje. Veremos como los birdies caen con mayor facilidad, como es posible hacer rondas de 60 golpes o como ni los mejores golfistas del momento nos hacen sombra. La primera vez que jugamos contra Tiger Woods, sin ir más lejos, ganamos. Con dos golpes de ventaja.

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