Los que conozcan la saga Monkey Ball y sean fans de la misma, probablemente estén esperando este juego como agua de mayo, ya que reúne lo mejor de los dos títulos previos que hay para Gamecube, como ya os contamos en las impresiones que publicamos sobre el presente juego. Los no iniciados en la saga tienen en este título un buen candidato para introducirse en el mundillo de los chimpancés dentro de las esferas, los escenarios de locura y la velocidad sin límite.
Para los que no conozcan estos juegos previos, diremos que los juegos de la serie Super Monkey Ball se basan en llevar a nuestro personaje, que va dentro de una esfera, rodando por los escenarios hasta la meta. Esto que a priori parece simple y fácil, pasa a ser una tarea harto complicada según el juego va avanzando, creando una gran adicción a cualquiera que le gusten mínimamente los retos de habilidad. Ciertamente una mezcla de habilidad y estrategia es lo que hace falta para resolver los escenarios, junto a una paciencia a prueba de bombas.
Hay mucho de lo que hablar en este título de SEGA, así que vamos a verlo apartado a apartado.
g r á f i c o s Este es uno de los apartados más cuidados del juego, si bien a primera vista pueden parecer demasiado infantiles, son apreciables detalles de bastante calidad. Hablando ya de cada elemento, los modelos de los personajes están bien hechos, sin inconsistencias de ningún tipo. Lástima que los veamos tan poco, ya que siempre están dentro de la bola. A pesar de ello, se nota que los grafistas han trabajado esta parte del juego para llevarla de forma mas que correcta a PS2 desde Gamecube, sin perder calidad ni colorido en la conversión. Los escenarios por su parte están también muy bien plasmado, del mismo modo que los elementos son variados y en general muy coloristas. En cada mundo del modo historia tendremos una ambientación distinta, que se reflejará en los escenarios. Así, veremos esquemas cromáticos de verdes, azules, rojos, tonos pastel y un sinfín de combinaciones más, dependiendo del ambiente en el que nos movamos.
Mención especial merecen los fondos, totalmente animados y en 3D con una calidad global muy alta, y que son toda una delicia para la vista. Realmente, merecen ser observados con detenimiento a lo largo de nuestra travesía por los distintos mundos. Dentro de los escenarios, los elementos de los mismos también se han plasmado de forma muy vistosa. Además hay gran variedad de elementos que hacen que no haya dos niveles iguales, obstáculos fijos, móviles, deformaciones del escenario, rampas y un sinfín más de dificultades para evitar que lleguemos a nuestro objetivo.
Todos ellos tienen un correcto modelado y texturización, además de una destacable animación en el caso de las partes móviles. En este ultimo apartado, el de los objetos móviles, cabe remarcar la creatividad con todos los objetos animados del juego, ya que la variedad es enorme, y gracias a estos se dota de mayor vida a los escenarios. Por otro lado, las escenas de transición en el modo historia, destacan también por su calidad. A pesar de tener un tono desenfadado, el modelado de todas las partes de las mismas está francamente bien hecho, y las animaciones son fluidas y naturales.
Entrando a valorar aspectos técnicos, la versión final incluye opción para 60 hz, algo de agradecer, debido al énfasis que hace el juego a la hora de transmitir una elevada sensación de velocidad. Como único aspecto negativo a destacar en este apartado, deberíamos hablar de ciertas texturas con distintas tonalidades que provocan una sensación de mareo cuando la imagen se mueve rápidamente. Pero como ya decimos, se trata de un caso puntual, y ni mucho menos de una norma general.
s o n i d o
Si bien el apartado gráfico está muy cuidado, el apartado sonoro no destaca del mismo modo, aunque cumple perfectamente con su cometido. La selección musical se centra principalmente en temas de acompañamiento. Bien elegidos, eso sí, ya que concuerdan muy bien con el ambiente del escenario. Algunos temas son bastante frenéticos, como el ritmo del juego en ciertos momentos. De todos modos, algo de variedad entre los distintos temas a nivel de estilo, sí hubiera ayudado a no caer en la monotonía que se siente al estar jugando unas horas seguidas. Aún así no hay nada destacable especialmente de forma negativa en este aspecto, que como ya hemos dicho arriba, simplemente cumple.
A nivel de efectos sonoros, normalmente este tipo de juegos no se suelen centrar en ofrecer un repertorio demasiado abundante o de una gran calidad, y así sucede en el juego que nos ocupa. Este es el apartado que peor parado ha salido, y donde sí hay cosas a mejorar. El detalle que negativamente más llama la atención son las voces del comentarista en el menú principal, y ya dentro del juego. Llegan a hacerse muy pesadas y el doblaje al castellano no es muy destacable. Además, estas voces tienen demasiado eco, y da la sensación que el comentarista nos esta hablando desde muy lejos.
Más allá de las voces, y centrándonos en los efectos, encontramos cierta mejoría, pero sin grandes alardes. Hay algunos de ellos que resultan graciosos, pero son los menos. El resto resulta más bien poco destacable e incluso hay alguno, como el sonido de los ataques en el minijuego batalla de simios, que puede que lleguéis a odiar. En definitiva, un apartado que ha quedado por debajo de la media general del titulo, siendo simplemente un lunar en el acabado global.
j u g a b i l i d a d Sin embargo, y pese a lo discreto el sonido, la jugabilidad es sin ninguna duda el apartado estrella del título. Los modos de juego que el título presenta son muchos y variados, como por ejemplo el clásico modo historia, en el que tenemos que guiar al protagonista por diferentes mundos, donde se nos propondrán 20 niveles en cada uno. Estos niveles vienen clasificados según su dificultad entre 1 y 10 plátanos, siendo los de 10 plátanos los que supongan un desafío mayor. Una vez en la pantalla de selección, de entre los 20 niveles propuestos deberemos superar tan sólo 10 para pasar de mundo. Esto es una gran ventaja, ya que si nos atascamos en algún nivel, lo cual es bastante probable dada la dificultad de algunos, podremos descartarlo temporalmente e intentar hacer otros.
Esta posibilidad le da más interés al modo historia dado que es difícil que nos estanquemos completamente, a pesar de que ciertos escenarios están rebuscados a conciencia, y nos hará falta mucha paciencia para conseguir guiar la bola hasta la meta. Para conseguir más puntos, podremos ir recolectando las bananas que hay dispersas por los escenarios, si bien inicialmente se encuentran en ubicaciones mas o menos accesibles, a niveles avanzados su ubicación se convierte en un reto solo apto para los jugadores más experimentados. Desde luego recolectarlas todas no es tarea nada fácil.
Super Monkey Ball DX ofrece muchas cosas. Ofrece diversión para un solo jugador, más bien orientada a un público especifico, amante de los retos y con mucha paciencia. Al mismo tiempo ofrece una variante de minijuegos, apta para todos los públicos, con un control sencillo, unas explicaciones en pantalla claras y toneladas de risas aseguradas. Lástima que el modo historia sea tan desafiante, incluso a pesar de todas las facilidades que nos dan, puede llegar a ser frustrante. Por otro lado su precio reducido, lo puede convertir en una compra muy interesante, ya que la duración del juego es altísima.