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Una de las sorpresas de cara a esta feria, la resurrección de un juego del que nadie se acordaba ya, contemporáneo en su desarrollo con Duke Nukeem Forever. De hecho, en 3D Realms llegaron a tener dos equipos dedicados a cada uno de los títulos, aunque finalmente Duke Nukem chupó todos los recursos y Prey quedó abandonado. Ahora ha vuelto en este E3, desarrollado por otro estudio, pero supervisado por la propia 3d Reales para asegurarse que responde a su visión original.
Y ha vuelto a lo grande, con un engine basado en Doom 3 que empieza aquí a revelar su verdadero potencial. Doom 3 era el precalentamiento, pero en Prey se empieza a explorar su enorme potencial en la recreación de entornos, además de que comienza a mostrar espacios abiertos de gran extensión. La demo que se ha podido ver tenía algunos efectos gráficos impresionantes, especialmente en las texturas de algunos escenarios, totalmente orgánicas y casi vivas, que daban grima sólo de mirarlas.
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La acción en Prey es bastante peculiar y se podría decir que hasta psicodélica. Se trata de un FPS al uso en el que manejas a un nativo americano. Por razones que permanecen sin explicar en estos momentos, este indio ha descubierto la tecnología de los portales, que permite abrir puertas a cualquier punto del universo. Esas puertas son la antesala de una invasión alienígena a gran escala, que pretende tomar y destruir la tierra, por lo que te embarcas en una misión suicida para salvar a la humanidad.
Claro que el protagonista no es un humano cualquiera y tiene ciertas habilidades especiales. La principal es la de poder separarse de su cuerpo para andar en forma de espíritu. En esa forma no sólo es más complicado verte, sino que puedes atravesar lugares por los que antes no podías, pudiendo activar dispositivos a los que normalmente no tendrías acceso. También hay que mencionar que en esa forma sólo puedes manejar un arco que lanza una especie de flechas de luz.
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Otra habilidad principal es la de resistir a la muerte, una vez que te quedas sin vida, pasas al plano espiritual, en donde en lo alto de un altar debes de pelear usando las flechas para salvaguardar tu cuerpo de los ataques de los espíritus que intentan llevarse tu alma. Si consigues resistir, vuelves automáticamente a la vida y puedes retomar la acción o el combate con el que estabas.
Como ya se ha comentado, la acción es un tanto particular. Por un lado está el sistema de los portales, que además de un elemento original en el desarrollo de la partida es también una impresionante demostración de poder técnico. Estos portales se pueden abrir en cualquier momento y una vez abiertos puedes ver con claridad hacía donde llegan, incluso permite combatir desde un lado del portal a otro. Resulta un efecto muy convincente a nivel técnico porque no es fácil implementar un engine que te permite cambiar de localización al instante sin tiempo de carga alguno.
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Otro elemento que juega un papel fundamental en el juego es la física, especialmente la gravedad. De hecho, varios de los puzzles que tendrás que resolver usan la gravedad para ser resueltos. En la demo se podía ver como debías de formar una especie de cubo, utilizando activadores de gravedad para encajar las piezas unas con otras Destacan una especie de caminos imantados en los que puedes caminar ya estés en horizontal, vertical o boca abajo, resulta toda una experiencia liarte a tiros con alguien que está boca abajo encima tuyo.
Prey tiene una gran variedad de armas equipadas con funciones secundarias y a cual más rara. Algunas de esas armas son de origen orgánico y realmente no parecen algo que normalmente cogerías con mucho gusto. La variedad en los ataques y las estrategias a seguir en Pray parecen bastante variadas, lo que garantiza a priori un juego variado y con gran contenido, pero habrá que esperar a que el juego salga a la luz para comprobar si está a la altura de las expectativas.