El lejano oriente en Xbox

La majestuosidad de la Dinastía Sun ha guiado a los nuestros durante generaciones y ha mantenido nuestra prosperidad a lo largo de los tiempos. La paz del reino solo se rompió cuando la propia naturaleza se rebeló y marchitó la tierra con una década de sequía. Pero el Emperador Sun Hai no estaba dispuesto a permitir tal cosa. Tanto es así que cuando declaró el fin de la Larga Sequía, ésta realmente terminó.

Aunque te criaron lejos de la benevolente mirada del Emperador, has aprendido mucho aquí en Dos Ríos, incluido el control de tu cuerpo y el dominio de tu mente. Pero se acerca el final de tu etapa en esta escuela fronteriza. Pronto viajarás más allá de la protección de Dos Ríos y la experiencia sustituirá a las enseñanzas. Recuerda que, aunque el Imperio se extiende hasta muy lejos, poderosos espíritus acechan bajo la superficie y la amenaza del caos siempre está presente.

Dada tu orfandad es lógico que tengas muchas preguntas. Y, si bien hasta ahora han tenido el silencio por respuesta, puede que haya llegado la hora de encontrar explicaciones...

De esta sutil manera se presenta Jade Empire, obra del aclamado estudio Bioware adquirido por el gigante de Redmond. Tras deleitarnos con KOTOR, sus miras fueron más lejos y arriesgaron todo dejando el desarrollo de la segunda entrega a la gente de Obsidian y preparándose para crear desde cero la que han dicho era su ilusión: un juego de rol ambientado en la mitología oriental.

Este movimiento que en un principio puede parecer sencillo, no lo es tanto en realidad. Dejar de lado una saga exitosa, tanto en público como en crítica, abandonar el nivel de seguridad que supone llevar el "prefijo" Star Wars y partir de cero para recrear un nuevo universo y una historia original, es una apuesta arriesgada. Muy arriesgada. Pero contando en el mismo estudio con los desarrolladores de MDK2, Baldur's Gate y con los guionistas de KOTOR se tenía una incuestionable base con la que salir ganadores. Y, en vista del resultado, lo han conseguido.

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Jade Empire bebe de las fuentes jugables que dieron vida a KOTOR, pero las expande hacia límites insospechados añadiendo un sistema de combate en tiempo real totalmente satisfactorio, visualmente espectacular y con un notable grado de profundidad y variedad. La ambientación toma retazos de la filmografía oriental y del cine de acción de Hong-Kong, rindiendo tributo a personajes como Bruce Lee o a la juventud de Jackie Chan. Espíritus que deambulan sin rumbo por la tierra, un Emperador malo malísimo, un maestro de artes marciales, una amistad duradera y un enemigo mortal nos esperan en nuestro viaje. ¡Bienvenido al Imperio de Jade!

Así muchos de los defectos que mostraba el juego basado en la galáctica licencia siguen apareciendo en esta ocasión, mientras que otros han sido agradablemente atenuados. Entre los primeros está la sensación de pesadez al girar la cámara o que ésta nos deje fuera de visión en algunos combates; entre los segundos, destaca la ausencia de ralentizaciones y un mayor grado de detallismo en los decorados.

El mayor mérito de los encargados del diseño gráfico ha sido saber dotar de una atmósfera palpable y creíble al Imperio de Jade. Todos y cada uno de los escenarios recreados presentan una gran belleza desde el punto de vista artístico. Desde nuestros inicios en la escuela del maestro Li y la primera visita a la playa, hasta la suntuosa ciudad Imperial, repleta de vida. Muchas reminiscencias de otros RPG y de la filmografía venida del Lejano Oriente, consiguen dar una auténtica lección de plasticidad al servicio de la jugabilidad.

Desde el punto de vista técnico, sin embargo, no es tan brillante como cabría esperar del potencial de Xbox, especialmente tras haber visto títulos del calibre visual de Doom 3 o Las Crónicas de Riddick. Obviamente, Jade Empire es un juego de rol que asienta sus bases jugables sobre otras virtudes y que conlleva un máximo esfuerzo del hardware, por lo que muchos aspectos visuales deben sacrificarse. La calidad de las texturas sin ir más lejos, es muy mejorable. También cierto clipping presente en la capacidad "oculta"del protagonista para atravesar a los transeúntes o algunos problemas esporádicos con la cámara.

El diseño de los personajes es notable en cuanto a caracterización y grado de detalle facial, aunque su modelado es  bastante mejorable porque les delata claramente su origen poligonal. Algunas animaciones un tanto bruscas, sobre todo en las carreras, empeoran este efecto. Estas trabas se dilatan vislumbrando los combates, que son realmente espectaculares en cuanto a velocidad y a la calidad de las animaciones de cada uno de los estilos de lucha.

A este respecto hay que destacar que los combates son tremendos visualmente. Tanto usando armas, como los puños o las transformaciones, las animaciones de lucha son brillantes y nos parecerá estar viendo una película de Jet Li o Jackie Chan. Sorprende que las limitaciones del engine permitan un acabado tan realista en los combates, pero así es. Es más, desearás conseguir nuevos estilos para usarlos rápidamente contra algún incauto y dilatar así tus asombradas pupilas.

Las transformaciones son uno de los estilos de lucha más jugosos para alegrarnos la vista. Esta capacidad para adquirir momentáneamente la forma de algún animal hará que los mejores efectos de luces se muestre en pantalla. Convertirse en una serpiente, un dragón o un sapo hará que el televisor explote en miles de colores para pasar a controlar a alguno de estos espectaculares animales. Sus animaciones y diseño compiten a la par con los enemigos, basados fundamentalmente en la mitología oriental. Bandidos, luchadores, espíritus con miles de formas, enloquecidos animales… todo un bestiario perfectamente recreado.

Entre el resto de detalles que debemos destacar,  podríamos hablar del cambio de filtro en pantalla que supone usar la capacidad de concentración y que nos permitirá recorrer a toda la velocidad los escenarios o ralentizar la acción durante los combates.  Los efectos de luces y las explosiones no sorprenderán a los maestros de KOTOR, pero ahí están cumpliendo sobradamente. Y por último las secuencias cinemáticas en los momentos cumbres de la historia: simplemente aceptables en cuanto a calidad, aunque bastante mejores en cuanto a dirección y grado de dramatismo.

Es destacable que en muchos momentos la música se deja ir, desaparece, dejando el primer plano al rumor del viento o del agua, para luego renacer e inspirar nuestras búsquedas. En los combates cambia el tempo y pasamos de las tonalidades cálidas y pausadas a los scores clásicos de las películas de kung-fu o de los filmes de acción. Como es habitual, Bioware ha bordado este apartado.

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Mención aparte merecen los diálogos. El juego está completamente en inglés, lo que es una buena noticia si viene perfectamente traducido, como es el caso, y nos permite jugarlo a la vez que en el resto del mundo. Las voces de los actores se acoplan a la perfección con los personajes que caracterizan e incluso se ha tenido la delicadeza de idear una lengua completamente original (al igual que en KOTOR, donde los alienígenas hablaban en sus idiomas nativos) que toma su base en las raíces del chino mandarín y en otros dialectos orientales.

Jade Empire es un título de rol que mantiene las bases en cuanto a diálogos, convicción moral y desarrollo que marcó su antecesor conceptual. Su base jugable se mantiene gracias a una estructura argumental sólida, elaborada a través de las miles de líneas de diálogo que nos van abriendo la mente a los sucesos acontecidos en el Imperio. Oír, escuchar, investigar, conocer a la gente y sacarles información son la base para exprimirle todo el jugo al cinematográfico argumento.

Consiguiendo experiencia durante la aventura iremos consiguiendo puntos con los que mejorar las estadísticas de nuestro avatar y que podremos distribuir libremente. Lo particular del caso es que según mejoremos éstas características, variarán nuestras habilidades de conversación, fundamentales para abrir nuevas vías de diálogo durante el juego.

Así, una vitalidad elevada permite tener mayor fortaleza en los combates, pero también hará que intimidemos o agrademos a los contertulios que encontremos. Aumentando el espíritu lograremos mejores cotas de chi (el poder mágico), a la par que se variará nuestra capacidad intuitiva e intimidatoria. Por último, unas estadísticas mentales elevadas harán que nuestro grado de concentración sea mayor (fundamental para manejar armas y ralentizar los combates), así como un mayor grado de encanto e intuición con lo que adivinar lo que piensan los demás.

Enfocar el crecimiento del personaje en uno u otro sentido depende únicamente de nosotros. Pero consiguiendo puntos de experiencia no solo mejoraremos nuestras estadísticas, sino también nuestras habilidades y estilos. Cada estilo de lucha puede ser aumentado en potencia, disminuyendo la cantidad de chi que gastamos al usarlo o incrementando la velocidad con la que lo ejecutamos. Por tanto, hay que saber distinguir que estilos usaremos más habitualmente para fortalecerlos, dejando un poquito de lado las formas de combate secundarias o que no nos agraden especialmente.

Además, y tras las primeras horas de juego, conseguiremos un amuleto al que podemos acoplar gemas preciosas, que podemos adquirir de los comerciantes o bien encontrar durante nuestros viajes. Estas gemas permiten que mejoremos ciertas características, como nuestra intuición, fortaleza o grado de concentración. Aclarar que en el menú no existe un inventario como tal, por muy extraño que pueda parecer a los aficionados del rol. No hay un catálogo de armas disponibles que elegir, pociones que usar o vestimentas que portar. Y a pesar de ello, el juego mantiene su interés sin perder encanto.

Nuestro personaje empieza la aventura en una posición neutral, pero tras su primera conversación con "Montaña Sonriente" conocerá que todo instruido luchador puede seguir dos caminos bien distintos: el de la mano abierta y el del puño cerrado. El primero de ellos basa su sabiduría en que ayudar al necesitado puede ofrecer sus recompensas, mientras que el segundo viene a decir que el uso de la fuerza es vital para la supervivencia.

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La separación entre ambos caminos no es tan clara como podría parecer en un principio y solamente a través de un largo número de horas de juego iremos sabiendo más de ambas formas de comportamiento y de sus consecuencias. Un uso moderado de la fuerza puede ser mejor medicina que las enseñanzas de la mano abierta, por poner un ejemplo. La decisión, como siempre, es sólo tuya y, a través de las acciones y, sobre todo, de los diálogos, nuestra alineación irá variando entre una forma de vivir la vida o la otra.

Ni que decir tiene que cada forma tiene sus recompensas y usar una u otra alineación puede abrirnos puertas que de otra forma permanecerían cerradas. Para exprimir al máximo todas las posibilidades de la historia y vivir la aventura desde diferentes puntos de vista, recomendamos disfrutar desde otra perspectiva la aventura una vez la concluyamos. El grado de rejugabilidad es muy elevado, más incluso que en KOTOR y mucho más apetecible si tenemos en cuenta que la duración de Jade Empire es mucho menor (prácticamente la mitad) que la de los Caballeros de la Antigua República.

La forma de combatir es muy similar, aunque pueda sonar extraño, a la usada en Fable, el otro buque insignia del género rolero en la consola de Microsoft. Y sin temor a equivocarnos, podemos decir que los combates en el título de Bioware son más fluidos y presentan muchas más variantes que en la obra de Big Blue Box.

El control de la acción es realmente sencillo; tenemos un botón para atacar, otro para bloquear, un ataque fuerte y botones de acceso directo para usar la capacidad de concentrarse (lo que ralentiza la acción), sanarnos a través del chi (recordad que en Jade Empire no existen objetos para curarnos) o canalizar el chi en nuestro ataques.

Pero lo primordial es la grandeza de los estilos creados, su espectacularidad visual y las diferencias pragmáticas al usar uno u otro en el campo de batalla. Los estilos de apoyo no causan daño en sí mismos, pero facilitan la labor del resto. Por ejemplo, podemos paralizar a un rival, ralentizarlo o envenenarlo. Los estilos de lucha son los clásicos que se hacen con los puños y las piernas, y por tanto son más débiles; los estilos de armas permiten controlar algún objeto contundente, sea una espada, un bastón o una daga, aunque ningún arma terrenal es útil contra los espíritus del más allá.

Los estilos mágicos permiten usar algún elemento para atacar, bien sea fuego, viento o hielo, aunque los demonios sean inmunes a ellos. Y por último están las transformaciones, que nos permiten mutar nuestra apariencia en la de un animal y combatir con su forma mientras nos dure el chi.

Todos los estilos que vayamos consiguiendo durante el viaje pasarán a ser nuestros hagamos lo que hagamos. Podemos elegir en todo momento que estilo usar en combate, bien pausando la acción (reminiscencia de KOTOR) o bien usando el pad direccional, asignando un estilo a cada dirección. Usar cada uno de ellos sabiamente y ante los enemigos correctos es fundamental para salir victoriosos. Y sin duda alguna, es el aspecto más agradable y sorprendente de los incluidos en Jade Empire. Tanto por su plasticidad visual como por la sencillez de control y la facilidad de ejecución, esperamos que los futuros títulos de Bioware incluyan estas posibilidades.

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Poco a poco se irán añadiendo más personajes en nuestra pantalla de aliados, aunque solamente uno de ellos podrá acompañarnos durante la acción. Podemos elegir quién seguirá nuestros pasos en cualquier momento, excepto durante los combates, y su forma de asistirnos en las batallas será bien apoyándonos (no entran en la pelea, pero mejoran nuestras habilidades) o bien combatiendo (no tienen barra de energía, por lo que si caen resucitan cuando acabemos con los enemigos). Cada aliado tiene sus características y estilos, por lo que hacernos acompañar por uno u otro dependerá del rival y del punto en que estemos de la historia.

Nuestro nivel de influencia sobre ellos es tan grande que nuestras acciones harán cambiar sus perspectivas e incluso su alineamiento, aunque no por ello dejarán de intentar llevarnos por sus propios caminos. Cada uno de ellos tiene sus objetivos y su personalidad, por lo que conocer más sobre ellos y usarlos correctamente nos permitirá ahondar en el universo del Imperio. Sin ellos, sin sus historias, el juego perdería enteros.

Aunque su calidad no es la se podría requerir hoy en día de un arcade con scroll vertical, es lo suficientemente entretenido como para que disfrutemos de él en cualquier momento, ya que los escenarios desbloqueados estarán accesibles en la sección minijuegos del menú principal.

Así es uno de los títulos más esperados para la consola de Microsoft y, por lo visto, puede superar perfectamente el hype para asentarse como una realidad jugable que ofrezca sensaciones nuevas a los amantes del rol. Si eres de gatillos inquietos, dale una oportunidad, los combates y las múltiples formas de afrontarlos merecen la pena. Aunque si la forma de estructurar la aventura y el desarrollo de ambos KOTOR no te encantó, difícilmente te atrapará el Imperio de Jade. Eso sí, los que disfrutaron con los Caballeros de la Antigua República encontrarán la excusa perfecta para pasar un buen número de horas delante de sus televisores.

Jade Empire se pone a la venta en dos ediciones, la normal y la limitada. Por sólo 3 euros más, la edición para coleccionistas incluye un DVD extra con un "cómo se hizo", un nuevo personaje jugable, un estilo de lucha adicional y demos de otros juegos de Microsoft Game Studios. Destacar que la versión normal ya incluye como añadido un nivel del esperadísimo Conker: Live  & Uncut, ni más ni menos que la versión protagonizada por la ardilla del inicio de la película "Salvar al Soldado Ryan". Una excusa más para hacerte con él.

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