Metal Slug 4 & 5
Llega una nueva entrega de la "Chaqueta metálica" a los circuitos de vuestra consola. Después de haber pisado casi todos los formatos existentes, la cuarta y quinta parte (juntas pero no revueltas) vienen con ganas de cachondeo. Atentos, porque éstos hombrecillos disparan primero, y preguntan después.
Llega una nueva entrega de la "Chaqueta metálica" a los circuitos de vuestra consola. Después de haber pisado casi todos los formatos existentes, la cuarta y quinta parte (juntas pero no revueltas) vienen con ganas de cachondeo. Atentos, porque éstos hombrecillos disparan primero, y preguntan después.
Lo cierto es que Metal Slug no necesita presentación. Pondría la mano en el fuego a que todos vosotros alguna vez en vuestra vida habéis jugado una partidita o al menos conocéis la saga. Bien en los recreativos, bien en cualquiera de las entregas que han salido en consola. Desde que salió la primera parte en Psone, no han parado de aparecer continuaciones y remakes para una y otra plataforma. Que si Metal slug 2 por allí, que si Metal slug X por allá, los chicos de SNK han logrado colarnos el mismo juego una y otra vez. Pero no importa. El juego engancha, y mucho.
Aún recuerdo la primera vez que me pusé a los mandos de éstos muñequitos tan guerreros. Creo que me gastaría unas 1000 pesetas de las de antes, cogiendo un vicio antológico, y encima me quedé con ganas de más. Aunque ése día no pude hacer otra cosa más que irme a casa (era un niño indefenso, sin trabajo ni ingresos... qué triste), lo cierto es que no me importó. Desde entonces me declaré fan absoluto de Metal Slug. Meses después, no podía creer que tuviera el juego de recreativa en casa, en su versión para Playstation. Eso sí, la alegría duró poco. Digo que duró poco porque el juego de marras, que está orientado a recreativa, en formato doméstico tiene menos vida que un caramelo de fresa en la puerta de un colegio... pero vayamos por partes.
Al inicio del juego, y siempre que se nos acaben las vidas (algo bastante habitual), podremos elegir entre cuatro personajes: Marco, Eri, Trama y Flu. Lo cierto es que a nivel de jugabilidad no hay ninguna diferencia entre ellos, a excepción de las maravillosas animaciones personales para cada uno de ellos. Es una delicia ver tantas cosas en movimiento, y de una manera tan exquisita. En una de las fases, en las que tendremos que enfrentarnos contra hordas de zombies, os partiréis de la risa cuando vosotros mismos os convirtáis en uno de ellos, dando lugar a una transformación y unos movimientos torpes y lentos (no olvidéis lanzar una granada en estado zombificado, es lo mejor), con una calidad altísima y un sentido del humor inmejorable. Las animaciones son punto y a parte. Se nota la experiencia de los chicos de SNK Playmore a la hora de manejar pixels.
En cuanto a la jugabilidad, vosotros mismos os sorprenderéis de la capacidad de enganche que tiene el juego. Es una maravilla a ese nivel. Es cierto que todo se reduce a disparar, disparar y disparar, pero tiene un encanto difícil de calificar, y a poco que os pongáis a los mandos de vuestra consola, las horas pasarán volando destrozando tanques enemigos y lanzando bombas a granel contra un enorme ejército de soldados. La evolución técnica con respecto a las anteriores partes no tanta como para que pueda apreciarse a simple vista. Pero bien es cierto que los gráficos y la fluidez con la que se mueve todo ha sido notablemente mejorada. Por muchas explosiones y enemigos que salgan en pantalla, todo se moverá con total suavidad, dejando al jugador experimentar el juego en toda su plenitud.
Según avancemos por las fases, nos iremos encontrando con rehenes (más que rehenes parecerán náufragos), que al salvarlos, nos dejarán items que sumarán puntos, o, lo que es más interesante, armas. Las hay de todo tipo. Ametralladoras, ametralladoras dobles, escopetas, lanzallamas, lanzabolas explosivas, etc. Todas muy originales y tremendamente útiles. Aparte de esto, nuestro arsenal podrá ser momentáneamente multiplicado gracias a la gran variedad de vehículos en los que nos podremos montar. Desde enormes tanques, pasando por mini-robots de varios tipos, aviones, submarinos... e incluso camellos. Totalmente delirante y divertidísimo. Incluso si conseguimos muchos ítems de comida, podremos ponernos durante un corto espaci de tiempo, totalmente obesos, haciendo que nuestros disparos y bombas multipliquen su potencia (como siempre, atentos a las animaciones).
Algo siempre ha caracterizado a estos juegos son los jefes de final de fase. Éstas dos partes no podrían ser una excepción. Siempre al final de cada recorrido nos esperan enormes enemigos que nos harán las cosas más difíciles. Los hay de todo tipo, y todos son geniales. Enormes engendros mecánicos, monstruos marinos gigantes, aviones de combate armados hasta los dientes, tanques titánicos... una delicia de ver (y por supuesto de destruir).
Las novedades se dejan ver sobre todo en la quinta parte. Si bien no son muy apreciables, a poco que conozcáis la saga os daréis cuenta de ello en muy poco tiempo. Por fin los enemigos han cambiado radicalmente. Ahora nos atacan personajes muy variopintos y (como no), excelentemente animados. Las fases están muy curradas, y se nota que se ha intentado dar un soplo de aire fresco a la saga, algo que, personalmente, creo que se ha conseguido. Bien es cierto que siendo un arcade en toda regla como es, poco más se puede hacer. Ambos juegos se componen de unas 6 fases cada uno.
Visitaremos muchos lugares ambientados en diferentes lugares del globo, como una fase encima de una balsa a lo largo del amazonas, una pirámide azteca, una base militar... y así un largo etcétera. Todos muy bien decorados y caracterizados. En cuanto al movimiento de los personajes, a excepción de una nueva acción (pulsando salto y abajo al mismo tiempo), que hace que resbalemos por el suelo, no hay nada que contar. De hecho, éste único movimiento que han incorporado es, a parte de inútil, totalmente molesto. Muchas son las fases en las que nuestra intención sea disparar a un adversario situado delante nuestro, y en lugar de saltar y en el aire disparar al suelo, lo que el personaje ejecutará será el movimiento de barrido, dejándonos vendidos a posibles enemigos cercanos o precipicios.
En cuanto el sonido, he de comentar que es francamente maravilloso. Los fx son exactamente los mismos desde el primer Metal Slug, y en eso no hay cambio (tirón de orejas a SNK), aunque bien es cierto que gozan de una magnifica calidad. Pero las melodías son punto y a parte. Algunas son bastante sosas, pero en cambio hay algunos temas, como el de la segunda fase de Metal Slug 5, en plan Tarantino (os recordará a la BSO de Kill Bill), que os harán esbozar una sonrisa y harán que la muerte y destrucción que causéis sean aún más placenteras.
Como dije antes, después de tantas continuaciones, la saga necesita aire freso... que lamentablemente y por lo que parece, no vamos a encontrarnos en la cuarta y quinta parte (esperemos que el futuro salto a las 3D le siente bien). Es cierto que sigue siendo terriblemente divertido jugar a un arcade puro en 2d, de los que ya quedan pocos. Ya se sabe, las fases con scroll horizontal, con miles de pixels corriendo por la pantalla sin una ralentización, disparos, bombas, minas, misiles... todo junto en la pantalla da una sensación de delicioso caos. A menos que a última hora añadan alguna novedad en forma de minijuego o algo parecido, la experiencia Metal Slug es francamente limitada... A poco que hayáis jugado a alguna de las partes, ya habéis jugado a todas.
Es decir, algunos fondos se repiten, los enemigos prácticamente son los mismos desde la primera parte, las explosiones, armas, sonidos son exactamente calcados a los de sus predecesores... ¿es ésto bueno? Pues sí y no. Es bueno que mantenga sus señas de identidad, pero con los tiempos que corren no creemos que les cueste mucho trabajo diseñar algo nuevo (tampoco bastaría con una fase de avión por aquí, y otra bajo el agua por allá). En mi humilde opinión personal, creo que a ésta saga le queda poco que ofrecer. Una vez que lo tengáis en casa, si es que decidís gastaros unos cuantos euros en ello, es posible que os déis cuenta de que no deberíais haber hecho tal cosa.
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