Crash'N'Burn
- PlataformaXBX7PS2
- GéneroConducción
- DesarrolladorClimax Group
- Lanzamiento03/12/2004
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorEidos Interactive
Imprescindible airbag...
En el mundo de Crash'n'Burn no hay ganadores... sólo supervivientes. Lo nuevo de Climax intenta ser el no va más en lo que a juegos de carreras y destrucción se refiere, con permiso de Burnout 3.
En el mundo de Crash'n'Burn no hay ganadores... sólo supervivientes. Lo nuevo de Climax intenta ser el no va más en lo que a juegos de carreras y destrucción se refiere, con permiso de Burnout 3.
Lo cierto es que la nueva oferta automovilística de Eidos, intencionadamente o no, comienza moviéndose a dos bandas. Por un lado, se apunta a la moda del tunning, tan en alza tras las últimas entregas de la serie Need for Speed. Y por otro, logra trasladar aquellas añejas sensaciones que produjo en su día la obra prima de Psygnosis en Playstation, Destruction Derby, el título que supuso el salto de Reflections desde las bestias del Amiga al mundo de los juegos de conducción.
Y es que Crash'n'Burn, a pesar de ver la luz en unas fechas tan repletas de novedades de alta alcurnia, presenta una jugabilidad tan clásica como poco innovadora. La mano de los desarrolladores de las dos genialísimas entregas de MotoGP para Xbox son los responsables del primer título online producido por Eidos, que promete diversión a raudales a base de correr y sobrevivir sobre cuatro ruedas.
Con una competencia de lo más dura, Crash'n'Burn, aparte de ofrecer un modo para un jugador de lo más competente, presenta un modo online capaz de poner en carrera dieciséis jugadores al mismo tiempo, todo un record en lo que a juegos de consola se refiere. El estreno en este medio de Eidos no podría ser más fuerte... Ahora bien, ¿cumplirá en el resto de apartados? ¿Colmará las exigencias de todo aquel que busque divertirse con un buen juego?
Ni siquiera nuestro coche destaca demasiado sobre el resto. Eso sí, a pesar de contar con una amplia variedad de opciones de tunning y modding, la calidad de los gráficos en general deja que desear. A pesar de todo, hay ciertos detalles destacables, aparte de la consabida fluidez de juego. Por ejemplo, los coches se abollan de forma creíble y pierden piezas, todo con un motor físico tan genuino como exagerado.
También sobresale el hecho de que las piezas perdidas, como alerones o carrocerías en llamas, permanezcan en el asfalto durante toda la carrera, lo cual supone todo un peligro para el jugador. Mientras los esquivamos, apenas tendremos tiempo para echarle el ojo a los escenarios, situados en ciudades como Los Angeles, Miami, San Francisco, El Gran Cañón, el Bronx, Detroit, Las Vegas, San Diego y algunos más... los cuales, sin estar mal, tampoco son un prodigio de detalles.
Poco más nos vamos a encontrar en términos visuales. Por suerte, todo el conjunto es lo suficientemente fluido y claro como para que las carreras vistan sus mejores galas de cara a la jugabilidad.
Como se ha dicho antes, el esquema jugable es, en gran medida, muy similar al del Destruction Derby original. Situados en un circuito de muy escaso kilometraje, tendremos que completar determinado número de vueltas en pos de conseguir la mejor posición posible. La gracia reside en que, de los dieciséis participantes, muy pocos serán los que consigan cruzar la línea de meta.
Esto es debido a que Crash'n'Burn es una auténtica orgía de destrucción. Ante tanto coche suelto por los estrechos parajes del juego, lo más común es presenciar una y otra vez auténticas burradas en forma de bárbaros accidentes, piezas volando y multitud de atascos salvajes que a su vez propician más y más estropicios... los cuales, todo hay que decirlo, son la auténtica salsa de este DVD.
¿Resulta divertido? Pues la verdad es que sí. Sistemáticamente, las influencias de Destruction Derby han sido bien plasmadas, pero sabiamente remozadas por los nuevos mitos de los arcades de conducción, como muy bien pueden ser Burnout 3 o Need for Speed Underground. Y es que, otro clon del juego de Reflections como tantos otros que han visto últimamente la luz, así sin más, no sería de buen recibo.
Más que en la destrucción, Crash'n'Burn se centra en lo que es la carrera. En ellas, el eje es mantenerse vivo, procurar salir airoso de todos los desastres que se acontecerán en plena competición. Y no sólo se trata de esquivar a los rivales y no entrar en contacto con los muros, sino que cobraban protagonismo absoluto maniobras tales como esquivar y demás piezas resultantes del caos, tener cuidado con el aceite derramado y poner mucho ojo en lo que a atravesar muros de fuego se refiere.
Todo ese maremágnum de desastres sobre ruedas no resultaría divertido sin un buen control. Y Crash'n'Burn no sólo se maneja de lujo, respondiendo de forma cien por cien arcade, sino que termina siendo terriblemente adictivo. Sus carencias gráficas no son lastra para una metodología lúdica digna de mención, ya que al igual que Burnout, nuestro juego consigue mantenernos pegados a la pantalla y más tensos que jugando al Silent Hill en un cementerio. Adrenalina pura, diríase...
...de no ser porque puede llegara a resultar más lento de la cuenta. Y no porque su desarrollo carezca de frenesí, sino porque en la mayoría de las ocasiones, Crash'n'Burn da la sensación de ser un paseo mucho antes que transmitir la velocidad de una brutal carrera. Ni con el absurdo y brevísimo turbo. Dicho así puede parecer una pega, pero un servidor cree a ciencia cierta que, de haber sido más rápido, Crash'n'Burn podría pecar de incontrolable y terriblemente difícil, que no lo es.
Por otro lado, en ese sentido es una pena que la dificultad no se haya apurado un poco más. Las primeras partidas, con el automóvil que tenemos nada más empezar, un servidor alcanzaba una y otra vez las primeras posiciones sin apenas despeinarse. Bueno, sí, el desarrollo no dejaba de ser tan caótico como divertido, pero a mí me ha resultado ser un tanto facilón. Claro está, que estamos en unos tiempos en los que, aquellos que se hayan curtido con los clásicos como Out Run o Hyper Rally, cualquier cosa puede resultar sencillita de dominar...
Precisamente, y sin descartar en absoluto el divertidísimo juego monojugador, esta sencillez lúdica en general implica mucho en lo que al juego online se refiere. Hasta 16 participantes de todo el globo se verán las caras en cualquiera de las divertidas modalidades, del estilo "pasa la bomba" o "el último en pie". Y todo hay que decirlo, en el sentido multiplayer, Crash'n'Burn es absolutamente adictivo. Brutal y adictivo, incluso para el humilde españolito de a pie con sus latencias a flor de piel. Sólo tal vez puede resultar un pelín anodino (con sus opciones de tunning y todo), sobre todo si te va algo más el espectáculo tecno-lúdico que supone algo tan "gordo" como Burnout 3, pero se trata de una apuesta sencilla y clara, sin recovecos jugables extraños. Y con amigos, puede tratarse del título más recomendable de estos últimos meses.
l o b u e n o
l o m a l o
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.