Alien Hominid
Pleitesía e irreverencia. Alien Hominid oscila entre el tributo más sincero y la parodia más sana, repasando algunos momentos históricos de varios "shoot' em up" clásicos y, de paso, burlándose de la absurda carrera espacial y la búsqueda de vida inteligente en el espacio exterior.
Pleitesía e irreverencia. Alien Hominid oscila entre el tributo más sincero y la parodia más sana, repasando algunos momentos históricos de varios "shoot' em up" clásicos y, de paso, burlándose de la absurda carrera espacial y la búsqueda de vida inteligente en el espacio exterior.
Alien Homid es "don Nadie". Al menos en Europa. Seguramente sea un nombre que muchos de nuestros lectores desconozcan, y probablemente muchos editores prefieran desconocer. El caso es que, después de nuestras primeras impresiones, uno no sabe muy bien a qué atenerse sobre los porqués de su confinamiento en Estados Unidos, mercado de dónde hemos extraído esta copia. Impera demasiado la pirotécnia barata. Si no hay nombres de famosos deportistas extremos en la portada, no salen figuras del celuloide prestando voces y luciendo cuerpo en un juego, si no son sagas de renombre venidas a menos, las editoras de poder omiten los demás productos. Mucho conservadurismo. Y, después de todo, Alien Hominid tampoco es el colmo de la originalidad. Paradójicamente, su belleza radica en que todo ya está inventado.
¿Qué ofrece, pues, para que nos hayamos sentidos atraídos desde el primer momento? Alien Hominid es una propuesta sincera, desinteresada y muy cómica. Brillante en el diseño y atractiva, sobre todo, para los jugadores que ya lleven más de una generación en este mundillo. Merece que se le de esa oportunidad que la desarrolladora, The Behemoth, intenta conseguir.
Del monitor al televisor
La primera impresión que uno extrae de Alien Hominid es que parece un juego hecho en Flash. Y así es. La versión original del programa en cuestión fecha del 2002. Diseñado por Dan Paladin y codificado por Tom Fulp, la versión on-line obtuvo tanto éxito que, meses después, un compañero del estudio de desarrollo donde Paladin trabajaba, John Baez, les propuso fundar su propio equipo para poder llevar a las consolas (PS2 y GCN por el momento, aunque no hay planes para otras versiones) una idea tan interesante. Las reticencias iniciales no impidieron que The Behemoth, ya como estudio en funcionamiento, comenzara a trasladar, pulir y mejorar Alien Hominid para la edición que definitivamente sería comercializada, 14 meses después de comenzar con el desarrollo.
Seguidores confesos de clásicos com Gunstar Heroes, Metal Slug y Contra, The Behemoth ha conseguido que su título salga a la venta en Estados Unidos bajo la distribución de O3 Entertainment, editora que fundó Bill Gardner, antiguo presidente de la división norteamericana de Capcom. Aunque no se ha hecho un lanzamiento a gran escala, los responsables están orgullosos del recibimiento y, especialmente, de la posibilidad de difundir su ópera prima. El usuario puede comprar Alien Hominid a un coste de 29.90 $ en su página web oficial (http://www.alienhominid.com/), así como artículos de "merchandising" tales como camisetas, tablas de snowboard o figuras de acción, cuya manufactura los autores consideran "tan excitante como la programación" del propio juego.
La carrera de unos dementes
El argumento es una parodia sobre la carrera espacial y armamentística y un punto de vista irónico sobre la ciencia-ficción. Unos aliens (que, ciertamente, recuerdan a Ren y Stimpy) se estrellan contra la tierra. El FBI recoge los restos de la nave espacial con diligencia y ocultan todo lo ocurrido. Pero ahí empieza lo bueno: en la escena introductoria se aprecian unos agentes deformados, de formas cuadriculadas, que trabajan afanosamente pare ocultar las pruebas. E incluso pasa por delante de la pantalla uno que sostiene un cartel que dice: "No hay nada que ver aquí".
Los agentes del FBI son personajes desprecibales. ¡Roban helados a los chavales! Y de hecho son los malos del juego. Pero no sólo ellos, sino también el ejército soviético (sí, soviético, no ruso ) y, al final, otros alienígenas sometidos a todo tipo de modificaciones y experimentos genéticos. Los homínidos simplemente tratan de reconstruír su nave y escapar de esta locura llamada Planeta Tierra. Tan loca que el diseño en general está acorde con esta visión hilarante del mundo.
A mano
Alien Hominid es un juego artesano. Quizás no tanto como el sempiterno Unity de Jeff Minter para GCN (desarrollado íntegramente por el legendario programador), pero aquí el concepto de "artesanía" tiene otra dimensión. Inicialmente The Behemoth tenía la idea de hacer un juego en 3D, flirtearon con el Cel-Shading y finalmente se decidieron por "dibujar" los gráficos a mano. Esto significa que todos los diseños son propios de un cómic (las comparaciones con Viewtiful Joe son inevitables). Los edificios están torcidos, los personajes más deformados, los Final Bosses son colosales y las gesticulaciones, exageradas. Hay decenas de muecas y de detalles: cuando los Homínidos conducen sacan la cabeza por la ventanilla, abren la boca y gozan de la destrucción que provocan; cuando el usuario se sube a un coche revienta sus ventanillas con el peso; a los enemigos, al morir, se les desencaja el rostro; y lo que más nos ha gustado, uno de los jefes de nivel, un cyborg gigante, intenta clavar su hoz al homínido y rematar la faena con el martillo que tiene en la otra mano. Pero son sólo unos pocos ejemplos. Los hay a porrillo.
Homenaje a otros "shoot'em up"
Pero lo que verdaderamente importa en un juego es su concepto. Quizás el 50% del encanto de Alien Hominid es su diseño, pero el 50 % restante es sin duda su planteamiento: un shoot' em up a la vieja usanza, deudor de varios clásicos.
El juego consiste en avanzar, disparar y saltar. Están presentes los clásicos mecanismos de estos juegos: principalmente las armas alternativas, que van desde la clásica pistola de disparo sencillo hasta un lanzallamas, pasando por letales explosiones químicas (impagable la deflagración de los enemigos) o las granadas de mano (que se lanzan con otro botón de función). Los vehículos no pueden faltar, y en Alien Hominid aparecen varios ejemplos muy curiosos: en una fase de conducción, el/los jugador/es puede/n introducirse en las furgonetas a su antojo (evitando el fuego enemigo y el ataque de una enorme abeja que provoca estragos con su espigón), pero hay casos más delirantes, como una nave espacial o la cooperación de un enorme Yeti (para troncharse)
Y con la nave precisamente hay que hacer punto y aparte, porque comienzan los homenajes a los juegos de este estilo. De hecho, las fases espaciales son iguales a las de Ateroids: control rotacional, enemigos alrededor del usuario y un objetivo a seguir. También hay puertas blinadas, como en Contra. Pero Metal Slug es su fuente de inspiración: control y desarrollo son calcos del juego de SNK. Queda claro, pues, que Alien Hominid transita peligrosamente entre un tributo honesto y un plagio descarado, pero es un juego sin medios cuyo origen es el mero entretenimiento desde Internet. Y la cosa funciona: tiene ritmo, ideas y, sobre todo, es divertido.
Gore dulce
No debe engañar al usuario la imagen de dibujos animados y estética naïf. El juego es gore. Y algunas habilidades de los personajes así lo confirman: por ejemplo, la posibilidad de montarse sobre los hombros de los enemigos y arrancar de cuajo sus cabezas de un mordisco. O cortarlos por la mitad, como si fueran carne embutida, usando el machete que los homínidos desenfundan automáticamente cuando se acercan a ellos.
Otro de los movimientos extra que realizan los homínidos puede servir tanto para acabar con sus adversarios como para esquivar proyectiles y cuerpos grandes: se esconden bajo tierra durante un tiempo limitado (aunque depende de qué tipo de fases, pues algunos subsuelos están habitados por mutantes) y aprovechan cuando alguien pasa por encima para agarrarlo y acabar con él.
Ligeros inconvenientes
Pero no todo es perfecto. A pesar de las buenas intenciones, Alien Hominid no es un juego pulido en todos los sentidos. Hay muchas fases para unos pocos ambientes (mundos), por lo que hubiera sido preferible invertir ese orden (o mejor aún, duplicar ambas cosas). Lo mismo sucede con los enemigos: sólo agentes del FBI, miembros del ejército ruso y alienígenas repitiéndose una y otra vez aunque esto ya es más frecuente en otros títulos similares, y dado su origen Flash es algo que puede pasarse por alto.
Existen más puntos a tener en cuenta: es imposible disparar en diagonal (salvo con el tanque, aunque éste no permite disparar hacia arriba, abajo o atrás), y el fuego enemigo es difícil de distinguir del fondo en según qué escenarios. Resaltarlo más, con alguna luz en el contorno y otros colores hubiera solucionado el problema.
Primeras impresiones
Con todo, Alien Hominid está gustando. Es un juego (rematadamente) difícil: el nivel normal (el segundo de cuatro) exige una destreza prodigiosa, y los enemigos y Final Bosses no son precisamente un obstáculo fácil de superar. No es demasiado largo, pero ofrece numerosos extras (minijuegos y modificaciones para el hominido, aunque muy superficiales) que deben ir desbloqueándose. De todos modos no es infinito, todo dependerá de cuanto gusten este tipo de juegos al usuario y las ganas de rejugarlo que tenga, porque al fin y al cabo esa es su esencia.
El precio y el fácil acceso a las compras a través de internet juegan a su favor. Aún tardará un tiempo en llegar a Europa (su lanzamiento está confirmado desde hace un mes), pero The Behemoth puede dar a conocer su juego con cierta facilidad. Todo es cuestión de interesarse por un título que merece una oportunidad.
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