El Señor de los Anillos: La Tercera Edad
- PlataformaPS26
- GéneroRPG
- DesarrolladorEA Redwood Shores
- Lanzamiento12/11/2004
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorElectronic Arts
Rol, pero poco.
Tras la acción de El Retorno del Rey, los seguidores de El Señor de Los Anillos van a poder disfrutar con un juego del género que más se presta a representar las aventuras vividas en el mundo de Tolkien. Lamentablemente, La Tercera Edad no deja de ser un RPG para novatos, carente de la profundidad de los grandes.
Durante los últimos años, han pasado por nuestras consolas grandes joyas del género rolero que han atesorado una impresionante calidad, casi siempre provenientes de Japón. Unos RPG cuyos atractivos siempre se han basado en ofrecer al jugador unos elaborados argumentos, acompañados de fantásticas y mágicas ambientaciones y carismáticos personajes cuyas características y personalidad se desarrollaban a lo largo de nuestra aventura. Tres puntos que bien pueden definir, en parte, a uno de las obras literarias más importantes de la historia de la humanidad: El Señor De Los Anillos.
Sin embargo, EA apostó por enfocar sus producciones (Las Dos Torres y El Retorno Del Rey) hacia la acción, concretamente beat'em-up, algo que levantó división de opiniones en el sector. Dadas las espectaculares batallas con las que gozamos en las películas de Peter Jackson, EA no pudo resistirse a la hora de exprimir el potencial de las consolas de 128 bits, con el objetivo de ofrecer dos juegos con impactantes apartados técnicos y una sencilla pero a su vez adictiva jugabilidad. Vamos, toda premisa básica que define a un buen "avanza y mata". Y en ese punto radicó el principal problema con el que se encontraron los verdaderos amantes de la novela de Tolkien: ¿Qué pasaría si Tolkien levantara cabeza, y viera que su pausado, desarrollado y descriptivo libro se ha convertido en un concepto cuyo único objetivo para el usuario es eliminar a la mayor cantidad de ogros de la forma más espectacular posible?
El Señor de los Anillos: La Tercera Edad (Multi) |
Así pues, parece que la gigantesca productora escuchó las voces de los fans que pedían a gritos una aventura pausada, profunda y con un elaborado desarrollo, y se pusieron manos a la obra con El Señor De Los Anillos: La Tercera Edad. Las primeras informaciones que se iban escuchando no podían ser más esperanzadoras. Un juego de rol por turnos, al más puro estilo Final Fantasy, con más de 40 horas de juego y una ambientación que reproduciría al detalle toda la Tierra Media, incluyendo escenarios calcados vistos en las películas.
El Señor de los Anillos: La Tercera Edad (Multi) |
Sin embargo, también se confirmó que los protagonistas de la aventura no serían los archiconocidos Legolas, Aragorn y demás miembros de la compañía. A cambio, se informó que controlaríamos a una supuesta segunda compañía que siguió los mismos pasos del grupo de Gandalf a lo largo de todo su viaje. Vamos, aunque hablaremos de ello más tarde, como podéis ir imaginando ya, el argumento no tendrá excesiva coherencia. Además, tras ver las primeras capturas, muchos se dieron cuenta de la exagerada similitud entre el juego de EA, y Final Fantasy X de Squaresoft, algo que se confirma una vez completado el juego, lo que provocará una inevitable comparación entre ambos en diferentes puntos a lo largo del presente análisis. ¿Defecto o virtud? Ya veremos más adelante...
El Señor de los Anillos: La Tercera Edad (Multi) |
Sin embargo, eso podría haberse corregido ligeramente mediante un argumento profundo y desarrollado que incitara al jugador a seguir descubriendo y conociendo a los personajes. Y es aquí donde aparece el segundo punto negativo que priva al juego de tener un buen argumento: la carencia del mismo. Olvidaos de largas conversaciones cargadas de texto, de reflexiones por parte de los personajes, de sentimientos, de amor, de pensamientos internos, olvidaos incluso de recibir información por parte de los personajes no jugables que encontramos siempre en los característicos pueblos que visitamos en los juegos de rol. Nada de eso: apenas 4 frases mediante las cuales los personajes que controlamos describen un poco los escenarios en caso de visitar lugares importantes, y 4 más para explicarse unos a otros (y de paso, explicarnos a nosotros) cuales son los objetivos y lo que deben hacer en cada momento. Y es que... si a un juego de rol no le das un buen argumento, ¿con qué se queda? Únicamente tiene la posibilidad de sorprender mediante una atractiva jugabilidad, y como ya veréis más adelante en el apartado correspondiente...
El Señor de los Anillos: La Tercera Edad (Multi) |
El motor que ha usado EA sigue fallando en diversos puntos: la mayoría de animaciones son robóticas, controlar a Berethor es imposible, y en ocasiones durante las batallas parece que los personajes se muevan a base de 'tics'. Les falta esa humanidad en las expresiones y en los gestos que transmitían Tidus y compañía. Eso sí, también debemos remarcar que hay excepciones que rompen la regla, y es una gozada ver a enemigos como el Balrog moviéndose delante de nuestras narices en tiempo real, magníficamente animado. Dejando de lado las animaciones corporales de los personajes, a ESDLA:LTE se le puede recriminar también la calidad de las animaciones faciales, muy lejos de lo que cabe esperar hoy en día de un juego para una 128 bits.
El Señor de los Anillos: La Tercera Edad (Multi) |
Por otra parte, si por algo se caracterizaban los otros dos juegos de EA basados en ESDLA, más allá de la calidad y definición de las texturas (que no era poca), era por lo espectaculares que resultaban los diferentes niveles, gracias a la representación de decenas de enemigos animados independientemente unos de otros y a la gran cantidad de cosas que sucedían en pantalla: explosiones, derrumbamientos, cargas etc... vamos, toda una batalla la que se disfrutaba desde nuestras consolas. Ahora sin embargo, tras eliminar todos esos elementos, nos encontramos únicamente con unos escenarios que reproducen fielmente (todo sea dicho) las descripciones de Tolkien, pero que en conjunto pecan de sosos. Faltan elementos móviles, algo interactivo con lo que entretenerse o algo curioso para observar. Eso sí, como ya hemos dicho, hay que reconocer que la recreación y realización de los escenarios es para quitarse el sombrero. Es un gustazo pasearse por las inmensas minas de Moria, o ver desde lo alto de las Minas Tirith toda una explanada de campo abierto delante nuestro, o mejor aún, pasearse por ellos (dentro de unas limitaciones que explicaremos más adelante).
Durante las batallas, nos transportamos a un escenario diferente, como es típico en la mayoría de juegos que usan sistema de combate por turnos. Los hechizos y ataques especiales lucen mediante bonitos efectos gráficos, y los enemigos tienen un diseño idéntico al de las películas. También es destacable el hecho que toda armadura y accesorio que pongamos a nuestros personajes será visible durante la aventura. Así pues, esto supone una mejora respecto a los juegos cuyos personajes visten igual ya sea llevando un bañador al inicio del juego, como un armatoste metálico como armadura al final de la aventura. Por último, cabe comentar la inclusión de algún que otro detalle destacable, como el hecho que las flechas que acierten a su objetivo
En conclusión, gráficamente el juego cumple. Pero 3 años después de FFX y 1 año más tarde que Star Wars: KOTOR, se le debe exigir más a un juego de estas características, con tan poderosa compañía detrás y tan atractiva licencia con la que sacar ideas para sorprender en este apartado. Y es que en épocas de Fable, KOTOR y San Andreas, juegos donde se nos muestra un mundo vivo a nuestro alrededor del cual formamos parte, el volver a escenarios vacíos sin nada más que cofres con lo que interactuar, resulta muy decepcionante.
Además, el juego viene completamente doblado al castellano, con una magnífica interpretación de ciertos personajes (aunque algunas, como la de Elegost, deja que desear al compararla con las demás) donde repiten ficha los dobladores que dieron habla castellana a los protagonistas de la trilogía cinematográfica. Mención especial al doblaje de Gandalf, que narra de una forma soberbia la aventura mediante introducciones y vídeos (de los que hablaremos más tarde) gracias a la conocida voz de José Mediavilla.
Como ya hemos dicho al comienzo del análisis, ESDLA:LTE sigue las pautas marcadas por Final Fantasy X. Una idea atractiva, que como veremos, se torna en un quiero y no puedo por parte de los creadores del juego. El problema no es que se base en alguna de sus características que dotan a FFX de propia personalidad, el problema es que es un calco insultante, pero que no alcanza en ninguno de los fundamentos básicos de todo buen RPG las dosis de profundidad con las que dotan a sus juegos tanto Square como las grandes compañías con largo trabajo de dedicación al mundo de los videojuegos de rol. Como ya hemos dicho, no hay nada que hacer por los escenarios de ESDLA:LTE, y eso resulta decepcionante.
Algo bonito de los RPG es la posibilidad de darse una vuelta por los caminos y los exteriores de los pueblos y ciudades que encontramos a nuestro paso, para así descubrir secretos o hacer tareas adicionales al seguimiento principal de la historia. Pues eso no sucede en La Tercera Edad. No hay nada que hacer en ellos más que ir de un punto A hasta un punto B mientras luchamos en decenas de combates con los enemigos que salen a nuestro paso. Ni decenas de personajes con los que interactuar, tampoco momentos de relax para darse una paseo y disfrutar de los escenarios... nada, ¡si es que parece un beat'em-up pero con combates a turnos! Y claro, eso era aceptable hace 5 años, pero en los tiempos que corren... señores, no se puede vivir siempre de refritos; ¿en qué momento se perdió la ilusión por sorprender e innovar?
El desarrollo del juego queda basado en las siguientes acciones: avanzar por los escenarios, luchar (MUCHO), y subir de nivel constantemente a medida que recogemos nuevo armamento que encontramos en misteriosos cofres esparcidos por el escenario con el que mejorar nuestras estadísticas. Y, mientras no hacemos esto, nos queda ver el centenar de videos, creados a partir de secuencias ya vistas en las películas, que se nos van desbloqueando a medida que adelantamos en nuestro progreso por la aventura.
Se ha intentado disimular esta carencia de profundidad mediante un desarrollo por objetivos. En cada escenario, deberemos resolver ciertas misiones para poderlo completar. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y ese desarrollo supuestamente a base de misiones es poco menos que un "engaña-bobos": no debemos hacer nada para superar las misiones, simplemente avanzar. Cada escenario, nos propone una única salida, y mientras nos acercamos a ella, aparecen los combates necesarios para superar dichas misiones.
Por poner un ejemplo, en Moria se nos propuso la "atractiva" idea de eliminar a 9 trolls. Y, de una forma simple y decepcionante, nuestro único quebradero de cabeza se limitó a tener que cruzar el escenario desde la entrada hasta la salida (el combate contra el Balrog): estratégicamente, los 9 trolls fueron apareciendo automáticamente uno tras otro mientras recorríamos el camino, nada de búsquedas por los escenarios o puzzles para provocar el combate con los trolls. Es decir, todas las misiones se resuelven según avanzas por la única vía que el mapeado te ofrece. ¿Entendéis a lo que nos referimos ahora con que se trata de un RPG simple?
Los combates, por contra, no están mal. Se nota que EA ha centrado gran parte del atractivo del juego en los enfrentamientos con enemigos, aunque tristemente, no aportan nada que no se haya visto ya tiempo atrás. Siguen unas pautas calcadas a las vistas en los combates de Final Fantasy X, así que eso es garantía de éxito. Nadie tardará más de una hora en familiarizarse con las opciones y las posibilidades que brindan las peleas. Combates por turnos sin límite de tiempo entre cada ataque, y cantidad de magias y ataques especiales con los que gastar los Puntos de Acción, cuya función es la misma que la de los típicos Puntos de Magia. Y cada cierto cantidad de leches repartidas, un superataque devastador. El único problema remarcable es la endiablada velocidad con la que nuestros personajes aumentan de nivel. Sin exagerar lo más mínimo, no habrá combate en el que al menos uno de nuestros personajes no aumente de nivel, lo que implica una nueva visita al menú de estadísticas cada vez que volvemos al mapeado para pelearnos con los números.
Por último, destacar que el juego es largo, ofreciendo más de 30 horas de juego, pero logra esa duración gracias a la ingente cantidad de combates en los que nos enfrentamos tanto a enemigos como a jefazos. Algún nivel se torna infumable, pues el desarrollo llega a hacerse muy pesado, por culpa de una descomunal cantidad de parones para los combates (Moria es el más claro ejemplo). Se nos avisa mediante una bola azul de la proximidad de una batalla, de modo que tenemos todo el tiempo del mundo para prepararnos antes de empezar a luchar, una característica claramente enfocada a quienes no están acostumbrados a jugar a RPG's en los cuales los enemigos aparecen aleatoriamente, sin previo aviso.
La Tercera Edad en Xbox |
Eso sí, que quede claro, para quien busque un juego 'largo', cuyo desarrollo no provoque grandes quebraderos de cabeza, para echar unas partidas de vez en cuando y sin entrar a profundizar en argumentos densos ni difíciles retos, La Tercera Edad es una opción totalmente recomendable.
Lo que está bien:
Lo que no está bien:
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.