Sublevación contra los ocupantes

Los juegos de estrategia 'conquistan' a millones de jugadores desde el principio de los tiempos. Usar el seso más que el pulgar puede llegar a ser muy gratificante. Pero puede ser que tus ansias de acción choquen de pleno con el lento proceso que a veces implican.

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¿Si en vez de tener que navegar por cientos de menús, comparando estadísticas y calcular daños, pudieses manejar a tus tropas con el pad y no con un puntero? ¿Si puedes meterte en la piel de tus unidades y controlarlas como si de un arcade se tratase? Esto empieza a sonar mejor, ¿no? Pues esta es la idea que han tenido los ingleses Zed Two, es decir; acercar la estrategia a todos los públicos.

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Low es un joven valiente y seguro de sí mismo que se las apaña como puede en compañía de su padre y su hermana Pepper. Su padre intenta enseñarle a valerse por sí mismo, por si alguna vez pasase algo. Entre las cosas que le transmite está un profundo odio hacia los mutantes que mataron a su madre en el pasado. Por eso, no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados y dejarse cazar como corderitos, esta vez ellos serán el lobo.

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Tras el bautismo de fuego de Low su padre muere en una nueva incursión mutante. Low consigue escapar junto con su hermana, pero jura no descansar hasta ver la tierra limpia de sus enemigos. Aquí comienza la aventura de Low.

A lo largo del juego nuevos rebeldes van uniéndose a su causa, y a nuestro grupo. Juntos irán descubriendo las claves del cataclismo y la manera de enmendarlo. Así, cada nuevo personaje aportará sus habilidades especiales a la empresa. El primero en aparecer (sin contar a Pepper) será el fornido Scallion, un guerrero de la estepa armado con un mortero bastante destructivo. Un pequeño droide de combate, una mecánica/médico, un antiguo general y su hija y un misterioso forastero completarán el grupo.

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Casi parece que estamos jugando a alguna licencia de una serie. Los personajes están cargados de personalidad, esto además viene reforzado por un buen doblaje y la animación. Más de una vez esbozaremos una sonrisa al ver celebrar un disparo certero o resentirse de un golpe. 

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El juego ofrece una perspectiva en tercera persona, mostrando la espalda del personaje por defecto, pero tenemos la posibilidad de mover la cámara con total libertad. Se puede cambiar a plano subjetivo para comprobar los obstáculos de tiro y también se puede alejar la cámara hasta un plano cenital y recorrer todo el mapa para tener una idea clara de dónde esta cada cosa.

Otra de sus grandes bazas es su engine basado en las dinámicas, es decir que nuestras acciones y más concretamente los disparos, tendrán claros efectos en el mapa. Las explosiones, además de desplazar a los personajes, harán saltar por los aires elementos de diverso tamaño como vagonetas, rocas o bidones. Por eso conviene utilizarlos a nuestro favor y conseguir que caigan encima del enemigo, acabando con ellos de manera más rápida.

Pero salvo estos objetos a los que poder disparar, los niveles se quedan un poco desnudos. En el bosque no habrá más que rocas y árboles, en la ciudad unos coches con los que cubrirse. A veces será bastante útil construirse una trinchera a morterazos.

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Conviene investigar bien el lugar pues repartidos por el mapa siempre habrá power'ups para mejorar las habilidades de los personajes y botiquines para rellenarles la vida. Estas mejoras ayudan mucho a la hora de matar monstruos.

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Una vez hayamos decido el lugar podremos comprobar el movimiento restante desde ese punto con un área similar a la verde pero de color azul, que dependiendo de lo que hayamos recorrido será menor. Es importante tenerla en cuenta pues conviene ponerse a cubierto después de disparar. Entonces es cuando llega la 'diversión'.

Apuntar con un arma es una tarea difícil que puede traer de cabeza al más pintado. Cuando seleccionamos la opción de disparo la perspectiva cambia de 3ª persona a 1ª. El visor de nuestra arma comenzará a moverse de tal manera que hay que corregir el encuadre dando ligeros toques al control analógico tratando de contrarrestar la inercia. Cuando esté justo donde queremos se fija el objetivo. Entonces dos líneas barrerán la pantalla, una vertical y otra horizontal que habrá que hacer confluir en el centro para conseguir un impacto más potente.

Evidentemente, si conseguimos impactar en la cabeza haremos más daño. Dependiendo de las habilidades del personaje se puede elegir el tipo de disparo que se quiere hacer. Por ejemplo, Low lleva un rifle de plasma, pero también un cohete atado a la espalda que tiene área de efecto. Lo mismo pasa con Pepper que puede disparar en 1ª persona u optar por el tiro parabólico usando un mapa en 2D en el que se ve el escenario y un barrido de radar con el que apuntar. También existe la posibilidad de usar el disparo curativo o el disparo 'vampiro', según el personaje.

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Una vez concluidas las dos fases no queda más remedio que finalizar el turno del personaje, pero antes podemos elegir qué queremos hacer hasta el siguiente turno: descansar, recuperarse o defenderse. La primera opción deja al personaje en modo neutro. La segunda sirve para recuperar vida, pero hará más vulnerable al personaje en ese turno. La última es activar el escudo de energía, así el daño se verá reducido, pero necesita dos turnos de recarga para poder utilizarse.

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Esta operación se repite con cada personaje hasta agotar el turno, entonces la máquina hará lo propio.

Los efectos de sonido no destacan mucho e incluyen las quejas de los mutantes y las sentencias de los personajes al liquidar monstruos o acertar de lleno.

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Además acertar un 'headshot' no marca demasiado la diferencia. Esto conlleva a que el número de turnos por nivel sea muy elevado y en consecuencia hay que tragarse sin remedio alguno todo el turno de la máquina. Entonces lo que al principio parece simpático, como las animaciones de los mutantes, acaba convirtiéndose en odioso, levantando los sentimientos más bajos del jugador.

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El problema es que la historia queda en suspensión pues no se muestra nada importante. No llegan a enganchar en absoluto y cuesta entender el porqué de las pantallas. Tiene la opción de poder pasarlas hacia delante como si fuese un vídeo. A lo largo del juego acabas deseando tener esa opción para el turno de la máquina.

También se echan en falta más jefes finales, pues el único que hay está bastante bien y requiere trabajar en equipo para acabar con él, que es lo que se supone la salsa del juego. Los personajes no están del todo compensados y al final Low es una máquina de matar y el resto meros acompañantes.

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Debería ser un buen inicio a la estrategia para los más pequeños, pero los niveles acaban siendo una consecución de prueba-error, reiniciando una y otra vez, que rompe la continuidad y quita las ganas de jugar. El modo dos jugadores puede alargar un poco la vida del juego,  pero para poder tener todas las opciones hay que acabarlo primero.

En fin, lo que podía haber sido un soplo de aire fresco para los juegos de estrategia táctica, acaba frustrándose en un juego mediocre con buenas ideas pero mal plasmadas. Sería interesante ver una segunda parte que calzase todas las patas de las que cojea este título.

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l o  m e j o r

l o  p e o r

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