Como en El Sexto Sentido...

Entes de mas allá, ¡reuniros todos! Los infames humanos campean a sus anchas por nuestros hogares sin que hagamos nada al respecto. Pero esto va a terminar. A partir de ahora demostraremos quién manda y si para ello tenemos que usar nuestros poderes de ultratumba, sin duda lo haremos.

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¡Cuán dura es la existencia una vez perdida la forma humana! Vagar en los límites existentes entre el más allá y el más acá es cosa seria. Pero compartir la forma fantasmal con esos caprichosos humanos, que vayan a vivir a los que fueron nuestros hogares, que no honren nuestra memoria es algo imperdonable. Es por ello que, uniendo nuestras fuerzas, lucharemos por lo que en su día nos perteneció y nos libraremos de cuantos humanos se atrevan a traspasar nuestra frontera.

Más o menos éste es el planteamiento inicial  de Ghost Master, la obra de Empire Interactive que podríamos definir como una mezcla de Dungeon Keeper con un aspecto visual muy similar a Los Sims, y que guarda muchas similitudes con la obra de JoWood llamada Un vecino infernal. Nuestro cometido en el juego será controlar a los fantasmas disponibles en las viviendas y localizaciones que visitemos, con el objetivo de asustar a los tiernos humanos que se atrevan a adentrarse en sus paredes.

Lo segundo en que te fijas jugando es que técnicamente está obsoleto y a no ser por ciertos detalles llamativos, como algunos efectos lumínicos cuando utilizamos alguno de los poderes fantasmales, u otros que en un primer momento te arrancarán una sonrisa, gráficamente no está a la altura de lo esperado esta generación. Unas texturas totalmente planas y hueras, ambientación de los edificios muy mejorable, unos efectos visuales insignificantes en la mayoría de las ocasiones y unas animaciones un tanto pobres, tanto para los fantasmas a nuestro mando como para los NPC.

No obstante, el estilo aplicado, mezcla de Sims con dibujos animados, le da un toque cómico y desenfadado, que si bien no va a crear escuela, cumple con lo esperado en un título de estas características. Por otra parte, la cámara que podemos mover a nuestro antojo por los escenarios se comporta bastante bien y podemos dominarla sencillamente, pese a que en ocasiones choque contra algún que otro polígono.

La variedad gráfica de los niveles, dentro de su impercepción, es destacable, ya que visitaremos lugares tan típicos de las películas de terror serie B como una mansión encantada, una fraternidad universitaria, la comisaría de policía, un psiquiátrico o una cabaña perdida en el bosque al más puro estilo La matanza de Texas o La noche de los muertos vivientes. Aunque les faltan detalles en la decoración y unas mejoras visuales más que patentes, recrean bastante bien lo exigido por la jugabilidad, por lo que no pondremos muchas más pegas.

El objetivo del juego es, por lo general, asustar a los humanos del juego, para lo que disponemos de varios fantasmas, cada uno de ellos con sus peculiaridades en cuanto a poderes espectrales, por lo que tendremos que usar unos ligeros toques estratégicos y combinar la acción de los entes disponibles para conseguir completar las misiones. En un principio, nuestra nómina de seres sobrenaturales es bastante cortita, pero según avancemos por los diferentes escenarios, iremos liberando nuevas almas que se unan a nuestra noble causa y con sus poderes, conseguir acabar con la moral de cualquier humano que se ponga por medio.

Los fantasmas gozan de diversos poderes, algunos útiles para asustar y otros que sirven para atraer a los humanos hacia determinado objeto y tenderlos así una trampa. Hay fantasmas especializados en el malfuncionamiento de los objetos eléctricos, otros que dominan a su antojo toda serie de sonidos de ultratumba, los que son capaces de averiguar las voliciones y miedos humanos... De la combinación de sus características en el momento correcto dependerá nuestro éxito en las misiones. Atraer a un humano a una habitación por medio de unas carcajadas o con un tintineo de cadenas para allí apagar las luces y que cuando el humano salga corriendo, observe impávido un fenómeno de desplazamiento de muebles o poltergeist, es un ejemplo del buen hacer de equipo. Y creedme que será necesario aunar sus esfuerzos...

Los fantasmas, a pesar de no tener existencia al uso, también se agotan y sus poderes pueden decaer, tanto temporal como totalmente. Tras usar cierto encantamiento o truco, no podremos usarlo de nuevo durante un intervalo de tiempo, y a la vez podemos usar cada truco sólo durante un número determinado de veces. Lo mejor en estos casos es planificar cada pantalla de forma que la acción combinada de los fantasmas no nos deje vencidos a un paso de derrotar a los humanos; nuestros espectros deben descansar tras cada aparición y salir en el momento en que son realmente necesarios. Si no, corren el riesgo de quedarse en el limbo...

Asimismo, no existe término medio en la dificultad, por lo que en ocasiones usaremos todos nuestros encantos fantasmales sobre uno de ellos y permanecerá impávido ante nuestros mejores trucos. Hay escenarios en los que es casi imposible descubrir qué hacer o cómo asustar a los humanos, ya que las pistas que se nos dan son insuficientes, porque los objetivos no son suficientemente claros o porque simplemente resulta muy complicado cumplir la misión. No existe pues una línea de dificultad ajustada, lo que hace que Ghost Master sea en ocasiones sencillísimo y en otras desesperante.

A pesar de ello, en un primer momento puede que te saque una sonrisa y te veas atraído por su peculiar mecánica de juego y sencillez de control, pero una vez pasada esa primera impresión, pocos atractivos más se le pueden encontrar.

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