Algo más que un juego

Estamos ante el inicio de una gran saga de juegos de rally, eso queda como una afirmación difícilmente discutible. Richard Burns Rally (en adelante RBR) no combina géneros de arcade y simulación, ni se queda a medio camino entre ambos, simplemente se define a sí mismo como un juego de rallies que pretende ser real.

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Esto significa muchas cosas y desde un abanico de opiniones recogidas bastante amplio, incluida la de un redactor, me lleva a afirmar que el resultado final es hacernos creer que estamos en un coche de rally y las sensaciones que ello produce al conducirlo son geniales.

Ahora bien,  no es objetivo de este análisis debatir acerca de qué es real o qué debería hacer a un juego más real, lo que sí se puede afirmar es que en conjunto RBR marca un antes y un después en este tipo de juegos y nos deja muy pequeño margen de crítica en muchos de sus apartados.

Por situar a RBR vamos a hacer un poco de repaso a los pilares básicos que han marcado un antes y un después en juegos de rally; siempre que hablemos de un juego de rally innovador hemos de hablar ineludiblemente de Colin McRae Rally (su primera edición) ya que fue el primer referente moderno del género, junto a Rally Championship que fue, por así decirlo, la alternativa jugable a Colin, y me explico.

Mientras que en CMR teníamos unos tramos relativamente cortos, un sistema de daños bastante escaso y que afectaba en poca o ninguna medida al rendimiento de nuestro coche, en Rally Championship teníamos unos tramos eternos, infinitos casi ;), y si en algún lance del rally se nos ocurría chocar podíamos olvidarnos de terminar el tramo, o aún peor, tener que hacer medio tramo de noche y sin luces.

En fin, me apoyo en esta comparación para haceros entender que desde un punto de vista personal, la aparición de RBR es a Colin 4 o por lo visto hasta ahora incluso Colin 5 lo que RC fue a Colin 1, salvando todo tipo de distancias entre RBR y RC y a la espera de probar más a fondo Colin 5.

Tramos y observaciones

Los tramos en RBR merecen un párrafo aparte, tanto por su belleza indiscutible en algunos tramos de Francia o Japón como por su realismo o debería decir fotorrealismo en casi todos los rallies disponibles. Se nota la paciencia y el saber hacer de los grafistas en los árboles, en los bosques y montañas cercanos al camino por el que corremos y por supuesto la vegetación intermedia que está presente entre bosques y desiertos.

Cada rally es bonito a su manera, el de Francia presume de bosques verdes y carreteras asfaltadas con vistas muy bonitas, en Japón tenemos frondosidad por doquier, por todos lados nos encontramos con árboles y matorrales, en Australia la tierra de color naranja se hace presente entre altísimos árboles y desiertos, en fin, así podría seguir hasta describir cada rally con un libro de poesía cada uno, sé que suena exagerado pero realmente la fidelidad y el realismo de los entornos es admirable.

Dicho esto y hecha la pertinente reverencia al equipo de grafistas y directores de arte de RBR, tenemos que poner un par de puntos de objeción; el primero nos lleva a denunciar una falta clara de esmero en las texturas de la superficie de los caminos, y otro detalle es la quietud y demasiada simpleza dada al cielo tanto con condiciones meteorológicas favorables o adversas, sé que no es lo más importante en un juego de rallies pero no podía pasar sin decirlo.

Coches sin solera

La calidad que el juego posee en la representación de los escenarios por los que competimos es clara, simplemente nos hará falta una captura para darnos cuenta de ello, pero los coches, ¡ay, los coches! no son ni la mitad de buenos de lo que la mitad de la calidad de los escenarios merece.

Se ven planos, sin apenas sombras y con unos efectos de iluminación bastante pobres, como si de un coche de cartón piedra se tratara. La verdad es que esta apreciación se hace presente de una forma clara cuando se dispone de una tarjeta gráfica de última generación. ¡Qué bien han acostumbrado nuestra vista con obras como Juiced o por poner un ejemplo más cercano en cuanto al género, el novísimo Xpand Rally!

Los reflejos del entorno son casi nulos, y los cristales del coche parecen texturas rellenas de color, aunque siendo sincero, y a pesar de esto los coches cumplen su cometido, lo que ocurre es que se quedan a unos cuantos pasos para alcanzar la calidad general del juego, que es muy alta.

En total hay ocho coches que se irán desbloqueando conforme se avance en el juego, la verdad es que se me antojan un tanto escasos para el número que venía ofreciendo CMR pero resultan el número suficiente para que no aborrezcamos ver siempre el mismo coche.

Lección 1, RBR NO es un Colin…

Está claro que RBR no se parece en casi nada a CMR pero si en algo RBR se aleja a pasos exponenciales de la obra de Codemasters, es en su concepción de la jugabilidad. Simplemente vamos a decir que proporcionan experiencias tan distintas que parece imposible que se trate de un juego del mismo deporte. Eso sí, aparecen coches corriendo a toda leche por lugares por los que suelen transitar las creadoras de la misma (la leche).

En RBR definitivamente vamos a necesitar un volante en condiciones si no queremos acudir al psiquiatra en breve, jugar con teclado no es necesariamente muy complicado siempre y cuando se le dedique mucho, mucho tiempo aunque, eso sí, nos estaremos perdiendo el 75% de las sensaciones que el juego transmite a través de este periférico.

La escuela de rally es algo que está muy bien incluido en el juego, primero por orientar al jugador acerca del esquema de jugabilidad tan distinto de RBR respecto a otros juegos de rally, y segundo por la calidad del maestro que imparte las clases, el mismísimo Richard Burns.

Si se me permite un consejo no dejéis de hacer todas las pruebas de la escuela de rally básico y avanzado, es la única forma de competir con ciertas garantías de conseguir buenos tiempos.

Este tipo de expresiones serán oídas por tus vecinos en muchas ocasiones las primeras veces que te atrevas a disputar un rally en RBR, y uso bien el verbo atrever, ya que para mi la sensación que ha invadido mi cuerpo durante el 96% del juego es el miedo, miedo a pegármela, miedo a tocar el rough, miedo a esa piedra… y es que en RBR podemos hablar bien y mal a la vez del sistema de colisiones y la física del coche.

En RBR hay que conducir con precaución, ciertamente, si no lo hacemos así podemos acabar entre nuestras amigas las vacas comentando la próxima generación de máquinas pasteurizadoras… Otro consejo, creeros que de verdad estáis en vuestro flamante coche nuevo de 300 CV de potencia y en el que os habéis gastado más de 6 millones de euros; veis que fácil es ahora… xD

Como la vida misma, aquel que se tome el pedal del gas como un 'apoyapie' derecho, no va a encontrar en RBR su juego ideal, es más tendrá que revenderlo como mejor opción. Acelerar es algo que se ha de hacer con suavidad y nunca, o casi nunca, llegaremos a relajar esa extremidad llamada pie. Al igual que acelerar es importante lo es saber frenar, ya que si no medimos bien la frenada en distancia e intensidad la curva se puede convertir en un agujero negro (en serio).

Pasemos a comentar la física de RBR, en mi tiempo de análisis de este juego no he podido hallar una forma lógica y mucho menos sencilla de lo que los chicos de Warthog han diseñado para su nuevo diamante lúdico, mejor dicho diamante lúdico en bruto. Aunque no os lo creáis la física de RBR se basa en, precisamente tirar por tierra muchas de las leyes físicas que muchos de nosotros hemos estudiado o estudiamos,  ya en las versiones de consola se notaba cierta facilidad para balancear el coche o salir volando en mil volteretas tras habernos cruzado en el camino de una piedra de 10 cm., o que un matorral genere un muro de hormigón invisible a su alrededor, pero este tipo de situaciones se hacen un poco más exageradas si cabe en la versión que hoy nos ocupa.

Bien, estos detalles hay que tenerlos en cuenta a la hora de valorar el juego, pero si lo miramos con buenos ojos y tras haber asimilado que en ocasiones nuestro coche puede ser como una bola loca, el juego cumple en general y la multitud de reacciones positivas de nuestro coche con respecto al terreno, las curvas y cómo tomemos éstas, hacen que el motor físico de RBR se quede en la lista de cosas bien hechas pero no terminadas (al menos de forma terrestre). Quizá en unos meses gocemos de un parche o quizá tendremos que esperar un hipotético RBR2, o quizá a los chicos de Warthog se le haya comido el perro parte de los apuntes de física elemental…

Richard corre, que te pillo…

Los modos de juego de RBR son los de siempre, más el ya mencionado Escuela de Rally, y un novedoso sistema de time trial contra fantasmas de Richard Burns.

El desafío Burns nos permite competir con el fantasma de lo que en su día hizo el piloto de rally ante los mandos del juego, la verdad es que a piori parece un modo soso y sencillo, pero cuando uno se da cuenta de lo que puede mejorar con un poco de paciencia, acepta el desafío y resulta divertido y adictivo.

También podemos competir contra algún amigo en pantalla partida, hasta cuatro, lo que no podremos hacer es competir a través de Internet cosa que le resta algunos enteros respecto a CMR 5 que sí dispondrá de juego online. Aunque por otro lado la ausencia de correr contra otros en un juego de esta índole que basa su concentración en la pista y no en los posibles rivales, tampoco se ha de ver como un sacrilegio.

Curva fácil izquierda, tras loma, no cortes

Qué difícil sería conducir con cierta estabilidad en RBR sin el copiloto y sus necesarias y precisas indicaciones, no sé si será un indicativo de lo real que puede llegar a resultar RBR pero es de todos sabido que en la realidad un piloto de rally no podría jamás conducir a esa velocidad solo. Pues bien en RBR el copiloto es parte muy importante de la conducción y la previsión de las curvas que vienen y como afrontarlas, así como saber si podemos forzar un poquito más en la siguiente curva.

Los coches tienen un rugir bastante creíble, aunque no sé si es mi ligera sordera o es que todos los modelos tienen un rugir demasiado parecido. En cualquier caso, es destacable el sonido del coche en general, cuando acelera, derrapa o se estrella…

Las voces traducidas al español son bastante dignas y cumplen su tarea, aunque yo prefiero las voces originales de Robert Reid en la versión inglesa del juego. La música es decente y punto con ritmos dance y techno para amenizar los menús y sobre todo las repeticiones a las cuales les hacemos un guiño para resaltar su espectacularidad y definición.

Para completar el apartado del sonido nos queda decir que los efectos del motor y las continuas explosiones que se producen en el tubo de escape, así como el sonido de las ruedas sobre el asfalto o gravilla o nieve con un sistema que descodifique dolby 5.1 pueden ser increíbles.

Comparándolo con…

Colin McRae 4 ó 5: pues ahora mismo me estoy replanteando escribir este apartado del análisis; no hay nada que los una más allá de que se trata de un juego de coches de rally, os aseguro que no hay nada más en común, bueno sí, el padrino del juego es un piloto profesional.

Xpand Rally: tampoco es muy comparable, al tratarse Xpand Rally de un juego más enfocado a la simulación sin tantas complicaciones y matices de control como RBR.

Lo que está bien

Lo que no está tan bien

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