Soldiers: Heroes of World War II, Impresiones (PC)

Un tema frecuentemente visitado

La Segunda Guerra Mundial, uno de los episodios más oscuros de la Historia, el peor de los que aún podemos considerar recientes. Quizá por ambas cosas, su cercanía en el tiempo y su importancia trascendental, o acaso sea por la sombría e inexplicable atracción que ejerce lo trágico, sigue siendo el marco que da cabida a numerosas creaciones artísticas como las cinematográficas, literarias o… electrónicas.

Sea como fuere, lo cierto es que en lo que aquí nos concierne, videojuegos, la Gran Guerra, en especial el frente europeo de la misma, ha sido elegida como tema de numerosos títulos. Si en un principio era terreno abonado para wargames -¿quién no recuerda algún programa de compañías que parecían especializadas como Strategic Simulations Inc. o Avalon Hill?- o simuladores -Sherman M4, Ace of Aces, Their Finest Hour,…- poco a poco todos los géneros echaron raíces en él, o casi, porque no tengo presente ningún juego de puzzles que lo haya hecho -no debería  dar ideas-.

Si de acción hablamos, huelga cualquier referencia, porque todos conocemos títulos de sobra, y lo mismo podría decirse de la estrategia. Son sectores que, si no con frecuencia sí al menos con regularidad, recurren a este conflicto. Si buscamos referencias en aventuras gráficas, veremos que escasean bastante más, pero aún así no faltan, y tenemos todavía fresca The Great Scape, e incluso podríamos mencionar otras que cuelgan del trasfondo la Segunda Guerra Mundial, como las de Indy o el Prisoner of Ice de la atarizada Infogrames. Diablos, hoy en día hasta podemos ver que el rol, empeñado en situarnos a veces en un pasado de espada y brujería y otras en un futuro o bien apocalíptico o bien de tecnología quimérica, aborda este gran conflicto con nombres como Another War o Weird War: The Unknown Episode of World War II.

Bien, pues pronto podremos añadir otro más a la larga lista de juegos que, desde una perspectiva u otra, han apuntado sus miras hacia este conflicto. Soldiers: Heroes of World War II -desde aquí Soldiers, para abreviar-, viene para hacernos revivir, de nuevo, la gran contienda del siglo pasado, adscribiéndose al género de la estrategia, donde, probablemente, será comparado con una saga de colosos ya elevada a clásica: Commandos.

Frente al clásico… ¿o quizá junto a él?

Estamos ante un juego de estrategia ambientado en la Segunda Guerra Mundial que nos pone al mando de un reducido grupo de soldados de élite, con los que deberemos alcanzar los objetivos que se nos propongan, usando la inferioridad numérica como si de una ventaja se tratase, es decir, debemos ser sorpresivos, pero no por fuerza silenciosos. Salvo por ésta ultima aseveración, casi podríamos decir que estoy hablando de Commandos, pero no, se trata de Soldiers.

Al archiconocido título de Pyro Studios no le han faltado imitadores, más o menos disimulados, como Desperados o Robin Hood: The Legend of Sherwood. Soldiers sigue su estela, y además, viene a actuar en el mismo teatro, la ya varias veces nombrada Segunda Guerra Mundial, pero lo hace un poco a su manera.

Y es que si las similitudes entre uno y otro saltan a la vista en cuanto se empieza a jugar, también lo hacen sus diferencias. Soldiers no ha querido fijarse demasiado en Commandos, pero se nota que, aunque con el rabillo del ojo, no lo ha perdido de vista. Commandos es un juego estratégicamente más profundo, donde el cálculo, la paciencia y la previsión juegan un papel fundamental. En Soldiers estos elementos, aún presentes, no son el pilar principal de su jugabilidad. El título de Best Way da a la acción el papel que, tratándose de un juego de guerra, es difícil obviar. Si en Commandos de vez en cuando podías acabar montando una auténtica carnicería, en Soldiers prácticamente se te exige en casi todas las misiones. En el primero el sigilo es la tónica predominante, en el segundo es sólo la otra opción.

En Commandos existían unas premisas estrictas de discreción que, en caso de ser ignoradas, podían complicar la misión hasta el extremo de hacerla prácticamente imposible. Con Soldiers vamos a necesitar armar bastante más ruido. No nos equivoquemos, es conveniente pasar desapercibidos, pero llegado cierto momento el espectáculo estará servido, y es que ¿cómo vamos a volar un cañón antiaéreo, a media misión, sin llamar, por poco que sea, la atención? Como antes decía, debemos usar el factor sorpresa, y lo lograremos a través de decisiones que tienen que ver con la estrategia, pero los requerimientos de la práctica totalidad de las misiones nos obliga a montar jaleo y tener enfrentamientos directos cada dos por tres.

El contraste entre ambos vuelve a surgir en un punto en común, y es que en Commandos los roles de nuestros hombres están muy definidos, el conductor, el zapador, el francotirador, el marine y los demás son, cada uno, especialistas en lo suyo y, a pesar de las acciones comunes, todos tienen alguna otra más exclusiva. En Soldiers un soldado es un soldado, y si tiene minas pondrá las minas, si tiene una ametralladora disparará, si tiene granadas las lanzará, y si no tiene nada y es listo, saldrá corriendo.

Podemos decir que los dos programas de los que estamos hablando se parecen tanto como se diferencian.

Direct Control: pretendida seña de identidad

El elemento que va a desmarcar a Soldiers del resto de juegos que se le asemejan es el llamado Direct Control. ¿Y en que consiste? Bueno, pues lo cierto es que no es ninguna revolución, ni siquiera creo que debiera de tener nombre propio, pero si los creadores así lo han decidido, valga pues. En estrategia lo normal es ordenar a una unidad o grupo que ataque un objetivo, o que se desplace hasta un punto determinado, siendo estas unidades quienes eligen la ruta y disparan automáticamente; pues bien, en Soldiers, gracias a este Direct Control, podremos ser nosotros quienes apuntemos y disparemos a nuestro antojo y, en el caso de unidades mecanizadas, dirigir el vehículo cómo y por dónde nos plazca.

Por lo demás, el control es el clásico, el que, viendo las capturas, reconocemos instintivamente. Podemos seleccionar a unidades individuales o a un grupo de varias pinchando y arrastrando con el ratón. Tenemos cierta capacidad de dejar que nuestros soldados actúen por cuenta propia dejando que se muevan y se comporten con arreglo a las circunstancias. Esto es bastante peligroso, según he comprobado en el preview code que nos ha hecho llegar Codemasters; si dejamos que elijan cuándo abrir fuego comprobaremos que nuestros chicos tienen gatillo fácil, y si lo que queremos es pasar desapercibidos hasta cierto momento, no nos lo van a permitir. Si dejamos que se muevan a su elección comprobaremos que son relativamente inteligentes, puesto que tienden a buscar cobertura cuando la situación se complica, pero en este caso también pecan de valientes, puesto que no dudan en mantener su posición y seguir disparando cuando el mayor número de enemigos aconseja la retirada fuera de su alcance.

En definitiva, y teniendo en cuenta el bajo número de unidades de las que nos debemos hacer cargo, lo mejor es ordenarles que mantengan la posición, pues así seremos nosotros quienes decidamos cada paso que den, y que dejen en silencio las armas hasta que llegue el momento de hacerlas hablar.

Además de las básicas de movimiento y disparo, hay otras acciones que los soldados pueden hacer. Examinar determinados objetos del escenario, como cadáveres enemigos -y propios, llegado el caso-, vehículos o cajas de material, es imprescindible si queremos completar las misiones. En ellos encontraremos material que nos servirá para alcanzar los objetivos, puesto que no empezamos cada mapa lo que se dice bien equipados. Esta es una de las grandes bazas del programa, la manera en la que el escenario y los elementos que lo pueblan se convierten en una fuente de recursos, pero ya hablaremos más tarde de ello.

El uso de objetos es otra de las vertientes por las que fluye la jugabilidad de Soldiers. Aparte de las armas de fuego comunes usaremos paquetes explosivos de dinamita con los que pulverizar objetivos duros, como ciertos blindados o algunas construcciones -siempre que no tengamos un tanque a mano-. También hay minas a nuestra disposición, que podemos desactivar y recuperar si previamente nos hemos hecho de un detector y usar en nuestro beneficio.

Los packs médicos no van a faltar, y a buen seguro que los vamos a necesitar dado que, como he dicho, no serán pocos los enfrentamientos directos. Y también necesitaremos reparar los vehículos que manejamos, para lo que existen cajas de herramientas, así como rearmarlos y repostar combustible, para lo cual nada mejor que drenar los depósitos de los blindados enemigos o, sencillamente, robarles algunos barriles de combustible.

Y hablando de vehículos, serán decenas las que aparezcan a lo largo del juego, y todos susceptibles de ser usados. Su papel, lejos de ser accesorio, va a ser capital, en especial el de los blindados. De hecho, algunas misiones tienen como condición de victoria que nuestros carros no sean destruidos. Su utilidad dentro del campo de batalla tampoco es cosa baladí, pues en ciertos puntos será imprescindible la participación de un tanque para ir poniendo las cosas en su sitio.

El escenario, fuente de recursos

Sí, recursos tanto tácticos como logísticos. Tácticos porque podremos usar cualquier elemento para cubrirnos u ocultarnos del enemigo. Por ejemplo, podemos fundirnos con el follaje de los arbustos para no ser descubiertos, hacer lo propio en un campo de cereales, cubrirnos en trincheras, esquinas de casas, troncos de árboles, vehículos, pilas de madera, etc., para contar con ventaja en caso de tiroteo.

Es posible incluso cubrirse dentro del cráter que forman las explosiones más fuertes, y es que el escenario se transforma como consecuencia de nuestras acciones. Los edificios llegan a derrumbarse si los azotamos lo suficiente con artillería; los vehículos quedan destrozados y hundidos en los socavones que cavan las detonaciones que provocamos; los árboles arden hasta calcinarse si los quemamos o lanzamos explosivos cerca de ellos, de tal forma que dejan de servir de refugio; los postes de electricidad, las paredes y vallas más débiles caen bajo el paso de los blindados, etc. Como veis, lo normal es que el escenario, hacia el final de la misión, sea muy diferente a como era cuando empezaba, lo que ocurre de manera especial es zonas urbanas, donde las huellas de la devastación que llegamos a generar no dejan ver ni rastro de lo que antes fue.

Logísticos porque abunda el material del que nos servimos para realizar la misión. Normalmente empezamos la misión con un equipamiento más bien parco, pero a medida que vamos sembrando cadáveres, vamos cosechando material. De los enemigos caídos podemos recoger munición y armas, e incluso algún accesorio, como por ejemplo el casco. También encontraremos cajas con suministros para las tropas rivales que aprovecharemos para nosotros, e incluso podemos desmontar las ametralladoras de los tanques para hacer un uso personal de ellas.

Aparte de la munición y el armamento, importa sobre todo el combustible para los tanques. Obtenerlo, como ya he dicho, pasa por incautar un vehículo enemigo y traspasar el fuel al nuestro, o bien acceder a una base enemiga y sustraer lo que allí encontremos.

Su factura técnica

Gráficamente se ha optado por las tres dimensiones. La perspectiva es isométrica, pudiendo rotar por completo la cámara, hacer zoom, e incluso variar su inclinación ligeramente. Que estemos ante gráficos 3D no significa que se halla dejado de lado el gusto por el detalle. Al contrario, pues los escenarios resultan muy atractivos y llenos de elementos que, probablemente, pasan desapercibidos de un vistazo general, pero que afloran por doquier en cuanto centramos algo más la vista: espantapájaros en los campos de siembra, ropa tendida a secar en los patios traseros de las casas, gallinas y vacas campando libremente por entornos rurales, casas y vehículos cuidadosamente reproducidos, explosiones que levantan fuego, tierra y metal a partes iguales, etc. En fin, visualmente es poco lo que se le puede pedir a Soldiers y que no vaya a ofrecer.

En el apartado sonoro, y a falta de saber si va a estar doblado a nuestra lengua, debemos hablar en términos semejantes. La música, sin llegar a estar formada por temas que llegarán a clásicos, resulta atractiva y son las típicas composiciones bélicas en las que predomina la percusión. Los efectos de sonido como los de recarga y disparo de armas, explosiones, o el chirrido de los tanques, resultan contundentes y convincentes. Otros sonidos, como el canto de los pájaros, la agitación de la vegetación a nuestro paso, el batir de las olas contra la costa, o incluso truenos en tardes de tormenta, reforzarán la ambientación.

Recapitulando

Soldiers: Heroes of World War II, será sobre todo un juego de estrategia, aunque con generosas dosis de acción, que no molestarán a buen seguro a los estrategas y que servirán de estímulo a quienes disfruten más apretando el gatillo. Con el vamos a tener la oportunidad de representar varios episodios de la Segunda Guerra Mundial, a lo largo de cuatro campañas diferentes, en las que estaremos al mando de unidades británicas, rusas, estadounidenses y alemanas.