Jugando en el paraíso

Si tuvieras que llevarte algo a una isla tropical ¿qué sería?, posiblemente de todo menos una colección de extrañas tablas de billar, pero eso es justamente lo que propone pool Paradise, y es más divertido de lo que parece.

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Personalmente, e insito que esto es una idea propia del que subscribe sin más, el mejor sitio para jugar al billar es una mesa de billar de verdad, en un bar o local de verdad. Existe cierto misticismo en el ritual de coger el taco, la tiza y sobretodo en lo que es el sentir el impacto con la bola cuando la golpeas. Por eso mismo es por lo que un simulador de billar siempre ha parecido algo bastante superfluo, normalmente a uno le gustan los videojuegos para hacer cosas imposibles de hacer en la vida real y divertirse, jugar al billar en tu consola puede ser divertido, pero no es para nada imposible en la vida real y sí más satisfactorio.

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Ahora bien, Pool Paradise no es exactamente un juego de billar y ahí reside el hecho de que sea divertido además de no ser practicable en la vida real (a menos que dispongas de medios para hacer disparatadas mesas de billar). El argumento no puede ser más simple, simplemente no hay. De repenete te encuentras en una especie de isla tropical con chiriguitos en donde hay ubicados mesas de billar, los locales de la isla, tipos realmente estrafalarios te retarán a partidas en los que hay que cumplir una serie de objetivos según las múltiples reglas del billar internacional. Habrá que apostar cantidades de dinero e ir ganando partidas para subir de categoría e ir accediendo a las opciones ocultas que tiene el juego.

  g  r  a  f  i  c  o  s

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Los gráficos son sin duda el peor apartado del juego, bastante flojos, incluso para un juego de billar. La recreación de las mesas no es nada elegante, al contrario que otros simuladores de billar capaces de recrear tanto mesas como bolas con una gran elegancia y atractivo. En etse caso no es así, y aunque hay muchos tipos de mesas ( a cual más disparatado), su recreación nunca llega a ser satisfactoria.

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Tampoco los entornos son nada del otro mundo, escenarios tropicales pobremente presentados, con un agua de mar que parece mentira que a estas alturas se pueda recrear de esa forma y unos chiringuitos poco detallados. El colmo ya es que ni siquiera aparecen los jugadores, sino que el jugador rival es presentado por dos manos que se mueven en el aire como si estuvieran pegadas a algún cuerpo, un efecto bastante siniestro hay que decir, porque resulta muy extraño ver a las dos manos oscilar alrededor del tablero buscando donde golpear.

  a  u  d  i  o

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Tampoco este apartado tiene nada de especial, con melodías acordes al escenario y con una variedad notable, pero que pueden ser perfectamente sustituidas por algún disco de música que quieras escuchar o la radio, es un apartado completamente prescindible.

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

El hecho que salva a Pool Paradise de convertirse en una mediocridad es el empeño de sus creadores en hacer un juego de billar divertido y muy rico, tanto en lo real como en lo imaginario. Al principio empiezas en mesas de billar normales, un viaje al fondo del mar te llevará hasta el tiburón (en el sentido más literal de la palabra), que te dejará tus primeros 200$ para que comiences a apostar, una vez que tengas dinero fresco, los habitantes de la isla, caracterizados por extraños retratos, empezarán a poner a prueba tus habilidades.

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El juego recoge modalidades y reglas para todos los gustos tanto americanas como europeas, mezclándolas para dar lugar a un gran conjunto de retos. Los jugadores rivales siempre te darán diferentes opcione para que una partida no sea igual a la siguiente, por lo que no se tratará solo de meter las bolas en los agujeritos, sino que habrá que atender a los objetivos y las reglas con las que se está jugando.

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El control es bastante bueno con el pad, aunque hay que prestar bastante atención al stick analógico, que servirá para medir la fuerza con la que le pegas a la bola. Es muy sensible y habrá que practicar un poco para conseguir dominarlo, pero salvado ese escollo, se te permite cualquier golpe físicamente posible, incluyendo la opción de pegar con efecto.

A medida que se va ganando dinero se pueden acceder a nuevas opciones, pasando por las alocadas mesas de billar que caracterizan este título: mesas en forma de L, en formas polígonales, una mesa que parece una pista de hockey... hay una gran variedad de ellas y cada una ofrece retos al jugador, desde el más novato al más experimentado. A ese cocktail hay que añadir una serie de mini-juegos que también hay que liberar y que no hacen sino enriquecer un notable producto.

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Pero nada de esto serviría si el modelo físico no fuera adecuado y las bolas no respondieran como deben de hacerlo, afortunadamente, este no es el caso y se han acoplado una física propia de un simulador, con una muy convincente reacción de las bolas, que se desplazarán por la mesa de forma totalmente realista. Sigue faltando esa sensación que tienes cuando te acercas con tu taco y le pegas suavemente para introducir la bola en una mesa real, pero eso es algo que no puede recrear ningún juego hoy en día.

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Además incluye el obligado modo de dos jugadores, que aumenta su durabilidad.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n

Sin duda este es el mejor juego de billar que vas a encontrar en GC, y posiblemente en cualquier otra consola, pero es que además es un juego divertido por sí mismo, ni siquiera tienes que saber nada del jeugo para empezar a disfrutarlo y hacer tus primeros pinitos. Y con todo, lo mejor es el precio, que a unos 19.95, se trata de una adquisición más que recomendable, muy superior a algunos de los intentos de juego que hoy en día se pueden ver en las tiendas a precios muy superiores.

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