El Cimerio sigue aguardando su hora...

Un juego que verse sobre la figura de este gigante de la espada y la maza es siempre motivo de giros de cuello peligrosos, ya que casi ninguno de nosotros puede resistirse ante la atracción que genera.

Por ello el que Cauldron se atreviera con ello es motivo de alabanza. El celo con que cualquier aficionado vigila que todo lo relacionado con el personaje esté a la altura pone un punto extra de motivación para cualquier desarrollador, supongo, y quizá por ello se someta a un examen más riguroso de lo normal.

El juego que nos ha llegado esta vez no es desde luego todo lo bueno que nos hubiese gustado, atesorando varias virtudes y defectos a partes iguales. Decepción pues, aunque no total, pero sencillamente porque el listón de salida estaba ya muy alto. 

Sin duda Cauldron se ha tomado interés en el asunto: es evidente que han bebido de la fuente original, los textos del escritor R.E. Howard, puesto que la ambientación del juego, uno de los puntos fuertes, muestra constantemente ese interés por ser fieles a la obra.

Es evidente igualmente que en general, y pese a usar un motor muy limitado para lo que se estila hoy día, y no digamos dentro de unos meses (aunque la batalla haya comenzado recientemente con Far Cry), el juego posee un encanto especial remarcado sobre todo por la maravillosa música, rescatada en su inspiración a partir de la partitura única que Basil Poledouris creó para aquella primera versión para la gran pantalla, donde el "Chuache" hizo una aparición de las que no se olvidan.

Pero no. El juego no llega a los tintes épicos que hubiéramos deseado, teniendo a nuestra disposición seguramente uno de los personajes que mejor pueden adaptarse para la creación de un hack n' slash mítico.

Si alguien pudiera usar un motor de última generación (soñemos y pensemos en el engine de Doom 3 o el de HL 2), desarrollar un auténtico sistema de lucha evolucionado, similar al que también usó Rebel en "Blade: The Edge of Darkness", y adornarlo todo con una ambientación como la de este "Conan" de Cauldron pero más inspirada todavía, junto al trabajo de un equipo de guionistas como el de, pongamos, "Star Wars: Caballeros de la Antigua República" y la música original, es muy probable que a media población jugona mundial le diera un ataque de gusto agudo. Y qué poco nos importaría...

"Conan: The Dark Axe" ha terminado siendo, por no irnos por las ramas que ya nos conocemos ;), un mata-mata relativamente evolucionado pero lineal, con un sistema de lucha más complejo de lo que resulta a primera vista, ya que el sistema de combos permite aprender una buena gama de movimientos y pasarlo bien con ellos. Alguno, además, realmente vistoso, pero, sin embargo, en absoluto novedoso o realmente potente de cara al jugador. A ello ayuda precisamente una IA apenas evolucionada, con seres de patrones fijos, cuya dificultad radica en el timing que le han dado al sistema de ataque y al número de ellos que nos ataque en un mismo momento.

Gráficamente cualquier jugador experto notará enseguida una limitación básica: no hay visión superior, no podemos mirar hacia arriba, algo que para los tiempos que corren sorprende. Una limitación auto-impuesta por temas de diseño seguramente, pero que choca de todos modos.

Esto no quiere decir tampoco que el motor no sea apreciable, todo lo contrario ya que es capaz de gestionar las animaciones del bárbaro con una convincente nota de acabado, de hecho son realmente buenas algunas de ellas, siendo sin embargo unas cuantas realmente desconcertantes por la baja calidad. Bastante poco uniforme este apartado. Y todo ello en un marco visual corriente en cuanto a texturado, demasiado corriente, pero disfrutando de algunos ejemplos de efectos bastante logrados, en especial los reflejos, cristales, metales (recuerda que Cauldron es también responsable de "Chaser"), etc.

En definitiva: título que cualquier aficionado serio es posible que elija tan sólo por el personaje central y por la ambientación gráfica y sonora, pero al que resultará difícil que vea muchos méritos, porque la dificultad no es excesiva, y no hay nada especialmente novedoso. Un jugador menos experto y poco acostumbrado a estos juegos le sacará bastante partido, disfrutando en especial si no es aficionado y conoce la historia. La dificultad radicará en un sistema de guardado consolero, básicamente, y en un sistema de cámaras que proporcionará más de un enfado de cuando en cuando.

El Cimerio sigue aguardando su hora... la hora de ese juego donde por fin pueda dar rienda suelta a su bravura y personalidad.

Gráficos y sonido

Como te he dicho antes, el motor no es endeble, pero la limitación de la vista superior le hace parecerlo. Sin embargo, es colorista, es capaz de ofrecer animaciones decentes y una gama de efectos bastante variada, algunos de los cuales son relativamente modernos. El texturado, por otro lado sí es cierto que resulta enormemente flojo. Bloques jaggeados aparecen por doquier, así que si tu tarjeta es de las nuevas y sufres con estas cosas, recuerda tomarte tu pastilla para la tensión antes de empezar.

De igual forma te recalco que pese a las limitaciones, los de Cauldron querían imprimir un carácter marcadamente cinematográfico al juego, cosa que logran con las escenas cinemáticas realizadas con el propio engine, pero en las que se aprecia un gusto por acercarnos a estampas clásicas del Cimerio vistas en cine y televisión.

El modelado del mismo es una de las cosas que más me gustan, ya que se aprecia perfectamente cómo se han inspirado en los modelos clásicos de Frazzetta y compañía, logrando un bárbaro compensado y convincente. Las animaciones como te he comentado antes también son irregulares. Por un lado los movimientos de combate, aunque no enlazados de forma precisa, son bastante buenos y combinando bien los combos realmente acaban por ser intuitivos, pero después llegan cosas como los saltos y la rigidez excesiva de movimientos, y todo queda bastante difuminado, inconcluso. Hay un buen trabajo de diseño detrás del bárbaro, pero me temo que como siempre, y una vez más, el tiempo ha hecho que su finalización haya sido más rápida de lo previsto...

Los mundos retratados en el juego son variados: cavernas, lagos internos, pasadizos de hielo, arenas de combate, ciudades míticas... Todo muy entroncado con la simbología relacionada, y muy reconocible, así que en este sentido las cosas no pintan nada mal. Precisamente la variedad hace que nos sintamos realmente recorriendo uno de esos imperecederos viajes del Cimerio, y gracias a ello el juego tiene un desarrollo mínimamente coherente. Pesa demasiado, es inevitable pensarlo, que todos esperamos siempre algo más  espectacular todavía.

Tenemos una narración, bien traducida y doblada además, que nos ayuda bastante a sentirnos inmersos en la acción, pero se queda impregnada en casi todo momento una sensación final de serie B, pese a todo el buen empeño puesto. Momentos que debieran ser absolutamente emotivos quedan licuados, y es quizá todo culpa de la nueva generación de juegos que ya están llegando. Pese a ser de los que piensan que un juego no son sólo gráficos, y lo defenderé siempre, está claro que teniendo las posibilidades gráficas que ya se atisban en el horizonte, un personaje de este calado exige una ambientación no correcta, sino muy acorde con el nombre.

Estoy seguro que no pocos esperan un juego donde el Cimerio sea un personaje con vivencias, expresivo, con una historia que realmente nos llegue, pero lo queremos ver llegar a través sobre todo de un entorno espectacular como lo es él mismo, y queremos un juego donde no paremos de babear. Esa es la realidad. Una historia así con ambientes fotorealistas, definidos, siguiendo las pautas que marcaría un diseño de primer orden, seguramente ofrecerían un título que quedaría para siempre. Por ello precisamente, cualquier cosa por debajo de ese nivel se me antoja hoy día complicado de obtener un éxito rotundo. Pese a todo, me ratifico: aún con las amplias limitaciones gráficas del juego, hay talento depositado en su desarrollo, y es justo reconocerlo. La asignatura pendiente es que se haya hecho con pocos medios, o no tantos como tienen otros equipos.

En lo referente al sonido, ante todo recordarte que el doblaje se ha realizado de forma bastante competente, no a la altura de lo que Ubi ha logrado con éxitos recientes, pero si exceptuamos alguna voz forzada, no está mal. Con todo, la palma y los laureles se los lleva la música. Retomando dos de los temas originales de la BSO de Poledouris, y partiendo de ellos para completar todo el repertorio, Lubomir Ruttkay ha logrado una estupenda pieza, reminiscente con rotundidad de su antecesora, y en sintonía épica con el personaje. No hay duda de que gran parte del logro del juego por levantar el vuelo se debe a que esta música pone en situación a cualquiera. Buen trabajo.

Jugabilidad

A estas alturas debes tener ya una idea bastante clara: el juego consiste en acompañar a Conan en su viaje de aventura y venganza, repartiendo estopa con un variado bodegón de armas, donde destacan espadas, mazas, hachas, etc. Muchos empezaréis con el consabido click-click eterno desgastador implacable de botones de ratón, pero al poco notaréis que la cosa no funciona del todo bien así, de hecho sólo lo hará en los primeros momentos, aunque bien es cierto que el arte de la espada, en este caso, no nos llevará demasiado tiempo dominarlo.

Por supuesto el atractivo principal es el sistema de combate, y lo cierto es que pese a lo limitado del mismo llega a ser relativamente atractivo si no buscas complicaciones excesivas. Existe toda una variedad de golpes y combos para las distintas armas con que contarás, y la curva de aprendizaje se basa casi exclusivamente en cuánto tardes en dominarlos, aparte de que si no lo haces convertirás el juego en un muermo.

Influirá y mucho el auto-encaramiento, que también existe, y que funcionará inmediatamente. En el caso de combates múltiples (la mayor parte), notarás cómo si te mueves hacia uno u otro enemigo el bárbaro reaccionará rápidamente encarándolo. Esto funciona relativamente bien, aunque no tanto el sistema de cámaras, que en ocasiones te dejará medio vendido, ya que puedes llegar a perder de vista a más de uno.

El sistema es libre, no es rotacional, así que dentro de lo que cabe la limitación es salvable. Lo que sí puedo decirte es que la sombra de "Blade", tantas veces criticado en su momento por aquella "excesiva" dificultad, sigue siendo muy alargada, y somos muchos los que echamos de menos un sistema parecido en juegos como éste. Aparte, y teniendo mucho que ver la IA de los enemigos, claro, queda patente en los primeros duelos que sólo si te permites jugar con ellos puedes obtener de cuando en cuando alguna sorpresa, ya que los scritps de comportamiento pueden hacerlo, pero no serán demasiadas las veces contra un jugador experimentado.

Eso sí, cuando las cosas comienzan a ponerse chungas, más de una vez visitaremos la Pista de Crom, lo cual no es ni más ni menos que una oportunidad que nos dará nuestro dios preferido para resucitar en caso de muerte en combate. Está directamente relacionado con uno los principales hándicaps, una vez más, de estos títulos multiplataforma: los guardados de partida. Aquí de nuevo tenemos otro título donde sólo si llegas a determinados puntos del juego podrás localizar unas piedras mágicas gracias a las cuales podrás guardar el juego.

No hay guardado libre, en efecto, así que ya sabes... Por ello te hablaba de la Pista de Crom, una salida honrosa y que bien aprovechada puede hacer que el hándicap del guardado no sea tan martirizante: si pierdes la vida en un combate, podrás acceder a ella y lidiar un combate nuevamente en una arena especial bastante "etérea". Si logras vencer, volverás al punto en que fuiste abatido durante tu aventura, con la vida casi al completo y con tus enemigos justo donde los dejaste. Un buen punto a favor de la jugabilidad, que además encaja perfectamente con el juego y su particular mitología. Un acierto sin duda.

Dejando a un lado este aspecto primordial, influye positivamente la conjunción para lograr desarrollar la aventura entre narración y acción, gracias a lo cual tenemos un juego que no se hace pesado, más bien todo lo contrario. El hecho de contar con esa mezcla es la que nos permite experimentar la sensación de película de género que en muchos momentos se logra. Esto, unido a una gama de enemigos variados, donde abundan los "paquetes" con los "rocosos", logran que el disfrute de ver al bárbaro dando casi "galas benéficas para recaudar fondos" sea constante, pues con algunos enemigos aquello se convierte en un verdadero festín de espadazos y sangre (no hay gore: mucha rojez y manchas pero nada "excesivo" en absoluto). Esta combinación es la que realmente salva al juego de la quema, ya que de otro modo el título se hubiera vuelto absolutamente carente de interés, una pieza de tercera categoría directa al mercado de los precios de ganga. Afortunadamente, no ha sido así.

El juego cuenta con un parche que añade capacidad online, accesible mediante el propio menú principal y que parece estar potenciado por Gamespy. No he podido probarlo porque no parecía responder hasta el momento de escribir el texto, así que lamento no poder comentarte nada de esta modalidad, que por otra parte, no aporta tampoco nada excesivamente novedoso.

Por lo demás desarrollo clásico, recogiendo nuevas armas, pócimas de salud, pergaminos con nuevos datos de la aventura, enfrentamientos con grandes enemigos de final de nivel, física e interactividad muy limitadas, linealidad casi absoluta al más puro de siempre, etc.

Después de unas cuantas horas probando los diferentes niveles, no he encontrado más que una pauta para avanzar sin problemas: usa el bloqueo sabiamente, ya que aprendiendo a combinarlo con el sistema de auto-encaramiento no tendrás excesivos problemas para ir abatiendo a tus enemigos uno a uno. Bueno, eso y un aprendizaje estricto de los combos, no ya sólo por no aburrirte, sino porque sin ellos te perderás muy buenos momentos.

Comparándolo con...

Desde luego podría hacerlo con varios títulos, pero no me resisto, y "Blade" es mi elegido. Son pocos los juegos que nos permiten manejarnos en entornos de este tipo, y con personajes así. El título de Rebel Act, con muchos años ya a cuestas sigue siendo para los aficionados a este tipo de juegos una referencia que va ganando adeptos con el tiempo.

De aprendizaje inicial complejo, sobre todo por un sistema de combate y encaramiento "demasiado difícil" para aquellos que buscaban el click-fácil, resultó ser además un fenomenal ejemplo de creación artesanal, mezclando una gran ambientación arquitectónica, junto con una iluminación soberbia, y una música también a la altura, de hecho un conjunto magnífico que, sin embargo, mostró carencias suficientes como para no llegar a ser la obra maestra que muchos quisieron ver, y que en realidad rozó en algunos momentos. Suele ocurrir en desarrollos de este estilo, no es un caso único.

Este Conan de Cauldron es hoy, tanto tiempo después, un juego digno que, sin embargo, veo por detrás del título español. No hay nada en lo que le supere y si bastantes aspectos en los que se muestra inferior, casi todos ellos básicos. El combate es mucho menos sugerente, está claro, y tiene carencias evidentes.

Lo que no está tan bien

Correcto. En castellano, blanco y negro. Buena traducción, detallando armas y combos disponibles, así como sus efectos. Presentación relativamente buena, en absoluto especial.

Enlaces

Página oficial

Requisitos del sistema

Equipo mínimo: W98/2000 SP4/XP SP1. CPU: 1 Ghz. Geforce 3. 256 RAM. Espacio en disco: 2.3 GB. Tarjeta de sonido compatible DirectX 9

Equipo recomendado: CPU: 1.6 Ghz. Geforce 4200/4600 o superior. 512 RAM.

Equipo de pruebas: AMD XP 2400+, Placa Gigabyte 7VRX, 512DDR-SDRAM Kingston, Geforce 4 Ti4200 Leadtek 128 DDR MyViVo.  Hercules Fortíssimo II. Windows XP. DirectX 9.0b .CD-ROM Liteon 52x. HD Seagate 80 GB.

Disfruta.

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