La guerra que nunca acaba...

g  r  á  f  i  c  o  s
Mediocres, tirando a malos. Los escenarios en su mayoría, brillan por su escaso detalle, su desastroso diseño y su abrumadora simpleza; se limitan a tres o cuatro calles (repetimos, en su mayoría, ya que algunos, ofrecen algo de "variedad" y se limitan a colocarnos en un espacio de tierra casi circular) sin ningún tipo de elemento interactivo, y con una calidad de texturas ciertamente por debajo de la media general que han marcado los últimos lanzamientos de PS2.

Eso sí, todo se mueve de una forma fluida, y debemos tener en cuenta que se pueden llegar a juntar en pantalla decenas de personajes y enemigos, con animaciones independientes entre sí. El problema, es que la cámara está exageradamente lejos, y por lo tanto, cuesta incluso distinguir qué personajes son nuestros aliados, y cuales nuestros enemigos. El modelado de los personajes tampoco destaca, y muestra de nuevo increible s carencias en cuanto a nivel de detalle se refiere.

Nuestra bella Selene, por poner un ejemplo, apenas es una mancha negra con brazos y un poco de pálida cara que la distingue de un escarabajo pelotero. Olvidaros de bellos movimientos de gabardina como los que hemos disfrutado en las aventuras de Dante Sparda en Devil May Cry. Aquí, por no haber, no hay ni la propia prenda de ropa. Un mono negro, nada más. Y hablando de movimientos, patéticas las animaciones. Quizás nos hemos mal acostumbrado demasiado a la captura de movimientos de la que se hace uso en prácticamente todos los juegos donde aparecen seres con dos piernas y un par de brazos, pero nos da la sensación, que si se ha usado dicha técnica en este juego, se ha tomado como base a Chiquito de la Calzada, o en su defecto, a Mister Bean.

Por lo demás, nos encontramos con unos efectos y explosiones muy simples, y repetimos, muy por debajo de lo que grandes juegos de PS2 nos ofrecen hoy en día. Quizás lo único que se salve de la mediocridad del apartado en general sea el efecto que se ha logrado con el fuego del lanzallamas, pero repetimos, destaca dentro del pobre apartado, para nada sorprendente si lo comparamos con cualquier otro título del género. Sentimos hacer incapié en el tema, pero algunos ya hemos visto obras del calibre de Silent Hill 3, Final Fantasy X o Gran Turismo 4, como para que a estas alturas se nos venda un apartado más propio de un juego de Nintedo 64 que de la 128 bits de Sony (y ojo, que no exageramos).

s  o  n  i  d  o
Otro apartado que flojea. Ciertamente, se ha optado por el recurso de la BSO fácil: si hay disparos en pantalla, hay música, y si hay silencio, significa que la acción brilla por su ausencia. El problema es cuando, además, la música que suena es el mismo bucle repetido una y otra vez. No, no es mala. El problema es que, lógicamente, cansa. Temas cañeros para acompañar la acción, parecidos a los que hemos escuchado en la película, pero que como hemos comentado, a la larga se hacen repetitivos.

Y el Sonido FX... (que triste es para un redactor no poder contar prácticamente nada favorable del juego que tiene la oportunida de analizar) es básico, extremadamente básico. Inocentes explosiones para los disparos (señores, ¿soy el único que escuchó pura melodía al oír el rugido de las pistolas de Selene ?), y monótonas y simples grabaciones para las demás armas. Las voces, eso sí, están en un excelente inglés (¡Bien, al fin algo bueno!)

j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d
Y llegamos al punto más decepcionante de todos (sí, creédme, puedo contaros aún cosas peores sobre el juego...). Bueno, decepcionante para todos aquellos a los que nos gusta descubrir cada día nuevos retos en este mundo, a los que nos gusta disfrutar de novedades jugables y a los que odiamos la no evolución en el apartado jugable. A todos nosotros: ¡Vade Retro, Underworld! De todas formas, recordemos, que no se trata de un juego destinado a gustar al jugón experimentado y con ganas de recibir día a día productos revolucionarios al sector.

Se trata de un juego enfocado únicamente para distraer (aunque tristemente, a veces ni lo consigue) y dejarnos de complicados argumentos y recargadas jugabilidades.
Ha sido enfocado para gustar al público en general, que no exige mayores complicaciones en la jugabilidad. Nada más empezar, podremos elegir con qué bando queremos luchar: vampiros o hombres-lobo. Una vez elegido, y seleccionado nuestro protagonista (que levante la mano el que no va a coger a los Vampiros y a Selene en su primera partida), se nos colocará al incio del nivel con un grupo de aliados.

El desarollo se divide en pantallas, y en ellas se manifiesta  y descubre su puro cuerpo de Beat Em Up clásico. En la mayoría de ellas, debemos llegar hasta el final de las mismas mientras liquidamos a decenas y decenas de enemigos. Prácticamente, nada más. Sí, es cierto: algunas nos proponen objetivos algo más diversos, como el "original" contra-tiempo, o el "novedoso" de proteger a algún compañero. Y al finalizar los niveles, dependiendo de la puntuación que hayamos obtenido, en base a los enemigos que eliminemos, podremos mejorar las características de nuestros personajes, lo que le da al desarrollo un cierto aire simplón a RPG.

Todo un alarde de originalidad lo que nos ofrece el juego de PlayIt, sin duda. Dicho desarrollo recuerda en gran parte (salvando las distancias, claro está), con Hunter The Reckoning, aunque cualquiera que haya probado ambos títulos sabrá que existe un abismo de calidad entre ellos. ¿Y qué tal la acción? Pues monótona a más no poder: un botón de disparo y de acción, y uno de salto. Como diría cierto guiñol, "Hasta aquí pescado vendido".

Es que a caso está el género del Beat Em Up muerto? Nosotros creemos que no, y tras ver juegos como Devil May Cry 2 (ojo, sabemos lo que decimos, y no metemos aquí la primera parte, gran aventura, pero que en su secuela se apuesta por un desarrollo más característico al género que estamos hablando), esperábamos algún tipo de novedad o aliciente al género que llamara a adquirir el juego. Sí es cierto que además, existen algún tipo de habilidades especiales al más puro estilo Dante, como aumento de velocidad para los vampiros o transformaciones para los hombres-lobo, pero a la práctica, todo se reduce en seguir recorriendo los escenarios sin sentido alguno pulsando, como si de un juego típico de atletismo se tratara, el mismo botón.

Bueno, voy a hacer algo que parece difícil en base al análisis que estoy escribiendo. Os preguntareis de donde salen esos 3,5 puntos: del modo multijugador. Y es que, pese a pecar de la misma simpleza que el modo para un jugador, al menos jugando con un compañero podemos encontrar aliciente al competir para saber quien fulmina más enemigos. Sí, para un domingo por la tarde, el juego puede llegar a resultar entretenido con un amigo.

c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n
Ciertamente, no entendemos como se ha podido desaprovechar la interesentantísima licencia Underworld, en un juego de tan escasa calidad, y más cuando el enfoque de la película daba juego para programar un producto muy cercano en cuanto a temática a lo que hemos visto en juegos como Devil May Cry o Max Payne 2. Como hemos comentado, la única explicación que le encontramos a tal despropósito de juego es el sector al cual PlayIt ha destinado el juego. Aún así, no logro entender el hecho que alguien pueda estar más de una hora seguida jugándolo, y más cuando se supone que los videojuegos son una actividad lúdica... En fin, está claro que "Nadie vende duros a cuatro pesetas".

Un título solo recomendado a aquellos que tienen la necesidad imperiosa de comprar una novedad a la semana, y no quieren dejarse demasiado dinero en un periodo de escasas novedades, o para aquellos que quieren hacerle un regalo a su hermano/a que empieza con esto de los videojuegos. Ah!, como apunte, se ha confirmado la secuela de la película para lo largo del año que viene. Esperemos, que a raíz de ese estreno, alguna compañía se decida a lanzar un juego decente, al menos, con una calidad cercana a la media.