Dragón sí, pero descafeinado...

Tres años después de su estreno en cine, nos llega Tigre y Dragón. Este videojuego nos propone repartir mandobles a diestro y siniestro a lo largo de la historia de la película. Prepara la Espada Celestial y calienta los puños...

Aquellos viejos jugadores recordarán como en la époco del Amstrad CPC o del Spectrum 128 los videojuegos sobre títulos de cine estaban a la orden del día. Robocop, Terminator, Los Cazafantasmas, todos y cada uno de los éxitos de taquilla tenían su videojuego. Debido a la relativa baja calidad de la mayoría de los títulos, poco a poco se fueron perdiendo las ganas de realizar estas conversiones desde la gran pantalla.

Pero actualmente volvemos a vivir una etapa en la que este tipo de títulos está a la orden del día. Mission Imposible, Harry Potter o El Señor de los Anillos han conseguido vender muchas unidades, algunas veces por su calidad y otras por el tirón que el cine tiene entre las nuevas generaciones de jugadores.

El caso del título que nos ocupa es un poco extraño. En primer lugar porque la película en la que está basado está basada en un cuento oriental y a muchas personas la historia les puede sonar a chino (y nunca mejor dicho); y en segundo lugar porque esta conversión aparece casi tres años y medio después de su estreno en cines.

Tigre y Dragón sigue el guión de la película y nos pone en el papel de los tres protagonistas principales. La historia nos cuenta de Li Mu Bai, un legendario guerrero que ha decidido dejar la lucha. Como portador de la Espada Celestial decide entregar tan magnífica arma al Duque y proclamar su amor por Shu Lien. Por otra parte, Jiao Long, hija del gobernador de Pekín está hastiada de la vida aristocrática y, ansiosa de aventuras, se dispone a robar la espada para probar a su maestra, la malvada Bi Jen Ju Li que es digna.

Li Mu Bai y Shu Lien deciden partir en pos de la muchacha para recuperar la espada y vengarse de Bi Jen Ju Li, asesina del mejor amigo de Mu Bai y prometido de Shu Lien. La historia nos habla de la amistad y el honor, utilizando las principales armas del relato oriental, con saltos sobrehumanos y peleas increíbles. Y ahora tenemos la posibilidad de ser nosotros los protagonistas.

Tigre y Dragón se nos presenta como un arcade de lucha que pretende traernos de vuelta las emociones de la película. Con un toque de plataformas y un poco de desarrollo de personajes, nos encontramos con un título que muesta buenas intenciones, pero que adolece también de grandes carencias.

g r á f i c o s

Jugando a este Tigre y Dragón se nos pasan dos cosas por la cabeza; nada más comenzar recordamos Tenchu y según vayamos avanzando nos impresionaremos por el salto tecnológico que los gráficos han dado desde la PSX. Salto que Tigre y Dragón parece no haber entendido bien, pues en algunas ocasiones nos parecerá estar jugando a un juego de PSOne.

Los modelados de los personajes adolecen de una preocupante falta de polígonos, que a estas alturas y viendo los modelados de otros juegos basados en películas, como El Retorno del Rey, se nos hacen imprescindibles. Los tres personajes principales tienen una curiosa afición, que consiste en ofrecernos sus peores perfiles. La mitad del juego nos la pasaremos preguntándonos: "¿Ese es Li Mu Bai?" o "Si le miras sólo por encima de la nariz si que se le parece..." En ocasiones reconoceremos sin dudar a cada uno de los tres protagonistas. En otro pensaremos que nos hemos equivocado de película.

¿Y los enemigos? Bueno, están ahí, se mueven, nos atacan y mueren. Para Genki eso parece ser suficiente. Y es que según vayamos pasando niveles nos iremos acostumbrando a pelear con los mismos enemigos. En la primera fase contra el chino de la coleta y el chino del bigote; en la segunda contra el chino descamisado y contra el chino con turbante y así hasta el final. Sólo se salvan los enemigos finales, algo mejor caracterizados.

Los escenarios siguen la tónica general, pobres y repetitivos. Cada escena está situada en una localización de la película y realmente están bien elegidos y seleccionados, e incluso son fácilmente reconocibles para los que hayan visto la película. Lo malo es que el bajísimo nivel de detalle y las pobres texturas empobrecen muchísimo el resultado general. En ocasiones tendremos que sacar el mapa para saber si ya hemos estado ahí antes, pues las borrosas texturas, además, se repiten una y otra vez en muchos edificios del juego.

Las animaciones, sin embargo, están muy conseguidas. Exceptuando la forma de correr de algunos protagonistas que a veces parecen pollos sin cabeza, los combates son muy atractivos de ver. Aunque sólo se incluyen cuatro golpes básicos, podremos hacer unos cuantos combos, algunos realmente espectaculares. Mención aparte merecen los impresionantes Blocking Combos, que comentaremos después.

s o n i d o

Los sonidos FX del juego no son nada del otro mundo. Entrechocar de espadas, tajos y golpes al más puro estilo oriental acompañados de quejidos y maldiciones de los enemigos en un perfecto chino serán el acompañamiento a nuestra aventura. Un apartado normalito que se deja escuchar pero que ni nos sobresaltará con su potencia ni con su emoción.

La banda sonora está compuesta por Tan Dun, que ya colaboró en la película y eso se nota. La música es muy apropiada y aunque no cambie sustancialmente en las escenas de lucha si que apoya muy bien a la historia.

El juego entero está traducido al español, pero con las voces en chino. Los actores originales no participaron en este videojuego, pero realmente las nuevas voces no tienen la fuerza de Chow Yun Fat o Michelle Yeoh; aunque, sinceramente, no entendamos nada, podremos comprobarlo poniendo el DVD de la película.

j u g a b i l i d a d

La película Tigre y Dragón nos sorprendió por la coreografía de sus combates y su fantasia a la hora de romper las leyes de la gravedad. En el juego han intentado convertirlo en un beat'em up con un pequeño toque plataformero, tal vez para poder mostrarnos los saltos imposibles que salian en la gran pantalla.

Controlaremos a los tres personajes principales durante la trama de manera consecutiva, primero a Jiao Long, después a Shu Lien y acabaremos controlando a Li Mu Bai, el guerrero legendario.

La mecánica del juego es sencilla, cada tramo de historia está dividido en escenas y cada escena está dividida en varias localizaciones. Nuestra labor es limpiar el escenario de enemigos y llegar a la puerta marcada con dos antorchas. Todo el juego es igual, exceptuando los jefes finales, en los que tendremos que derrotarlos o realizar alguna acción especial, como un Combo o un movimiento especial un determinado número de veces.

El control es simple, tendremos dos botones de ataque sin armas y dos de ataque con armas, un botón para saltar, otro para bloquear y otro para agarrar. Nuestro personaje tiene una pequeña ficha que nos muestra su nivel en combate. Según vayamos peleando y derrotando a los enemigos irá subiendo la barra de vida, de defensa, de combate con armas o de combate sin armas, dependiendo de cómo matemos a los enemigos. Cuando lleguemos a determinado nivel se nos enseñarán nuevos movimientos especiales que podremos llevar a cabo con el botón agarrar.

Estos movimientos dependen de cada arma y de cada tipo de lucha. Si llevamos una lanza tendremos que utilizar el combo específico para la lanza, teniendo en cuenta que si no los hacemos rápido nuestros enemigos se liberarán. Esto es importante puesto que podemos recoger las armas caídas de nuestros enemigos y utilizarlas contra ellos y si sabemos dominarlas podremos hacer mucho daño.

El botón de bloqueo también se puede usar para hacer los Blocking Combos. La barra de vida tiene un pequeño indicador debajo que nos avisa cuando el rival va a realizar un Combo de ataque. En ese momento tendremos que pulsar el botón de bloqueo para esquivar sus ataques en el momento preciso, lo que resulta espectacular visualmente pues nuestro personaje comenzará a detener los golpes o esquivarlos con saltos, giros o vueltas.

Pero lo malo es que una vez en el juego es totalmente inútil. Mientras estemos bloqueando no podremos devolver el ataque, y simplemente nos limitaremos a defendernos. Si además, esa defensa fuera complicada resultaría divertido y en las instrucciones así lo afirman. Según el manual tendremos que pulsar en el momento preciso, pero en la realidad nos bastará con pulsar una y otra vez, sin parar y rápidamente el botón de bloqueo para esquivar todos y cada uno de los bloqueos. Y cuando en los niveles superiores la mayor parte de los enemigos utilicen este tipo de ataque nos damos cuenta de que somos invulnerables.

Otro punto mal resuelto son las partes de "plataformas" del juego. En algunos momentos nos veremos obligados a saltar de un lado a otro, correr por los tejados o agarrarnos de cornisas, pero el mecanismo de salto es tan malo que nos obligará a repetir el salto una y otra vez... Siempre que no acabemos muertos.

¿Y el multiplayer? ¿Podemos jugar dos personas o pegarnos entre nosotros? Pues no. No tiene opción para dos jugadores y tendremos que jugar sólos la historia.

Y para terminar comentar el pésimo uso de la cámara. La cámara sigue a nuestro personaje, pero al topar con los muros no cambia su perspectiva, al igual que cuando nos movemos o encaramos en otra dirección. Así en muchísimas ocasiones nos encontramos peleando con un enemigo que está fuera de nuestro rango de visión porque la cámara no se coloca sóla detrás del personaje. Y aunque podremos recolocarla hasta cierto punto, la visión en muchas ocasiones, sobre todo en lugares estrechos es realmente mala.

c o n c l u s i ó n

Tigre y Dragón se une al club de las adaptaciones fallidas. Partía de una película con un gran potencial y mucha fuerza a la hora de trasladarla a la pantalla pero corría el riesogo de caer en el error en el que Genki finalmente ha caído, la monotonía. Y es que juegues con Long, Lei o Mu Bai, el juego se limita a repetir una y otra vez el mismo combo para matar a los mismos enemigos que llevas viendo desde que comenzó la fase.

El juego tiene una gran cantidad de extras desbloqueables (aunque nada que no hayan visto los poseedores del DVD de la película) pero el juego no invita a debloquearlos. Jugar con Mu Bai es igual que jugar con Long, excepto en el modelado de los personajes. Y teniendo en cuenta que los combos son limitados y las localizaciones iguales para los tres personajes, no nos presentan muchos alicientes para avanzar.

Tampoco el apartado técnico invita a seguir jugando. Tomando El Retorno del Rey como ejemplo, tenemos un arcade simple y divertido, con un gran despliegue técnico y aunque el juego pueda resultar sencillo, avanzamos porque queremos ver más. En Tigre y Dragón los gráficos no ayudan a engancharnos al juego. Y es que aunque al principio resulta divertido realizar los combos y los bloqueos, acabas cansándote de repetir los mismos golpes y de hacer los mismos saltos en los mismos lugares vacios, casi sin interactividad y con unas texturas horrorosas.

Tigre y Dragón es un beat'em up del montón disfrazado de adaptación cinematográfica. Han utilizado las directrices de otros juegos sin buscar darle una identidad propia, colocando los personajes como quien coloca las figuritas en el Belén. Si nos dicen que en lugar de Li Mu Bai estamos controlando al Rikkimaru del primer Tenchu no nos extrañaría. Si nos hubieran dado la excusa de que el tiempo se les había echado encima y debían sacar el juego entenderíamos muchas cosas, pero después de tres años del estreno de la película...

L o   M e j o r

L o   P e o r