Volando sobre patines.

Desde que Tony Hawk se lanzó al mundo de los videojuegos, muchos otros han intentado seguir su estela de éxitos. Aggressive Inline fue uno y ahora Rolling sigue una estela no muy diferente, aunque si te gustan los patines en línea, quizás éste sea tu juego.

Tony Hawk usa una tabla con ruedas, los chicos de SSX se deslizan sobre tablas de snowboard, y Jon Julio, Cesar Mora o Fabiola da Silva, algunos de los protagonistas de este juego, utilizan sus patines en línea para dejar boquiabiertos a todos los presentes. Rolling es, ante todo, un juego de piruetas. Así que si eso no te va, aquí no vas a encontrar la diversión. Si por el contrario, lo tuyo es hacer trucos, grinds, grabs, spins, flips y slides, este juego es casi imprescindible. El 'casi', es básicamente por la poca originalidad que aporta el juego.

A pesar de que las comparaciones son odiosas, en este caso es imposible evitarlas. Tony Hawk's Pro Skater y Aggressive Inline parecen haber sido la base de este título. Cierto es que hay algunas diferencias, pero el planteamiento de ambos juegos es demasiado parecido para evitar las similitudes. Los movimientos son parecidos, algunos trucos se hacen igual, pero la idea de las fases, es básicamente misma. Al margen de los modos de juego, aquí lo que hay que hacer es ir avanzando por las fases, completando los objetivos que se solicitan.

A veces hay que hacer puntos, otras veces hacer trucos delante de un fotógrafo, y en ocasiones cumplir los objetivos más variopintos que uno se pueda imaginar. Desde liberar a una cabra, hasta competir con los profesionales del sector.

A medida que se completan algunos objetivos, se tiene acceso a otras zonas de la fase donde se puede hacer más misiones. Cuando se completan, se puede pasar a la siguiente fase. Así hasta la nada despreciable cifra de 10 fases, cada una con su propio decorado. Las fases están a su vez inspiradas en parques reales. Algunos de ellos son: Rampworx skate park (Liverpool, Reino Unido), Escondido skate park (CA, USA), G-Skates skate park (Kobe City, Japón) RollerParc Avenue (París, Francia) o Eisenbergs skate park (TX, USA). Pero si parecen pocos, también hay un editor de parques disponible para crearlo al gusto del jugador.

Desde luego, completar todos los niveles lleva bastante tiempo, y dominar todos los trucos, todavía más. Pero si aún así parece poco, hay casi una hora de vídeo, mostrando lo que se puede hacer con 4 ruedas bajo cada pie. Estos vídeos se van liberando a medida que se juega, y no tienen desperdicio alguno, pues muestran a los mejores haciendo auténticas virguerías.

Lo primero que hay que ver a la hora de jugar, es que Rolling intenta acercarse a la realidad tanto como un juego puede hacerlo. No es 100% real, pero se acerca tanto como la jugabilidad lo permite. Por ello, todas las piruetas trucos y demás, parecen a veces poco espectaculares. La animación de los personajes es francamente buena, aunque está limitada por lo que se comentaba antes, la intención de ser real. Las piruetas, cuando se hacen quedan bien, pero no hay mucho tiempo para ellas, ni son demasiado largas… como en la vida real.

Hay que aclarar que en ocasiones sí se producen saltos irreales, muy grandes o muy altos, pero no suele suceder demasiado. Y después de ver los vídeos extra, hay que reconocer que por muy altos que sean, en la realidad, hay gente que los hace. Entrando más de lleno en el aspecto de las fases, lo primero que llama la atención es lo grandes que son. Algunas más que otras, desde luego, pero todas tienen un tamaño más que suficiente para divertir durante rato. En cada parte de la fase habrá un objetivo que cumplir, y gracias al tamaño de las mismas, no habrá problemas de espacio.

Por desgracia, esas fases tan amplias, a veces parecen un poco vacías o desangeladas, no solo por su tamaño, sino también por la ausencia de elementos que las decoren y de texturas más trabajadas. Es un efecto secundario que desaparece con el tiempo una vez que se entra en el juego. Una vez dentro, se agradece tener espacio para ejecutar todos los trucos sin complicaciones.Un detalle curioso del juego es que sí tiene sangre. Cuando el patinador lleve un golpe veremos como la superficie golpeada queda manchada de rojo. Un efecto que intenta acercar un poco más el juego hacia el mencionado realismo.

Los efectos de sonido no se quedan atrás. Hay una buena colección para representar todo lo que sucede, desde los golpes que se llevará el patinador, hasta todas las superficies por las que pueda patinar, desde el suelo, paredes, bancos, barandillas, hasta cualquier elemento del escenario. Por supuesto, los patinadores tienen sus voces, tanto para expresar dolor al caerse, como para los esfuerzos que hagan en ocasiones.

Bueno, también hay novedades. Los decorados son originales, y el sistema de control tiene alguna que otra diferencia; pero al final, la ausencia de novedades se deja notar, y los expertos verán rápidamente las similitudes.

Pero dejando a un lado los parecidos, es hora de centrarse en el juego en sí. Si por algo se caracteriza Rolling es por una jugabilidad muy ajustada. Ciertas cosas son muy sencillas de ejecutar, como mantener el equilibro sobre las barras, pero otras son más complicadas, como hacer combos en el aire. Esto último es difícil sobre todo porque la gravedad está muy presente en este juego.

A medida que se completen los objetivos, se irán desbloqueando todos los apartados ocultos: desde nuevas fases, hasta los vídeos de patinadores reales, pasando por todo tipo de elementos con los que decorar a los personajes, tales como camisetas, patines, ruedas… así hasta llegar a los 1200 objetos que se pueden llegar a conseguir.

Si a ese 'algo' que falta, se le añade que este juego no aporta nada nuevo respecto a sus predecesores, pues el resultado es un buen título que pasará sin cosechar grandes éxitos por las estanterías del país. Una lástima, porque con la base que tiene, fácilmente podría haber llegado a más.

 l o  p e o r