El miedo hecho videojuego

Descubre un juego de Tecmo en el que los personajes llevan algo más de ropa que un simple tanga; descubre el porqué muchos jugones de PS2 no pueden conciliar el sueño en las noches de tormenta en las que se encuentran solos en casa. Descubre el miedo en estado puro. Descubre Project Zero.

Como casi todos los habitantes del lugar había oído mil y una veces las historias que circulaban sobre la casa ante la que me encontraba, pero estaba calado hasta los huesos y lo único que quería era encontrar un lugar en el que poder guarecerme. El frío eliminó todo el miedo que tenía, o por lo menos lo enmascaró un rato, exactamente lo que tardé en recorrer la distancia que me separaba de la entrada. Y es que cuando mi temblorosa mano se posó en el picaporte de la vieja mansión, no fue el frío lo que hizo que todo mi cuerpo sufriera un escalofrío..."

El juego que nos ocupa es obra de la misma compañía responsable de títulos tan de actualidad como Dead Alive Xtreme Beach Volleyball o del próximo Ninja Gaiden, sin duda dos de los juegos más representativos del catálogo de Xbox y que plasman en buena medida la buena salud que atraviesa por estos momentos la 128 bits de Microsoft y el gran futuro que la espera.

Project Zero presenta un argumento - inspirado en un hecho real - que podría ser la base de cualquier  película de terror japonesa estilo Dark Water o Ringu. Una casa abandonada, un montón de historias que circulan a su alrededor, rumores que hablan de asesinatos crueles, cadáveres horriblemente mutilados y una misteriosa niña que parece querer ayudarnos... Suficiente material en teoría para mantener alejados a los curiosos, pero ya sabéis lo que dicen... Encarnando a Miku, la hermana del joven que se aventuró dentro de la mansión, tendréis que averiguar qué es lo que pasó y, si es posible, rescatarlo de las entrañas del maldito lugar.

Se utilizarán diferentes efectos gráficos para provocar diferentes reacciones tanto en el espectador como en el jugador. Por ejemplo, el blanco y negro granulado se irá intercalando para jugar con las emociones del jugador y de los eventuales espectadores. Contundentes escenas cinemáticas irán sucediéndose para ir explicando qué es lo que sucedió realmente al hermano de Miku, Mafuyu, así como a gente que llegó a la mansión para investigar los fenómenos paranormales que allí sucedían. Personas de las que nunca más se supo...

La primera impresión tras jugar el nivel que hace las veces de tutorial es engañosa. Justo al concluirlo nos parecerá que el diseño de los personaje es simplista, los movimientos y las animaciones muy rígidos, incapaces de ofrecer sensación de realidad. Pero cuando superéis este primer escollo en vuestro camino a completar Project Zero, os encontraréis controlando a la verdadera protagonista de este juego, y entonces las cosas cambiarán bastante - para mejor. Ésta se mueve a las mil maravillas y su diseño es muy superior al modelo de su hermano. Parece como si Tecmo se hubiera olvidado de Mafuyu, el protagonista del prólogo, a la hora de realizar la prometida mejora de los modelos 3D con respecto a la versión de PS2. A su vez, las texturas y su diseño no desentonan con el acabado general, aunque su calidad tampoco es, en su mayoría, para tirar cohetes.

En cambio, la oscura y tétrica paleta de colores utilizada sí que consigue crear ambiente. En conjunción con la opresiva banda sonora os tendrá sentados en el borde de vuestro sillón favorito hasta que extraigais el juego del lector de vuestra Xbox. Los efectos de luz también son dignos de mención, aunque no llegan ni por asomo a la calidad de los vistos en Splinter Cell. Miku portará en todo momento una linterna, a pesar de que los escenarios tendrán la suficiente luz como para ver qué es lo que se encuentra en ellos. Vamos, que nada que ver con los episodios de la saga Silent Hill. Así pues, la linterna puede considerarse casi como un detalle que no afecta para nada la jugabilidad, pero que añade mayor profundidad al apartado gráfico.

Otro de las detalles a destacar son las cintas que iréis recopilando, cintas que podréis reproducir con una grabadora que encontraréis por el camino. Las grabaciones rivalizan en calidad con esas secuencias que no faltan en casi ninguna película de terror y en los que se puede apreciar en todo su esplendor esos momentos Wagnerianos en los que reina una calma que precede a la tempestad.

Las habilidades de la pareja de hermanos les permiten ver e incluso presentir la presencia de seres paranormales, osease fantasmas. Ésto se ha traducido en que cuando un espíritu esté cerca, vuestro mando temblará con una intensidad proporcional a la distancia que os separe del ser atormentado. Y mejor que no os tiemble mucho, porque aunque en principio se podría pensar que estos seres son incapaces de interaccionar con los vivos, un par de apretones por parte de uno de estos fantasmas y la consiguiente bajada de energía vital os abrirán los ojos.

En la parte derecha de la pantalla aparecerá un indicador de "paranormalidad" que hará las veces de sexto sentido y que os avisará de cuando algo fantasmal está sucediendo o de si algún secreto mágico se encuentra a vuestra vera. Será en esos momentos cuando tendréis que echar mano de vuestra cámara y prepararos para enfrentaros cara a cara con los espíritus que están reteniendo al hermano de Miku...

En cuanto a la cámara, un aparato que podríamos pensar que es totalmente inofensivo, constituirá vuestro única defensa de los fantasmas con malas pulgas. Usarlo con destreza y eficacia será cuestión de práctica. El cargar la cámara con el máximo número de fantasmas posibles la convertirá en una especie de M-16 anti espíritus. La forma de utilizarla será bastante simple: en cuanto avistéis a un fantasma debéis pulsar el botón B para entrar en el modo cámara. Entonces tendremos que mantener enfocado al espíritu en cuestión hasta que la cámara se cargue completamente, o tanto como nos sea posible. Será el momento de accionar el disparador y tomar una instantánea del que quiere dar buena cuenta de vosotros.

Quizá lo que podríamos denominar como el combate contra los seres paranormales es el punto más flojo de este Project Zero. Los fantasmas se irán escabullendo, apareciendo y desapareciendo delante de vuestro objetivo, y conseguir cargar la cámara antes de que éstos estén lo suficientemente cerca como para golpearos será más bien cuestión de guardar las distancias que de velocidad o de habilidad estratégica.

Todas las fotos que vayáis realizando estarán disponibles para su consulta en el menú de opciones que aparecerá tras pulsar el botón Y. Allí, aparte de poder ampliar las instantaneas, podréis consultar la puntuación asociada a cada fotografía, así como de una breve descripción de la fotografía en la que aparecerá el nombre del fantasma, en el caso de que le hayáis encuadrado más o menos decentemente al ente paranormal en cuestión.

Hay que decir que habrá dos tipos de espíritus. Unos malignos, que intentarán acabar con nosotros, y otros que podríamos denominar, sino benévolos, sí neutrales, que únicamente se dedicarán a pasearse como almas en pena a lo largo y ancho de la mansión Himuro. La diferencia entre fotografiar a unos o a otros es que como los neutrales aparecerán fugazmente, se considerarán fotografiados aunque no mantengáis el objetivo más que un breve instante sobre ellos. Dejar constancia en vuestro archivo de todas las apariciones será un reto que dificilmente se podrá completar en la primera partida, dada la rapidez con la que estos seres aparecerán y desaparecerán con la misma velocidad con la que han llegado.

Uno de los principales puntos fuertes de Project Zero es la constante sensación de estar a punto de enfrentarte a algo terrorífico. No es en plan monstruos de cinco cabezas o mutilaciones brutales, como podría ser Resident Evil, sino más del estilo miedo El Sexto Sentido o The Ring, un miedo mucho más sutil pero no por ello menos terrorífico. Y es que a veces lo que de verdad da miedo no es lo que realmente se enseña, sino lo que se intuye. Y encima están los libros y apunte que iréis recogiendo por los niveles, los cuales constituyen el tétrico testimonio de las sangrientes experiencias de unos pobres infelices...

No se vayan todavía, aún hay más

Todos estos ingredientes se ven acompañados de los tópicos tradicionalmente asociados a este tipo de aventuras - muchos acertijos con una dificultad bastante cuestionable, objetos a recoger, ítems que os servirán de ayuda para combatir las fuerzas que se interpondrán en la búsqueda de vuestro hermano - y como resultado resultará este Project Zero.

Hay varios movimientos predefinidos que impiden que uno pueda llegar a sentirse realmente cómodo a los mandos de este juego, como por ejemplo el subir determinadas escaleras, que se hará de forma automática cuando nos acerquemos a ellas y pulsemos el botón de acción. En otras, por el contrario, podremos subir y bajar libremente, pudiéndonos detener, acelerar o rectificar vuestra trayectoria, subiendo cuando estábais bajando o viceversa. En cuanto al control en sí se asemeja bastante al visto en otro ilustre Survival Horror, Resident Evil: Code Verónica, el que supuso el paso a tres dimensiones de la popular serie de Capcom.

l  o    m  e  j  o  r

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