La venganza tiene nombre y cara de niño.

Llega un nuevo héroe: Vexx. Con cuerpo de niño y aspecto feroz, este personaje es el protagonista de una épica aventura que combina el encanto de las historias atemporales con el colorista mundo de los videojuegos, en un fantástico recorrido lleno de lugares mágicos, seres misteriosos, despiadados villanos y muchas, muchas horas de diversión.

La historia de Vexx se sitúa en un mundo muy lejano donde los sabios habitantes de la aldea de Overwood viven en completa armonía. Movidos por sus ansias de conocimiento logran abrir una puerta cósmica, a través de la cual entra el malvado "Yabú El oscuro" sembrando el pánico, la destrucción y la muerte entre sus habitantes. Los supervivientes son llevados como esclavos a las minas de Astara, donde agotado por las ordenes y el látigo, Vexx se enfrentará a las malvadas "sombras espectrales de Yabú".

Lejos de lograr su objetivo, la osadía será "penada"  con la muerte de su abuelo. Lleno de rabia Vexx conseguirá escapar, encontrando casualmente en su huída, las fabulosas "Garras de guerra Astani" las cuales unidas a él para siempre, le otorgarán el poder necesario para alcanzar su único objetivo: acabar con el malvado Yabú.

Este argumento es el que nos sirve de introducción al fantástico universo Vexx. Una combinación de aventura, combate y plataformas a través de 10 gigantescos mundos repletos de puzzles por resolver, salas secretas, peligros, extrañas criaturas y desafíos de todo tipo. Para acabar esta "prueba" con éxito el jugador cuenta con la ayuda de Vexx y sus "garras de guerra" que dotarán al protagonista con increíbles aptitudes para el combate además de permitirle escalar casi cualquier superficie y moverse dentro del agua con total soltura.

Esta libertad de movimientos del jugador en entornos totalmente tridimensionales, elimina el concepto tradicional en el que la aventura transcurre por una ruta predeterminada. De esta forma la exploración y la interactividad con el escenario toman mayor protagonismo, permiten al jugón encontrar distintas soluciones a un mismo desafío o acceder a un determinado punto del escenario por rutas completamente distintas.

Pero tantas buenas intenciones se han quedado en eso por querer abarcar demasiado terreno. Nos encontramos ante un juego que no agradará a los amantes de las aventuras y tampoco lo hará con los amantes de las plataformas. la mezcla de géneros en este caso sale más mal parada de lo que se podía prever en un principio.

Durante su aventura Vexx tendrá que enfrentarse a las más variadas criaturas, algunas de ellas son hasta 10 veces más grandes que él, con la única ayuda de sus múltiples técnicas de combate y la rapidez de sus movimientos. La variedad de los enemigos demuestra una gran labor creativa en el aspecto de desarrollo de los personajes aunque al final todos presentan un aspecto que bien se podría enmarcar en una película de animación infantil.

El sistema de cámara cinemática es bastante flexible pero no todo lo que nos gustaría. Muchas de las veces en las que verdaderamente tengamos que usar la rotación de la cámara para obtener una perspectiva mejor del objeto o enemigo al que queremos llegar nos encontraremos con que no se puede porque hay otro objeto que lo impide.

Los movimientos del pequeño Vexx y de todos sus enemigos están muy bien conseguidos aunque algunas veces se deja sentir tanta magnitud en forma de ralentización. Los vídeos que introducen las distintas partes del juego bien podían valer para una película de animación. Una cosa echamos en falta descaradamente: el selector de 50/60 Hz. A estas alturas se nos antoja prácticamente indispensable en un juego de estas características y de éste género.

Las fases se las debe plantear el juego en cada mundo, pues cada vez que consiga recuperar un corazón se encontrará con que es transportado a la sala de las puertas para guardarlo allí, con la consiguiente pérdida de ritmo en el juego. Pensad que son 100 corazones y si en cada uno de ellos nos transportan a esa cámara, para luego dejarnos salir otra vez desde el principio del mundo... Mejor hubiese sido que fuese el propio jugón el que decidiese cuando guardar los corazones que lleva rescatados.

Según el número de corazones que vayamos recuperando podremos ir abriendo distintas puertas a otros mundos, hasta completar los 10 mundos con los 100 corazones.

Así como la senda hacia ciertos corazones se pueden considerar fases de pura plataforma, existen multitud de minijuegos que nos concederán también corazones como premio. Vuelos en parapente, luchas contra seres enormes, competiciones contra los espíritus que atormentan a Vexx (representados por tres sombras)... hacen que no todo sea saltar y saltar.

Gracias a unas plataformas circulares podemos controlar el tiempo de Astara, moviendo las agujas del tiempo y así evitar que la noche cubra más de lo necesario los cielos de estos parajes. Con ello evitamos la ferocidad de nuestros enemigos. Para luchar contra todos ellos nuestro personaje dispone de unas "Garras" que se le han acoplado a las manos tras haberlas encontrado en uno de los barcos de Yabú. Con ellas puede realizar todo tipo de acciones, como por ejemplo escalar, realizar todo tipo de combos, así como otras acciones de las que no dependen directamente las garras como nadar, bucear, utilizar ciertos artilugios diseminados por el camino.

Como ya hemos dicho antes el juego consta de unos escenarios impresionantemente grandes. Y esto que debería ser una virtud se convierte en una pesadez debido a la falta de mapas que muestren el camino. Ya no pedimos que nos muestre el camino "a andar" sino que nos conformamos con el camino "andado", ya que muchas veces nos abordará la sensación de estar caminando en círculos, de ya haber pasado por allí varias veces o de ser incapaces de seguir los pasos que dimos antes, algo que se hubiese evitado con un mapa, aunque éste fuese desvelándose poco a poco a medida que avanzábamos en la aventura.

Durante los combates Vexx puede perder parte de su energía (si la pierde toda morirá) con lo que es conveniente vigilar este apartado. Para recargarse con mayor facilidad el juego tiene una serie de tumbas diseminadas por los mundo a recorrer denominadas "tumbas espirituales". Golpeándolas repetidamente conseguimos liberar los espíritus que están presos en ellas y al recogerlos se recupera la energía perdida.

El control del personaje es bastante complejo. Demasiados combos con teclas poco usuales en éste género, además de que en ciertas fases hay que hilar muy fino para no caerse de muchas plataformas o tener una fe a prueba de bombas para realizar ciertos saltos que a priori parecen imposibles.

Estamos ante el apartado en el que el juego pincha porque el juego al final de cuentas resulta muy difícil, algo que no encaja con la filosofía de los "plataformas". Te acabas dando cuenta que para disfrutar plenamente de él tendrás que jugar muchas horas para practicar y dominar los movimientos del personaje por esos mundo de Astara, mientras que los grandes títulos de la temporada en este género no tienen éste problema.

El resto de los atributos del mismo son muy loables: desde la fabulosa banda sonora, hasta la duración del juego, pasando por la historia, la abundancia de minijuegos o la versatilidad de nuestro personaje. Pero hay que tener en cuenta que nos encontramos ante un juego de plataformas, cuya finalidad es divertir y ser jugable, mientras que este juego lo que consigue es que gastemos muchas horas en él en practicar para acabar dominando todos los movimientos para así empezar a disfrutar del juego, cuando otros grandes títulos de plataformas de esta temporada lo consiguen de la primera y sin nada de esfuerzo.

l  o    m  e  j  o  r

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