El arma definitiva que decidirá una guerra.

Battle Engine Aquila nos traslada a un mundo futuro en el que el colonialismo de los planetas está directamente ligado con los recursos que se pueda extraer de ellos, ya sean minerales, alimentos o cualquier otra cosa. Pero para llevar a cabo este colonialismo hace falta gente, y máquinas. Máquinas de guerra de última generación que hagan la tarea de deshacerse de los rivales mucho más fácil.

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Hasta hace poco los ejércitos se componían de grandes batallones y enormes naves. Ahora ha aparecido en escena un prototipo de "mech" llamado Aquila. Como prototipo principal de una serie de nuevos proyectos de máquinas de guerra es evidente que son los únicos que se verán por los campos de batalla.

Unos campos de batalla enormes, gigantescos, donde nadie permanece parado, disparando, cambiando de posición, conquistando o defendiendo objetivos, con una ferocidad brutal, sin perdón, descargando todo el arsenal de bombas, andanadas, misiles, rayos y demás.

El mundo en el que nos toca batallar es un mundo completamente cubierto por el agua, salvo por los millones de islas que despuntan por encima del nivel del mar de este planeta. Y eso es algo que no beneficia para nada a nuestra máquina de guerra, pues el agua... ni tocarla. Los Aquila no pueden tocar el agua bajo pena de destrucción, ya que no están preparados para  enfrentarse al líquido elemento.

Por eso habrá que tener especial cuidado a la hora de realizar los pequeños vuelos entre isla e isla, o de no aterrizar en ningún lago interior de las islas. Y es que nuestra máquina vuela como las gallinas: se eleva y más o menos planea hasta que se le acaba la energía que tiene acumulada.

El personaje al que vamos a interpretar en esta trepidante aventura bélica es Hawk, un simple civil que resulta tener muy buena mano con todo lo que se relacione con la palabra tecnología. Ha sido elegido por las facciones militares del ejercito Forseti por sus dotes como piloto para ponerse a los mandos del único prototipo manejable de Aquila que existe ahora mismo. Y con él, uniéndose a miles de soldados debe defender a sus compatriotas de las terribles huestes del ejercito Muspell.

Empezando por la suavidad con la que se mueve nuestra mecha, la sensación de velocidad incontrolada cuando no sabemos aterrizar con el cuidado necesario, por ejemplo, es algo digno de mención si tenemos en cuenta la cantidad de unidades bélicas que puede llegar a mover el motor del juego. Batallas llenas de unidades bélicas, de disparos, de explosiones, sin que por ello se resienta en ningún momento la velocidad de las imágenes.

Tanto los escenarios del juego como los de las escenas de vídeo rezuman calidad por partes, ya que en algunos casos las texturas son de lo más realista y en otros casos nos encontramos con una simpleza digna de otras plataformas más antiguas. Y ocurre tanto en los vídeos como durante el juego. Es una sensación que no nos abandona en ningún momento, la de que podría haber sido una demostración espectacular de calidad gráfica si no fuese por estos  altibajos.

Como ya hemos dicho, bonitas escenas de vídeo acompañan las transiciones entre misión y misión, aprovechando para ir contándonos las historia que se va desarrollando, llena de giros y sorpresas, aunque el guión no sea nada del otro mundo. Sin embargo es importante destacar el cuidado con el que se han tratado todas las secuencias, y os lo decimos porque es un juego que conocemos desde que era pequeñito, una simple beta.

Los avisos de los misiles que nos son lanzados, las comunicaciones de los cambios de objetivos, las explosiones que nos rozan, los disparos que nosotros efectuamos... en fin, todo tiene una calidad impresionante, para meternos de lleno en el corazón de estas batallas y hacer que nos sintamos verdaderamente rodeados de peligros.

Por si no fuera poco, el Dolby de éste juego funciona a la perfección, tanto en las voces como en los efectos, con lo que la sensación de inmersión en la batalla se hace mucho más intensa, más rica, más espectacular.

Como ya hemos dicho el juego viene completamente doblado al castellano pero además se ha hecho de una manera espléndida, dotando a cada personaje de una voz personal, algunas de ellas con un acento extranjero, siempre metidas en su papel, siempre poniendo el énfasis necesario en cada palabra para que no se pierda ni un ápice de la emoción necesaria de cada batalla. Aunque la mayoría de las veces y de las voces, las disfrutaremos más pausadamente en los vídeos que nos pondrán entre fase y fase.

Nuestro Aquila dispone de un HUD bastante completo, en el que podemos ver un minimapa de la zona de combate (donde los nuestros están representados por puntitos azules, los rivales por puntitos rojos y las zonas a las que debemos de ir por puntos amarillos), información del arma seleccionada, de la energía disponible, del nivel de escudo deflector que tenemos, y hasta una minipantalla en la que recibir las transmisiones del cuartel general. Todo para que no perdamos detalle de lo que sucede.

El problema principal es hacerse rápidamente con el control del juego. Básicamente todos los botones del mando tienen una función, así que será primordial hacerse rápidamente por lo menos con los controles básicos. Para ello el juego dispone de una primera misión de aprendizaje, que es muy recomendable pasarse más de una vez hasta que se tenga la soltura necesaria, puesto que luego en el fragor de la batalla no tendremos tiempo de pararnos a mirar el manual de instrucciones.

Muchas de las misiones tienen un componente estratégico muy marcado. No arreglaremos nada intentando destruir todas y cada una de las piezas del ejercito de nuestros enemigos sino que lo mejor (y más rápido) será servir de apoyo al resto de nuestra milicia, ayudándoles a despejar pequeñas zonas para que se posicionen nuestras armas pesadas, o haciendo pequeñas incursiones en las zonas enemigas, con el fin de causar un daño más importante que el que podemos causar en ese momento yendo al cuerpo a cuerpo.

Teniendo en cuenta que el juego consta de 43 misiones, que están dispuestas de una manera casi podríamos decir "trenzada" (ya que no están puestas de manera lineal sino que dependiendo de ciertas elecciones desarrollaremos unas misiones u otras), el juego tiene una durabilidad bastante grande y es muy "rejugable". Además posee una gran cantidad de extras por descubrir a medida que vamos superando las misiones.

Por si esto no fuera poco, el juego dispone de una modalidad para dos jugadores que se divide en tres modos de juego, desde el ya típico combate de uno contra otro, hasta dos modos de campaña con ambos jugadores en el mismo bando, uno de ellos de manera cooperativa. En total son 15 fases de juego que alargan un poco más la vida de éste título y hace que disfrutemos de él en compañía de algún colega.

Pero no todo son bendiciones en el apartado multijugador, ya que si bien se ha tenido en cuenta se podía haber considerado la opción de permitir "linkar" dos consolas, de manera que cada jugador tuviese una pantalla para él, y no tener que jugar a pantalla partida como efectivamente sucede durante el transcurso de las partidas multijugador, con lo que se resta campo de visibilidad y el efecto sorpresa en los ataques de ambos contendientes al poder contemplar en todo momento la situación del aliado/rival.

Es muy difícil explicar lo que se siente en las batallas de éste juego. Podríamos caer en el tópico de las comparaciones, pero preferimos que cada uno saque sus "parecidos razonables". Hay que jugarlo para saber lo que es, para sentir todas esas sensaciones que se desprenden de cada partida al verse rodeado de explosiones, disparos y demás (y sobre todo del dichoso HUD avisando que viene un misil).

Buenos contra malos que pretenden dominar por la fuerza y de manera malvada a los primeros en un tiempo futuro en el que las armas son más sofisticadas que antaño, pero que siguen teniendo el mismo objetivo. Pensándolo bien es la historia de siempre, pero ¿quien necesita de una historia como excusa para repartir cera a diestra y siniestra?.