La fuerza del teatro

El teatro Kabuki, uno de los muchos artes japoneses semidesconocidos para la cultura occidental, sirve de excusa para un juego de lucha para Xbox. Por cuestiones corporativas Kabuki Warriors no ha sido lanzado en nuestro país, pero gracias al mercado de importación nos hemos hecho con uno de los títulos de los que menos se ha oído hablar del catálogo de la máquina de Microsoft.

Iniciado durante el período Edo japonés (1600-1868), por una bailarina llamada Okumi, el Teatro Kabuki ha llegado a convertirse en una de las formas artísticas más conocidas de todo Japón. Con la particularidad de que todos los papeles, incluso los femeninos, son realizados por actores masculinos, esta forma de teatro ha alcanzado unas cotas de calidad que la han hecho merecedora de los más altos reconocimientos por parte de la crítica mundial.

Kabuki Warriors, en cualquier caso, poco tiene que ver con el mundillo de la interpretación, sino que nos sitúa en una hipotética gira japonesa en la que tendremos que ir de ciudad en ciudad derrotando a cuantos rivales se nos pongan por delante. El propósito no es otro que el de ir obteniendo dinero combate a combate para poder costearnos el viaje hasta el último pueblo. Dependiendo de lo bien que lo hagamos y de lo espectacular que resultemos tendremos que combatir más o menos contra el resto de compañías teatrales en nuestra gira nipona.

Todos los escenarios están ubicados en diferentes teatros, la vista de los cuáles siempre será la misma, como si la cámara estuviera ubicada entre las sillas de los espectadores. La única diferencia gráfica entre los diferentes niveles será la ornamentación del fondo, la cual estará integrada únicamente por un vistoso mural compuesto con motivos orientales.

Los preludios de los combates son siempre los mismos, aunque cada personaje monta su escenita particular. Unos se irán volando de un lado a otro del escenario, mientras que otros, más modositos, se limitarán a poner posturas extrañas y miradas vacías. De fondo, los aplausos y vítores del público se encargaran de darle algo de credibilidad - no mucha, desde luego - al asunto.

Hay que decir que Kabuki Warriors es un juego de lucha con personajes en 3D pero que, en la práctica, tan sólo se usa un plano de scroll para el combate. Así, el combate se acaba reduciendo a las 2D de títulos como Street Fighter 2. En cualquier caso los modelos de los personajes, al estar tridimensionalizados, contribuyen a que las animaciones ganen en realismo. Decir que se ha implementado un zoom al más puro estilo Art of Fighting que permite que los luchadores utilicen toda la extensión del escenario para desplazarse, aunque sólo sea horizontalmente.

Los actores profesionales, es decir, los que llevan la cara pintada, son los únicos capaces de ejecutar ataques mágicos. Dichos ataques se habilitan cuando habéis golpeado bastante a nuestro enemigo y éste no a nosotros. Para comprobar el estado de la diferencia de golpes sólo tendréis que echar un rápido vistazo a la barra situada en la parte inferior central de la pantalla. Si nuestra barra es lo suficientemente larga y está parpadeando, podremos ejecutar el ataque especial de vuestro luchador.

Al acabar los combates podremos cambiar uno de vuestros luchadores por el del otro equipo, mejorando así nuestra compañía teatral. Al más puro estilo Pokémon o juego de cartas de Final Fantasy, ésto acaba convirtiéndose en el principal atractivo de un título carente de alardes de ningún tipo.

Sin embargo, en Kyo, el último pueblo no perderemos nada por caer derrotados en los combates. El Dream Team contrario no os arrebatará ninguno de vuestros actores, más que nada porque ellos ya cuentan con los personajes más poderosos de todo el juego. Sus integrantes os pondrán las cosas algo más complicadas que las del resto de grupos de teatro, aunque cuando lleguéis a enfrentaros a ellos  ya tendréis práctica de sobra.

Casi más pendientes en recoger el dinero que en la lucha en sí, los luchadores pretenden con sus movimientos conseguir impresionar tanto a la muchedumbre que ésta no pueda evitar arrojarnos cantidades obscenas de monedas. Para tal efecto hay incluso habilitado un botón para hacer una especie de performance en medio del combate, con resultados similares al botón de provocar o insultar tantas veces visto en los juegos de lucha uno contra uno.

En este Kabuki Warriors cobra especial relevancia, pues si lo ejecutamos en medio del combate el público nos dará mucho dinero extra. La nota negativa la pone el que el enemigo, por mucho que nos golpee, no podrá detener la performance, a menos que acabe con nosotros. Es decir, que nuestro personaje podrá bailar como si tal cosa mientras el otro le esté dando una manta de palos. Aunque, quién sabe, a lo mejor se trata de un guiño a la concentración japonesa.

l  o    p  e  o  r