Hagan juego

Casino Empire es un juego de construcción que sigue la línea marcada por los títulos que incluyen la palabra Tycoon. Ya saben: sobre un terreno vacío debemos edificar algo, unas líneas ferroviarias, un parque de atracciones o, como es el caso, un casino de Las Vegas.

A priori, la propuesta es atractiva. Tendremos que decidir qué tipo de juegos incluimos en nuestro local, contratar personal y servicios adicionales, como el bar o las habitaciones de hotel, e incluso dedicarnos a tejemanejes bastantes sucios, como trucar nuestras ruletas o entorpecer a la competencia.

La fórmula, es decir, el ir construyendo desde cero y lidiar con toda suerte de variables favorables y adversas, funciona muy bien. En algunos juegos. Por el contrario, en Casino Empire no todo encaja como debería. Es como el café de una máquina automática. Sí, tiene los mismos ingredientes que el café de cafetera. Pero ni de lejos sabe igual de bien.

Quizá porque las opciones son bastante limitadas, y la mecánica demasiado repetitiva. En títulos como Rollecoaster Tycoon, el jugador siempre tiene algo que hacer. Los visitantes le exigen más comida, más higiene, más atracciones. Pero en Casino Empire ocurre algo distinto. Uno se limita a construir las estructuras mínimas, y luego sólo le queda esperar, cruzado de brazos, a que los clientes dejen su dinero en las mesas de juego. Todas las partidas son iguales, y aunque se impongan unos determinados requisitos, como acumular una determinada cantidad de dinero en un tiempo límite, eso no supone en ningún caso un auténtico reto. La mecánica para lograr el éxito se asimila en el propio tutorial, y a partir de ahí nos limitaremos a repetir las mismas acciones, en el mismo orden.

Sin embargo, la simpleza de ideas junto a la ausencia de dificultad, no convierten necesariamente a este juego en un mal título. De hecho, es una opción recomendada por el público que desee iniciarse en el género. La simpleza de planteamiento lo hace especialmente indicado para los jugadores noveles.

Guión

Nuestro primo Buddy nos pide que nos encarguemos de la gestión de su casino. Así empieza el modo Empire, una suerte de campaña donde tendremos que hacernos cargo de una serie de locales. Cada una de estas misiones exigen alcanzar unos logros determinados: nivel de prestigio, dinero, visitantes, etc... que al ser alcanzados nos darán acceso al siguiente casino.

Luego tenemos un modo de construcción libre. Lo mismo que lo anterior, pero sin tiempos límites ni objetivos.

Audio y vídeo

Uno mira los gráficos de la contraportada del juego y exclama un "¡Oh, que bonito!". Pero cuando mira al monitor encuentra algo distinto. Gráficos isométricos en 2D, bastante coloristas, pero que presentan algunas carencias. Por ejemplo, la mayoría de los elementos, como las máquinas tragaperras, resultan minúsculos. Podemos disminuir el nivel de zoom, para tener una visión más amplia de nuestro casino, pero no aumentarlo. Tampoco podemos girar el ángulo de cámara. Esto se nota especialmente a la hora de construir los servicios (lavabos, departamento de seguridad, etc...) ya que estos deben construirse en las paredes. Al no poder girar la cámara, sólo se nos deja emplazar aquellos en las paredes que tengamos a la vista.

Sí, es destacable los retratos que veremos en una esquina de la pantalla cada vez que pinchemos sobre un empleado o un visitante. La variedad de caras e indumentarias es bastante amplia. Otro gallo nos canta cuando los vemos caminar por el escenario: diminutos, como todo lo demás, y con un incómodo contorno de "diente de sierra".

El sonido sí merece algunos elogios, en especial el apartado de voces. Cada visitante nos comunicará de viva voz sus impresiones y, debido a la gran variedad de voces, tendremos la sensación de que no hay ninguna igual. A eso se suma el hecho de que estén perfectamente dobladas al castellano.

En cuanto a la música, hablamos de melodías relajadas, en clave de jazz, bien interpretadas, pero no sobresalientes. El juego incluye la opción de importar nuestras propias músicas en formato MP3.

Jugabilidad

En general, puede hablarse de un juego muy asequible. La interfaz es lo bastante intuitiva como no requerir una lectura del manual. En la esquina inferior izquierda encontramos los iconos correspondientes a las construcciones, ya sean juegos, servicios o elementos decorativos. En el centro, se incluye el número de visitantes, nuestro saldo actual y nuestro prestigio y pinchando sobre cualquiera de esas tres cifras, accederemos a una pantalla con información más detallada sobre el público, nuestras finanzas o nuestro nivel con respecto a la competencia.

Para evaluar en todo momento el estado de nuestro casino disponemos también de una visión por capas, que de un vistazo y basándose en colores, nos permite evaluar distintos conceptos, como el atractivo de nuestros juegos o la cobertura de nuestros servicios de seguridad. Por ejemplo, podemos ver qué tipo de público se encuentra en el casino: los jugadores aparecerán de un color, los visitantes que no están dispuestos a jugar de otro, etc.

La mecánica del juego es muy simple: comenzamos con un local vacío. Nuestro primer trabajo es construir algunos juegos básicos, como máquinas tragaperras o mesas de Black Jack. Al principio, el tipo de juegos y servicios que podemos construir es limitado, pero podemos acceder a otros mejores a medida que cumplamos una serie de requisitos (tener una determinada cantidad de clientes y de dinero). Bien, construidas las primeras máquinas, debemos complementar nuestro casino. Podemos construir servicios tales como cafeterías, aseos o habitaciones de hotel, o elementos de apoyo como un departamento de seguridad, para el control de los tahúres. Por último, completaremos el conjunto con elementos decorativos, tanto dentro como fuera de nuestro casino.

La sencillez, sin embargo, puede significar más un defecto que un virtud para muchos jugadores. Los pasos a seguir son muy obvios y elementales. Construir A, construir B, y luego esperar que se amontonen clientes y dinero. Incluso las variables imprevistas, como los ataques de otros casinos, resultan bastante inocuos. A falta de un verdadero desafío, y teniendo en cuenta el escaso número de opciones disponibles, todo se limita a ir amontonando juegos y servicios. Algo que se vuelve aburrido en un cortísimo intervalo de tiempo.