La desilusión hecha juego, ¿o realidad?

La nueva entrega de la saga FIFA para PSOne queda muy por debajo de las expectativas que siempre genera un título superventas en una consola. La dejadez con la que se ha tratado a esta saga en los últimos tiempos es el fiel reflejo del resultado obtenido en esta ocasión.

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Ha sido el último en llegar, pero no por ello la fiesta ha empezado más tarde. Concretamente  ya hay muchos hogares con la fiesta del fútbol montada y personalmente no creo que este FIFA 2003 para PSOne vaya a cambiar las cosas. Ni mucho menos.

Para empezar hay que decir que después de los que nos ofrecieron el año pasado, los chicos de EA han tratado de rectificar. Ya sabemos que es de sabios, pero en este caso no parece que se hayan seguido los buenos caminos, sino que se ha tratado de cambiar demasiadas cosas y al final se ha perdido la brújula.

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Aún recuerdo un sinfín de tardes con los colegas disfrutando de los Fifa pasados , cuando los jugadores eran reconocibles, cuando se trataba de jugar un fútbol bastante directo, pero jugable y divertido, cuando la excusa de "haber llegado al techo de la PSOne" no había aparecido por el panorama consolero.

Y en estas estábamos cuando de repente la franquicia empezó a hacer cambios sustanciales para contrarrestar el ritmo de crecimiento de sus rivales. Y lo que parecían mejoras se convertían en lastres, y la saga empezó a ir "pa'tras", como los cangrejos. Y tantos pasos ha dado hacia atrás que ahora ya no hay margen de error, ni suelo que pisar en el siguiente paso.

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Se ha perdido en los niveles de jugabilidad, en los niveles gráficos, en los niveles de efectos sonoros. Ni tan siquiera las actualizaciones de las plantillas están tan perfectas como era costumbre. Porque si, Ronaldo está en el Real Madrid y Rivaldo en el AC Milan, pero Onopko no está en el Rayo Vallecano, por ejemplo. 

Aquí se encuentra la bajada de calidad más importante. verdaderamente no se como se ha podido llegar aquí, pero los jugadores son todos iguales. apenas cambian por el color de la piel y el tipo de pelo.

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Para ahorrar tiempo en la producción de "renders", la presentación es un vídeo de los tres jugadores que salen en la portada del juego haciendo pequeñas virguerías con el balón. Roberto Carlos, Edgar Davids y Rian Giggs se pasan la pelota y se dedican a hacer todo tipo de trucos con el balón. Ni que decir tiene que el más espectacular de todos es Edgar Davids.

Las caras no se parecen para nada a las caras de los jugadores, ni siquiera un leve parecido. Los estadios conservan algunos detalles que los hacen reconocibles, pero ya no tienen esa representación gráfica tan detallada de años atrás. La publicidad en los campos es real, con anuncios del diario Marca, de Los 40 Principales, de Hyunday y de JVC por ejemplo.

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Sólo tenemos cuatro cámaras para seguir el partido, y una más que es completamente configurable. Es igual. Ahora las repeticiones nos las tenemos que currar nosotros. Además las animaciones del inicio del partido y del descanso, así como las de las celebraciones de los goles son las de siempre. Y eso es algo que no se perdona.

En cuanto a las camisetas hay que decir que los chicos de EA se han preocupado de tener al día las de los equipos más importantes, llegando en algunos casos a ofrecernos hasta las tres equipaciones de ciertos conjuntos (los más importantes: Real Madrid, FC Barcelona, etc) y sin embargo otros siguen con las del año pasado (p.e. el Betis).

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El motor gráfico del juego es nuevo. Completamente. Pero eso no significa que vaya a ser bueno. El número de animaciones ha descendido considerablemente para todos los jugadores, ya sean porteros defensas o cualquier cosa. Todos se caen igual y lo único que diferencia una entrada de una entrada más dura es la distancia que recorre el golpeado resbalando por el suelo.

Los jugadores tienen un aspecto simiesco que no se puede aguantar. Los porteros no llevan guantes. Hay una buena cantidad de defectos gráficos de todo tipo, desde los temidos "dientes de sierra" hasta ver como el portero traspasa el poste de la portería. Los pases, los centros, los remates, todos cada uno dentro de su estilo son iguales. Parece que por mucho motor gráfico nuevo que se tenga no se ha querido avanzar mucho en la materia.

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La música es una de las partes sobresalientes del juego. Con una banda sonora de lujo, ahora nos podemos enterar de dónde han sacado cada uno de los temas que la componen ya que EA ha decidido que al empezar a sonoro aparezcan en la pantalla los datos de la canción: el título,  el grupo o artista que lo interpreta y el título del álbum del que se ha extraído.

Entre otros ilustres integrantes tenemos a :

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Una colección impresionante de temas entre los que se mezcla la música más cañera con el techno más feroz, con el chill-out más suave y el Rap más agresivo. Una buena mezcla, tal y como nos tiene acostumbrados esta saga desde hace mucho tiempo.

Otro de los apartados sobresalientes, aunque en este caso sólo sea a medias.

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La mitad sobresaliente es la que le corresponde a los comentarios de Manolo Lama y Paco González en la narración de los partidos. Todo un lujo contar con estos dos monstruos de la radio de nuestro país comentando las vicisitudes de los partidos que disputamos en el juego.

Pero la mitad negativa le corresponde a los efectos sonoros del partido. Otra vez más la dejadez como punto de referencia. Y es que claramente se ha tirado de las librerías sonoras del año pasado (o del anterior) para rellenar este apartado del juego. Sin ninguna novedad en este aspecto.

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J U G A B I L I D A D

Y llegamos al punto culminante. ¿Cómo es posible que este juego que fue santo y seña en PSOne haya caído tan bajo en cotas de jugabilidad? Yo por mi parte no me lo explico.

A pesar de que tenga cuatro niveles de velocidad de juego, a pesar de que se puedan jugar las ligas nacionales más importantes de Europa, a pesar de contar con los calendarios oficiales de los partidos, a pesar de seguir arrastrando a una legión de fans incondicionales... no se merecen la dejadez con la que se ha tratado este título para PSOne.

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La jugabilidad de éste título es muy baja. Se ha cambiado el motor del juego y la mayoría de las acciones dependen ahora de una barra de fuerza, entendible en el tema de los disparos a portería y también en los centros altos, pero ya no en los pases rasos.

Se mantiene el sistema de flechas de colores para indicar la posibilidad de pase o no, pero eso no es suficiente si luego tarda media hora en dar el pase porque cuando lo haga es muy posible que ninguno del resto de jugadores esté donde nosotros queríamos que estuviese.

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Los torneos que se pueden jugar son más bien escasos, si bien es cierto que la Copa de Europa (la Liga de Campeones) tiene a todos los equipos de ésta campaña en ella. Las ligas que se pueden jugar son las más importantes de Europa y la MLS (la liga que se juega en los Estados Unidos). Pero tantas licencias y tanto campeonato oficial necesitan de un grado mínimo de jugabilidad que el juego no ofrece.

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Verdaderamente parece como si a esta saga en PSOne se la estuviese dejando morir de inanición. Una eutanasia lenta y pasiva que se le está aplicando desde la propia compañía, que va empobreciendo cada vez más un título que llegó a ser fiel abanderado de los juegos de fútbol en PSOne.

Si lo que pretenden es que la gente se aleje de esta versión para dedicarse en cuerpo y alma a las de las consolas de última generación, con esta nueva entrega lo han conseguido.

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