Gravedad cero

Si ya desde pequeño te dedicabas a hacer diabluras con la bicicleta, pero desgraciadamente no pudiste hacerte un profesional de los pedales, aquí tienes Gravity Games, donde podrás demostrar tu habilidad como biker.

Al iniciarse cada uno de estos niveles se nos mostrará una secuencia con las tareas a realizar. Éstas son las ya vistas en otros juegos del género, como conseguir una determinada cantidad de puntos, buscar el icono gravity o completar esa misma palabra encontrando todas letras que la forman, y otras tareas que nos permiten interactuar en mayor medida con el escenario, como detener a unos chavales que se dedican a hacer graffiti o abrir unas válvulas de gas.

Para completar cada una de estar tareas disponemos de tres minutos de tiempo, momento en el cual veremos que tareas hemos realizado y donde podremos ver las recompensas que hemos desbloqueado, como bicicletas, videos de los bikers o nuevos escenarios para competir.

De vez en cuando, el juego nos regalará una competición en alguno de los escenarios que hayamos desbloqueado y donde debemos conseguir acabar con una de las tres mejores puntuaciones, para conseguir la merecida medalla (¿a qué me suena esto?).

El diseño de los personajes es bastante pobre, con una baja definición y excesivamente poligonales. Además, los trucos no son para nada espectaculares en cuanto a realización técnica y son escasos en número. Presentan también problemas como que al caernos, la bicicleta desaparece de nuestro lado y el juego nos devolverá, más o menos, a la posición en la que estábamos. Y si nos hemos caído en el borde de una rampa o entre dos barras por las que estábamos grindando, en un gran número de ocasiones nos devolverá a esa rampa o a ese espacio entre las dos barras, por lo que no podremos hacer nada para evitar volvernos a caer, hasta que a la tercera caída el programa rectifica y nos devuelve a un sitio más seguro y desde donde poder continuar.

En cuanto al uso de texturas, es bastante básico, donde se demuestra que no han sido capaces de sacar provecho a las posibilidades del chip gráfico de Xbox. Además, la aparición de jaggies es excesiva, y el uso de partículas es igualmente limitado.

El diseño de los escenarios tampoco destaca sobre el resto. Aunque los niveles son bastante amplios en cuanto a longitud, no lo son tanto en cuanto a objetos y zonas donde realizar trucos; de un juego como Aggressive Inline, donde prácticamente podíamos dar la vuelta entera a un nivel grindando, hemos pasado a uno donde existen amplísimas zonas vacías de elementos donde ejecutar los tricks. Se debería haber añadido más vida a los niveles, más lugares donde grindar, más rampas por las que saltar...

El motor gráfico del juego demuestra un bajo rendimiento. El motor de colisiones es pésimo; en variadas ocasiones nos caeremos sin saber el motivo, o estaremos parados al lado de una pared y parecerá que nos hemos golpeado contra ella a 100 km/h para explicar la caída que acabamos de sufrir. Además la cámara no se comporta correctamente durante el desarrollo de la partida y se muestra demasiado brusca al cambiar, incluso levemente, de posición.

Pero sin duda, el aspecto más negativo es la caída de la tasa de frames en momentos determinados de juego. No es que pase con frecuencia, es más, sólo sucede en un determinado momento: cuando durante la partida se acaba una canción y el juego se dedica a poner la siguiente, ¡la acción se para totalmente! No es una caída de frames normal, es una caída tan espectacular que la acción queda totalmente parada, con la frustración que eso provoca durante una partida.

En el menú de opciones disponemos de un pequeño jukebox que nos permite escuchar la música que queramos y crear listas de reproducción que luego podremos escuchar durante el juego, aunque no podemos incorporar las que tengamos grabadas en el disco duro.

En primer lugar, es realmente fácil grindar. Al igual que en otros juegos, disponemos de un medidor que podemos equilibrar moviendo el stick a derecha e izquierda. En esta ocasión este medidor es tan lento que resulta extremadamente fácil grindar sin caerse. A esto hay que incluir que los handplants son igualmente sencillos de realizar, con lo que si nos quedamos en un sitio quietos saltando y cayendo sobre un borde, conseguiremos una altísima cantidad de puntos sin apenas esfuerzos.

En segundo lugar, disponemos de pocos trucos que realizar. Disponemos de dos botones para los trucos, uno para los grinds y los dos gatillos para girar. Normalmente, cualquier combinación de botones en un juego de este tipo es un truco distinto. En este caso no. Sólo ciertas combinaciones de botones crean trucos, por lo que debes aprenderlos bien antes de realizar cualquier truco o pausar la acción para ver que truco vas a realizar en la rampa que estás encarando. Por ejemplo, una combinación de botones tan básica como: izquierda + X no dispone de truco. Esto hace que realizar combos sea bastante laborioso, además de un ejercicio de buena memoria y de un poco de suerte.

El diseño de los escenarios, como hemos comentado anteriormente es bastante pobre, lo que influye directamente en la jugabilidad. Con más elementos donde realizar los trucos se podrían haber paliado en cierta medida los errores en el sistema de tricks. Además, el propio diseño de los escenarios, hace verdaderamente difícil la ejecución de muchas tareas, por lo que la dificultad general sube enteros, siendo un reto para los jugones más experimentados

Si a esto le sumamos que los trucos no responden correctamente, o que se realizan de manera un tanto lenta e inesperada, completamos una jugabilidad un tanto pobre y que no llega al nivel de otros juegos del género.

Gravity Games no incluye editor de escenarios ni de corredores, aunque sí un modo multijugador ya explicado en las páginas anteriores, que proporcionará algo de vida extra a este juego.

l  o    p  e  o  r