Soul Calibur 2 (Xbox)

Uno de los mejores juegos de lucha de la historia regresará al panorama consolero con las fuerzas renovadas. Asume el papel de cualquiera de los guerreros presentes en Soul Calibur y prepárate para derrotar a todos tus adversarios que se te pongan delante. La gloria y la Soul Edge te esperan...

Los Tekken, Dead or Alive y demás compañeros de género, en cambio, no hicieron más que perfeccionar lo ya visto hasta el momento y añadir un agradecido componente de personalidad gracias al cuál eran juegos únicos susceptibles de ser merecedores de las atenciones de miles de devotos jugadores. A pesar de la dominante falta de originalidad dominante, la calidad de algunos de ellos, como es el caso de las sagas Tekken, de Namco, y Dead or Alive, del Team Ninja de Tecmo, era incuestionable, y las secuelas de las citadas sagas copan hoy día los primeros puestos de venta de las listas de éxitos de todo el mundo.

A pesar de todo ello, más de uno aún esperaba el juego definitivo del género. Un título que aupara la dinámica jugabilidad de Tekken, la plasticidad de los movimientos de Virtua Fighter, la espectacularidad de Dead or Alive y la libertad total de movimientos que se permitía en los títulos de la serie Toshinden. Ese juego definitivo apareció en los recreativos, fue convertido a Dreamcast y respondía al nombre de Soul Calibur.

Dicen que las estrellas que más brillan son las que menos duran, y la 128 bits de Sega, con la Obra Maestra de los de Tekken corriendo en su lector, brilló con el fulgor de una Enana Blanca. Quizá por ello Dreamcast murió antes de tiempo... Las expectativas se elevaron tanto con la genialidad de Namco que más de un jugón de Dreamcast se pasó largo tiempo esperando que un nuevo hit de la compañía nipona aterrizara en la consola de sus amores. Una espera que resultó infructuosa, pues los responsables de Pac-Man no creyeron oportuno lanzar una continuación del considerado por muchos como el juego de lucha en 3D más perfecto jamás creado.

No era para menos. Gráficamente a un nivel de otra galaxia, con unas animaciones que rozaban el realismo casi absoluto, y unos efectos de luz que se convirtieron en el estandarte de un apartado visual inmejorable, Soul Calibur conjugaba a la perfección el virtuosismo técnico con la más cuidada jugabilidad. Un modo denominado Mission Battle, el cuál ofrecía un montón de extras a aquellos que consiguieran avanzar en él, combinado con los cada vez más tópicos Versus, Arcade  y Survival, eran las distintas formas de jugar a un título que alcanzó el status de leyenda en vida. 

El argumento en el que se basa Soul Calibur 2, como podría preveerse, no es más que una simple excusa para justificar los combates uno contra uno, pero tampoco es que nos importe la escasa originalidad de la trama, pues es algo totalmente secundario en un juego de estas características. Ésta transcurre en la segunda mitad del siglo 16. La mayoría de las civilizaciones del mundo establecen sus primeros contactos entre ellas gracias a los puertos y las rutas comerciales. Las tradiciones y cuentos de cada una de las culturas se propagan rápidamente al resto del mundo, y no tarda en extenderse la historia de la Soul Edge, una espada dotada de un gran poder, el espíritu de la cuál había provocado grandes catástrofes en el pasado.

Ahora, muchos años después, la gente murmulla con voz trémula que  el espíritu de la espada ha regresado con el objeto de volver a causar el caos y la destrucción. Muchos aventureros parten en la búsqueda de la Soul Edge con el objeto de hacerla desaparecer para siempre, pero la gesta no será fácil. Los poderes de la mortal arma han convocado a todos los luchadores que en cualquier época también han emprendido la búsqueda de la Soul Edge, fueran cuales fueran sus intenciones. El resto os lo podéis imaginar: combates a muerte por apoderarse de la espada, conflictos de intereses, diferentes motivaciones, etc.

Los escenarios, al contrario de lo que se rumoreaba, no cuentan con un gran número de componentes interactivos,  sino que continúan con la tónica ya vista en el primer Soul Calibur. Es decir, niveles de bellísima factura en los que el ring out - ser eliminado por abandonar el tatami o area de combate-, seguirá siendo una forma de acabar con una contienda, aunque perderá bastante del protagonismo que sí tenía en el título original.

Los personajes han visto aumentado el número de polígonos que los conforman, por lo que el nivel de detalle de cada uno de ellos será bastante superior. Ésto se hace patente sobre todo en las vestimentas de los luchadores, las cuáles presentan bordados, grabados, ilustraciones, etc. Otro de los cambios es relativo a la velocidad de juego. Ahora los guerreros ahora se mueven sensiblemente más rápidamente, por lo que los combos verán redefinida su importancia, y son raros los envites que duran más de 30 segundos.

El sistema de control en escenarios tridimensionales - 8 way control system - ha sido también retocado, y ahora podremos aprovechar mejor las ventajas que supone a la hora de luchar el no tener ningún tipo de limitaciones en nuestros movimientos. Nunca fue tan fácil conseguir ese ángulo necesario para ejecutar un determinado ataque, y, si pensamos que la gran mayoría de ellos ya estaban presentes en el primer Soul Calibur, no nos quedarán disculpas si no desplegamos toda nuestra calidad como artistas del mamporro.

Eso sí, es innegable que la primera impresión que os llevaréis no será todo lo buena que uno desearía. Y es que el primer Soul Calibur presentaba un entorno gráfico tan impresionante que, a primera vista, os parecerá que todo continúa más o menos igual. Hasta que uno no pasa unas cuántas horas a los mandos de Soul Calibur 2 no alcanza a vislumbrar todo el trabajo que los diseñadores de Namco han realizado para intentar mejorar lo ya visto en la precuela.

El modo inédito hasta el momento es el Conquest Mode. A lo largo de ocho combates deberéis demostrar que vuestro estilo de lucha es el más efectivo. Seleccionando a nuestro experto en artes marciales predilecto, os enfrentaréis a diversos contrarios a los que deberéis derrotar. Una vez lo hayáis hecho, la CPU se encargará de evaluar el nivel de combate que hayáis exhibido a lo largo de las ocho peleas.

Si vuestra actuación así lo merece, seréis introducidos en un ránking en el que tan sólo los mejores jugones que hayan echado una partida a esa coin op en concreto tendrán el privilegio de aparecer. Y no sólo eso. Cualquier persona que juegue a esa máquina podrá seleccionar nuestro registro grabado como oponente, de forma que la CPU controlará al personaje que hayamos elegido en nuestra partida imitando nuestro estilo de lucha. Una nueva aplicación de la Inteligencia Artificial al mundo de los videojuegos que dejará boquiabierto a más de uno.

Que Soul Calibur 2, en todas sus versiones, vaya a superar las más de 1.300.000 unidades vendidas que alcanzó la primera parte es algo que no duda nadie. Esa es una de las ventajas de que Namco haya conferido a su último proyecto un carácter multiplataforma. El problema puede venir por el hecho de que, a buen seguro, las tres versiones no serán iguales. Un dato a tener muy en cuenta es que la máquina original corre en la placa conocida como System 246, y que se basa en la misma arquitectura que la 128 bits de Sony. Ésto, en un principio, garantiza una conversión Pixel Perfect entre la recreativa y PS2, por lo que Xbox y GameCube, al ser teóricamente más potentes que Playstation 2, no tendrían problemas en contar con una versión absolutamente fidedigna.

La cuestión, sin embargo, estriba en que Namco quizá haya decidido realizar, como ya ocurrió con el primer Soul Calibur, conversiones que superen al original y, en ese caso, la peor parada podría ser la máquina de los inventores del Walkman. En el caso de que esa sea la intención de los de Ace Combat, y a causa del superior potencial de Xbox,  como ya pasara en juegos multiplataforma como Spiderman, la consola de Microsoft sería la más beneficiada del asunto, seguida a una distancia prudencial por GameCube y, un poco más alejada, Playstation 2. Pero hay que tener en cuenta que los escasos 5 meses que separan la fecha de lanzamiento de las versiones consoleras no dan mucho margen a la hora de concebir e implementar mejoras en un juego ya de por sí genial.

Hay que recordar que una de las causas del virtuosismo técnico que exhibía el primer Soul Calibur fue el gran tiempo que el staff de Namco destinó a dominar al máximo la máquina para la que estaba destinado el juego. Pensar que la compañía nipona ha invertido el mismo tiempo o una cantidad aproximado en investigar la arquitectura de los tres sistemas es una utopía que, mucho nos tememos, no habrá sido asumible tanto por cuestiones económicas como de tiempo. En cualquier caso, el resultado final en todas las versiones distará mucho de ser un producto mediocre y se convertirá automáticamente del catálogo de cada una de las consolas de sobremesa de nueva generación. La fecha de salida, Navidades. En Japón, por supuesto.