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V-Rally 3

V-Rally 3

  • PlataformaGBA9.3PC
  • GéneroConducción
  • DesarrolladorInfogrames
  • Lanzamiento19/06/2002 (GBA)14/11/2003 (PC)
  • TextoEspañol

Las carreras de rallies ya nunca volverán a ser portátiles, ni siquiera en Game Boy.

Desde el comienzo de Game Boy Advance, siempre se habló de sus posibilidades 3D, y ahora llega el primer juego que las explota claramente. Damas y caballeros, ante ustedes, el mejor juego de rallies que jamás se ha hecho para una consola portátil.

Desde el comienzo de Game Boy Advance, siempre se habló de sus posibilidades 3D, y ahora llega el primer juego que las explota claramente. Damas y caballeros, ante ustedes, el mejor juego de rallies que jamás se ha hecho para una consola portátil.

1, 2, 3... V-Rally
El mundo de los rallies siempre ha sido muy atractivo para crear videojuegos. Altas velocidades, caminos embarrados, condiciones climatológicas adversas... todos estos elementos, y algunos más, han propiciado que desde siempre hubiera juegos basados en las carreras de rallies. Uno de esos títulos, fue en su día V-Rally, un juego que salió para varias plataformas y que enganchó a los jugadores de diferentes maneras.

¡Cuidadon con las roturas del cristal!
Derrapa en curvas cerradas...

La saga V-Rally, se ha caracterizado desde sus inicios por ser un juego de carreras de tipo arcade. Esto quiere decir que la única preocupación del jugador debía ser correr y ganar a los coches rivales. Y por supuesto, esta vertiente no gustó a todos por igual, y menos después de ver el otro gran juego de rallies: Colin McRae Rally, un juego puramente simulador, donde había que competir solo contra el cronómetro, y donde había que cuidar hasta el más mínimo detalle en la preparación previa del vehículo.

No solo de 2D vive Game Boy Advance
Pero el tiempo fue pasando, y tras la secuela de esta saga, llega la tercera parte, con muchas e interesantes variaciones. Sin duda, la primera y la más importante, es la utilización de las posibilidades 3D de la consola, que no hay que olvidar que es una portátil. Pero desde luego no lo parece. Todos los escenarios están creados en 3D, generados por la consola en tiempo real. Como si fuera una consola de sobremesa, casi como una PSOne.

La lluvia es un elemento muy importante

A medio camino entre Arcade y Simulador
Pero dejando a un lado el apartado gráfico, del que se hablará más adelante, hay que mencionar los cambios que el juego ha sufrido en su concepto. Ahora ya no se puede hablar de un arcade puro y duro. En cierto modo, continúa siendo arcade, pero hay que trabajar mucho más los circuitos. Aquí el vehículo sufre daños con mucha facilidad, por lo que habrá que extremar las precauciones a la hora de conducir, pues solo habrá un momento cada 2 tramos para reparar el coche. Y ese momento solo consta de una hora, por lo que no se podrán reparar todas las partes del vehículo.

Aprovecha las largas rectas.
Una fina neblina en Inglaterrra.

Sin embargo, el juego continúa siendo, en cierto modo, un arcade. Es fácil de jugar, y desde la primera partida se puede conseguir un alto grado de diversión. No hace falta dedicarle horas para coger el control del coche. Pero también se cierto que cuando se manejan los vehículos más potentes, ya hay que saber jugar si quiere acabar los tramos con el coche en condiciones de continuar.

El control sí se ha vuelto un poco más simulador. Hay que usar los frenos con inteligencia, y hay que saber bien a que velocidad se puede entrar en una curva y a que velocidades no. Tan solo los saltos continúan siendo un poco exagerados, manteniendo todavía un poco de ese arcade que V-Rally siempre llevará dentro, pero por lo demás, el resto es casi todo simulación.

No están todos, pero casi
El repertorio de vehículos es bastante amplio. Al principio solo se puede disponer de dos coches, ambos de baja categoría, como son un Renault Clio, y un Wolkswagen Polo. A medida que se vaya avanzando en el juego, se irán descubriendo los coches más potentes: Ford Focus, Peugeot 206, Mitsubishi Lancer, Subaru Impreza, Citroen Xsara, Citroen Saxo, Fiat Punto y Opel Corsa. Y lo más divertido del juego será el modo V-Rally donde no solo hay que coger un coche y correr. Se firma un contrato con una compañía, y se corre para ella.

¡Cuidado con la nieve!

El punto negativo es que el juego no tiene la licencia oficial del mundial de rallies, por lo que ni las localizaciones ni los pilotos serán reales. Un pequeño detalle que no afea el resultado final, pero que sí evita que sea aun más grande.


 g r a f i c o s

Mejor evitar los bordes de esta carretera...

El apartado gráfico es sin duda una auténtica maravilla. Ver como la pequeña Game Boy Advance es capaz de conseguir los resultados mostrados, es una delicia. Todo el decorado está generado en 3 dimensiones, con sus polígonos, con sus texturas, y también hay que decirlo, con sus fallos.

Primero vale más la pena hablar de todas las cosas buenas que se ven en este cartucho. La primera es sin duda el realismo con que han sido creados todos los elementos del escenario. No es solo que sean tridimensionales, es que además están bien diseñados. En los escenarios no solo está el camino, hay todo tipo de elementos, desde casas, gente, árboles... cualquier cosa típica se puede encontrar ahí, durante la carrera.

Lo de la izquierda es un barranco.

Y la carrera se hará entretenida gracias al inteligente trazado de los tramos. Las curvas están donde tienen que estar, y lo mismo sucede con las rectas. En general todo se intercala de manera excelente para que las carreras se hagan amenas, de la misma manera que hacen los grandes del género en las consolas de sobremesa.

Y si se habla de la impresionante calidad gráfica, no menos impresionante es el movimiento. El vehículo se mueve de forma totalmente realista, según las órdenes que le da el jugador. Además, respeta bien la inercia que lleva cuando entra en una curva. Pero lo mejor del movimiento es la sensación de velocidad. Bien lograda en todo momento, suave y la vez rápida, como debe de ser en este tipo de juegos, sobre todo si se quiere conseguir realismo.

¡Más nieve!

Otro de los puntos positivos que hay que mencionar es la vista interior. Una auténtica delicia, donde cada coche tiene su propio salpicadero. Además, también pueden observarse las manos del piloto, que moverán el volante y cambiarán de marcha cuando sea necesario. En esta vista, también se podrá ver como el cristal se va agrietando con los golpes que vaya llevando el coche. Al final, las grietas cubrirán todo el cristal dificultando enormemente la visión.

Tomar curvas con el piso resbaladizo.

Pero ahora toca empezar a hablar de los puntos negativos, o dicho de manera más correcta: menos agraciados. El primero será la vista exterior, que ni de lejos es tan buena como la interior. El motivo es que el vehículo no es poligonal, al contrario que todo lo demás. El vehículo tan solo es una textura, y aunque está bien animada y bien integrada en el entorno tridimensional, tiene el fallo de que no se deforma. Por más daños que vaya acumulando el coche, no se podrá apreciar en la estructura.

Algo de tranquilidad...

Otro fallo gráfico que tiene el juego es un clarísimo efecto de 'popping'. Para quien no conozcan el término, explicaremos que es la creación espontánea de los escenarios en el horizonte. Esto quiere decir que en el juego se puede ver el momento en el que el escenario aparece de la nada. Pero por lo menos es un efecto que solo se ve en ciertos puntos de los circuitos, principalmente en las rectas largas. Y además hay que tener en cuenta la máquina que mueve el juego. Para ser uno de los primeros juegos de este estilo en Game Boy Advance es un mal menor.

¿Puede ser un circuito de África?

Un defecto más es el hecho de que los caminos por los que se corre son demasiado estrechos. No es que las carreteras sean estrechas, es que practicamente solo se puede ir por la carretera, sin que haya espacio extra a los lados de la misma. Esto a veces crea un poco de claustrofobia, porque se está viendo el espacio que hay a los lados de la carretera, pero en ocasiones no se puede pisar.

El último defecto gráfico se produce con la cámara, que en contadas ocasiones, consigue atravesar los polígonos que componen una pared, y permite ver la textura desde dentro. Este defecto casi nunca se produce, pero alguna que otra vez, si que hace aparición.

Cambio de rasante en la nieve.

Y nada más en este apartado. Desde luego, los fallos gráficos están presentes, pero hay que ver que en cierto modo están justificados por el hardware que mueve este juego. Además, estos pequeños fallos en el juego ni se notan, ni molestan, por lo que tampoco hay que tenerlos demasiado en cuenta.


 s o n i d o

El apartado sonoro es sin duda el más pobre de todo el juego. Bien son conocidas las limitaciones sonoras de la consola portátil de Nintendo, pero no cabe duda que este apartado podría estar más trabajado.

¡Cuidado con las pérdidas de control!

Comenzando por el apartado musical, este se reduce a una musiquilla que acompañará durante todos los menús. Ni es una obra maestra ni molesta, simplemente está ahí para cubrir un silencio que resultaría muy molesto. Cumple y poco más.

Los efectos de sonido también andan por ahí, aunque hay algunos más. Principalmente se oye el motor, pero de una manera bastante creíble. Se diferencia bien cuando se cambia de velocidad, y en general está bien hecho. Otro efecto es el de las ruedas al derrapar o en las frenadas. Un poco más sencillo que el anterior, pero que cumple bien. Luego están los golpes, representados todos con el mismo efecto, y para terminar el cambio de marchas, que quizás es el menos afortunados de todos, pues tan solo parece el sonido de un golpe.

Cambio de marchas

Una lástima que no incluya voces digitalizadas para el papel de copiloto, pero evidentemente, sería muy dificil para la GBA conseguir que sonaran a la vez los efectos de sonido y que las voces se entendieran. En cualquier caso, no se podría afirmar que fuera imposible... quizás la próxima vez.


 j u g a b i l i d a d

Falta poco para el siguiente punto de control.

La jugabilidad siempre es el apartado más importante de un juego, y en este caso hay que decir que es el mejor apartado de este juego. Los gráficos están muy bien, y al ser en 3D, todo tiene una perspectiva diferente; pero a la hora de la verdad, los jugos se juegan, no se miran, y si no divierten, no son buenos.

V-Rally 3 tiene todo lo necesario para divertir, y lo consigue con creces, especialmente si el jugador disfruta con las carreras de rallies. En primer lugar, hay que mencionar el control de coche. Ante todo es suave, pero además, se comporta como un coche de verdad. Hay que frenarlo antes de entrar en las curvas, y tener precaución con los cambios de rasante que restan visibilidad.

Mejor trata de mantenerte en la carretera.

Cuando se entra muy forzado en una curva, el coche se va, se pierde el control y el golpe está garantizado. Y a medida que el coche se va golpeando, las diferentes partes se van rompiendo. Cuanto peor se lleva una de las partes peor funciona, y puede llegar a molestar tanto, que resulte imposible de pilotar el coche. Y los tramos son bastante largos, por lo que hay que tener cuidado con los daños. Incluso si el vehículo llega a dañarse mucho, luego no dará tiempo de repararlo del todo en el cambio de etapas, por lo que habrá que escoger lo que se desea reparar, y el resto llevarlo a cuestas.

A pesar de no tener disponible una palanca analógica para conseguir más precisión, el control es preciso y facil de realizar. Con la cruceta se controla la dirección, y con los botones A y B se acelera y frena respectivamente. Con L y R se cambian las marchas en el modo manual y con Select se cambia entre la vista interna y la externa. En cuanto al freno de mano, se activa pulsando A y B a la vez.

Las vistas son increibles...

Y una vez que se empieza la partida, todo es disfrutar. El juego consigue parecerse gráficamente a sus hermanos mayores de consolas más potentes, pero en términos de jugabilidad, y salvando el pequeño detalle de que la pista es más estrecha de lo que debería, el juego es idéntico a los ya vistos en consolas de sobremesa.

Respecto a los modos de juego, principalmente son 4: El primero es el modo V-Rally, donde habrá que fichar por una compañía y ser su piloto de rallies. Aquí el juego es principalmente simulador, y las carreras son contra el crono. El segundo modo de juego es el Time Trial, donde se compite contra el crono pero de manera abierta y en una carrera única. El tercero es el modo Cross, donde se compite contra otros 3 vehículos en la misma carrera. Esta es la versión más arcade de todas. Por último, está el modo multijugador, donde dos amigos podrán medir sus fuerzas por medio del cable link.

 c o n c l u s i ó n

Bonito paisaje...

Lo más recomendables es probar el juego para poder reconocer que todo lo anteriormente citado es verdad. Este juego divierte como pocos, porque hace que las carreras sean tan entretenidas como espectaculares. Y es que este V-Rally poco tiene que envidiar a los grandes.

En cualquier caso, y a menos que se odien profundamente los juegos de rallies, este cartucho es una compra obligada. Por fin Game Boy Advance demuestra de lo que es capaz... y lo que le queda todavía por demostrar. Cuando se corrijan los errores, y cuando los programadores realmente quieran, las maravillas que se podrán ver en esta consola.

 l o   m e j o r

Un paisaje mediterráneo.
  • Los Gráficos en 3D
  • Lo sencillo que es pilotar el coche
  • Se deja jugar solo, sin más pretexto que el de divertir
  • La vista interior

 l o   p e o r

  • Algunos fallos técnicos
  • Que no incluya las voces del copiloto
9.3

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.