El mundo a vista de Pikmin.

Pikmin pone al jugador en el papel del Capitán Olimar, que en un desgraciado accidente se ve obligado a aterrizar en un planeta desconocido. Con solo 30 días de vida, tendrá que encontrar los 30 trozos perdidos de su nave con la ayuda de una curiosa raza de hombres-plantas bautizados como Pikmin.

Pikmin es un título bastante peculiar, que toma elementos de la estrategia en tiempo real y de juegos "puzzle" al estilo de Lemmings para traer un juego fresco y original que a buen seguro encantará a buena parte de los usuarios de GameCube.

El argumento es más que sencillo. El protagonista, un extraterrestre con orejas puntiagudas llamado Capitán Olimar, está viajando plácidamente en su nave espacial cuando choca violentamente con un asteroide que pasaba por allí. El choque hace que el vehículo se dirija a un planeta cercano, donde la fricción de la atmósfera hace que el aparato se fraccione en varias partes, cayendo en distintos puntos de la superficie del planeta. Olimar sobrevive al impacto, pero sus indicadores le dicen que el aire de ese planeta es irrespirable para él, por lo que tendrá solo 30 días para salir de ahí antes que sus soportes de vida se agoten. Intentando explorar el terreno para ver cuales son sus posibilidades de encontrar los trozos perdidos de su nave, Olimar descubre una enorme planta de la que sale una semilla que se desarrolla en unos segundos hasta formar un rabo, del que Olimar tira revelándose una extraña criatura mitad planta, mitad humana. Asombrado por el descubrimiento, intenta averiguar más cosas acerca de su hallazgo, lo que le lleva a descubrir que las ondas de su caso le permite dar ordenes sencillas telepáticamente a la criatura, que esta le sigue a todas partes, y que haciendo que el Pikmin, que es como Olimar bautiza a la extraña criatura, lleve a la planta madre una especie de chapas grandes con números, está generará más Pikmins.

Con estos hallazgos, Olimar consigue reunir a un grupo de Pikmins que le sirven para llevar una pieza importante de la nave, que afortunadamente había caído cerca, de modo que puede utilizar la nave para desplazarse por diferentes zonas en la superficie del planeta, acompañado siempre por la planta madre que también posee la capacidad de volar. Cada una de las zonas tiene varios pedazos de la nave y se pueden recoger en cualquier orden e ir al cualquier sitio que a uno le parezca, siempre teniendo en cuenta el límite de 30 días. Claro que las cosas no son tan fáciles, pues son muchos los peligros y dificultades que acechan en ese extraño planeta.

El planeta en cuestión tiene un diseño de lo más curioso y deja patente el amor que siente Miyamoto por la jardinería, pues todo el planeta está configurado como si fuera un jardín gigante. Es una verdadera pena que no se haya puesto una opción de visionado e primera persona, para que el efecto de pequeñez del jugador se viera aumentado, pero la verdad es que las cámaras externas que hay, con hasta tres niveles de zoom, cumplen a la perfección su papel de ofrecer esa sensación.

Los obstáculos que Olimar se encontrará en su camino se pueden clasificar de dos tipos: animales hostiles, que pueden comer por igual tanto Pikmins como extraterrestres con casco y orejas puntiagudas, y los que pone el terreno, en forma de muros, lagos y demás accidentes geográficos que habrá que sortear para alcanzar a nuevas zonas donde recuperar pedazos de nave. Para lo primero, los Pikmin deberán hacer la función de soldados, teniendo el jugador que elegir la estrategia adecuada para combatir a la variedad de criaturas que hay. Los Pikmins no son muy fuertes, pero en grupo son capaces de combatir contra la más mortífera criatura del planeta, aunque hay que tener bastante cuidado y cuidar siempre de que las bajas no sean excesivas. En cuanto a la segunda dificultad, requiere pensar que es lo más adecuado, para lo que el jugador tendrá distintas clases de Pikmin que tienen habilidades distintas según su color. Estas habilidades deberán ser aprovechadas cuidadosamente para resolver los diferentes puzzles que se plantean durante la vida del juego, e incluso habrá que utilizarlas de forma coordinada para poder acometer estas situaciones.

g r á f i c o s

La mejor manera de describir gráficamente a Pikmin, es la de imaginar un inmenso jardín con vegetación muchos metros por encima tuyo. La sensación de ser pequeño e insignificante en el mundo de Pikmin se ve aumentado por el realismo con el que se ha desarrollado todo el entorno, con especial mención para las texturas que gozan de un excelente acabado, gracias fundamentalmente al trabajo de fotografía previo que llevó al equipo creativo de Miyamoto a utilizar miles de fotografías de flora para inspirarse a la hora de alcanzar el aspecto orgánico que ostenta ahora.

Todos los efectos que aparecen en el juego tienen un aspecto digno de mención, sin que se pueda encontrar elementos que desentonen o arruinen el aspecto general del título. Las sombras se recortan bastante bien sobre las superficie, especialmente las de las diferentes plantas con el suelo, dejado ver unos efectos de sombras similares a los de un bosque. En cambio, la sombra de Olimar no está ni mucho menos bien conseguida, limitándose a un pequeño redondel. Los efectos de luces están bien resueltos, con algunos interesantes toques de reflexión que se hacen patentes en el casco de Olimar, o en el discurrir del día, en donde se puede apreciar perfectamente como todas las sombras se van adaptando a la posición del sol hasta que llega el atardecer, con su correspondiente ambientación en ese momento. Luego se podría comentar algunos efectos de partículas bien conseguidos, como gotas de un líquido amarillo que sirve de alimento a los Pikmins, o el estupendo efecto del agua, bastante mejor conseguido que en otros juegos donde se tiende a exagerar la presencia del líquido elemento (aunque también hay que decir que la manera en la que se comporta no es muy real que digamos).

En cuanto a los personajes y criaturas, todos gozan de un diseño original, desde el propio Olimar hasta los Pikmins, pasando por toda la retalía de criaturas que aparecen en el juego, algunas de ellas gigantescas. El modelado, colorido y diseño de todos rebosa imaginación y personalidad, por lo que uno acaba sintiendo cierto apego, especialmente por los Pikmin.

Pero lo más impresionante en cuanto a gráficos, es la capacidad para mover 100 Pikmins a la vez, de forma completamente independiente (no son soldados que vayan en formación, sino que cada uno actúa por su cuenta, aunque se mantengan a las ordenes del jugador y no se vayan de parranda por su cuenta, como pasa en otros juegos). De hecho, resulta sorprendente poner la cámara para visualizar una mayor porción de terreno, y ver a diferentes grupos de Pikmin hacer cosas distintas en diferentes sitios. Solo muy de vez en cuando hay peligro de que el juego se relentice, en momentos de auténtica saturación en la pantalla, pero son momentos muy puntuales y no afectan al desarrollo de la partida, por lo que no se debería tener muy en cuenta.

 a u d i o

Gran calidad y melodías simpáticas, agradables de oír, todo muy "Made in Nintendo", aunque en este apartado no se puede decir que esté a la altura de otras obras de Nintendo, pues si bien la calidad de las composiciones es buena, solo hay una por cada una de las 5 zonas que hay, lo que a la larga se vuelve un poco monótono, sensación que sería más fuerte si no fuera porque la música es dinámica, por lo que cambia según ciertas condiciones, pero eso no basta, especialmente si se entra a comparar con otros juegos de la misma compañía.

En cuanto a los sonidos FX, aquí si que Pikmin da la talla, pues cada una de las zonas tiene diferentes sonidos que son propios de sus características, por lo que la riqueza en este apartado es evidente. Además, se hace un muy trabajo dotando de "vida" a los Pikmin gracias a los sonidos que estos emiten, no llegando a ser palabras, pero sí simpáticos ruiditos que les sirven para expresar su estado de animo, lo que a la postre les lleva a tener una mayor personalidad que la que tienen solo por su presencia, llevando al jugador a preocuparse más por ellos. Un buen trabajo en líneas generales.

 j u g a b i l i d a d

El objetivo en Pikmin será el de encontrar los 30 trozos de la nave diseminados a través de 5 zonas en todo el planeta. Cada zona es bastante grande de por si, pero en un principio no se podrá recorrer a placer porque se necesitarán hacer cosas previas para poder pasar por ciertas zonas. Pero lo que impera en todo el juego es el tiempo, que pasa inexcusablemente segundo a segundo, reduciendo el margen de maniobra del jugador a medida que se avanza. Aquí no hay misiones, ni nada que se le parezca. Si pierdes la mitad de tus Pikmin por un descuido, por ejemplo, pasar por un puente sin tener cuidado de que pasen por donde tienen que ir, estos se ahogarán  (el agua es mortal para cualquier Pikmin, excepto para los azules), y habrá que ponerse a hacer más con la considerable perdida de tiempo, o bien continuar desde la última partida guardada.

La clave de toda la jugabilidad, es utilizar sabiamente las diferentes clases de Pikmin que se pueden encontrar. Los "standard" son los rojos, que son resistentes al fuego, mientras que luego están los amarillos, capaces de arrojar bombas y los azules, que pueden ir por el agua. Aparte, todos los Pikmin tienen habilidades comunes, y ciertas diferencias a la hora de ejecutarlas, como que los amarillos pueden ser lanzados a más altura que el resto, lo que les permite acceder a sitios más altos. Saber utilizar a tus criaturas sabiamente, no solo implica saber resolver los puzzles, sino que también significa plantear los combates de forma que se minimicen las perdidas. Atacar en masa no siempre es buena idea, y puede que haya formas más eficaces para combatir esa enorme criatura que te tiene de los nervios.

Los puzzles van desde lo fácil, hasta lo enrevesado, pero con el denominador común de ser siempre brillantes. Para su solución, muchas veces habrá que recurrir al ingenio y a una combinación en el trabajo de los diferentes Pikmin, por lo que el juego se hace muy dinámico, al tener que organizar a las criaturas continuamente para acometer la tarea con éxito. Sin duda, los Puzzles más complejos se encuentran al final de la aventura por lo que a lo apremiante del tiempo en esa parte del juego, se debe unir esa dificultad, aunque nunca llega a desesperar por lo bien planteados que están.

A pesar de que pueda parecer que manejar a 100 Pikmin a la misma vez es complicado, la verdad es que no es así, pues los controles han sido configurados de forma brillante para facilitar la vida del jugador. Con el "stick" principal se maneja a Olimar por el escenario, seguido siempre por su séquito de Pikmins, mientras que los botones de la derecha se utilizan para usar los dos tipos de ondas, lanzar a un Pikmin o sacarlo debajo de la tierra y el indicador, una herramienta que proporciona mapa y una serie de información útil que será de gran ayuda para avanzar por el juego. El manejo de las ondas es un aspecto fundamental si no quieres acabar con todos tus Pikmins engullidos por alguna criatura. Solo se utilizan dos ordenes básicas: activar y desactivar. Activar hace que los Pikmins parados se pongan en marcha y empiecen a seguirte, mientras que desactivar hace que los Pikmins se queden quietos y no te sigan, pero eso no es todo, pues lo más importante de desactivar es que hace que los diferentes grupos de Pikmin se separen, por lo que si se tienen amarillos y rojos en tu grupo, puedes hacer que se separen para luego poder formar un grupo de un solo tipo de Pikmin. Esto es esencial para cuando se necesita hacer una cosa específica que solo pueda hacer un tipo determinado. Para controlar las acciones de los Pikmin no se necesita gran cosa, pues ellos solitos interactúan automáticamente con el entorno sobre el que pueden actuar, por ejemplo, lanzándose contra un monstruo cuando están cerca (la verdad es que a veces resultan algo precipitados). Lo único que puede controlar el jugador, es el de hacer que todo el grupo se mueva alrededor de Olimar utilizando el control de cámara (el stick amarillo), y hacer que este lance a un Pikmin por encima de su cabeza, lo que permite que los Pikmins lleguen a zonas altas donde no es posible llegar de otra forma.

El único problema que plantea Pikmin en lo que se refiere a jugabilidad, es que resulta un juego irremediablemente corto. Mientras que otros juegos no tienen un tiempo limitado para pasarlos, aunque se puedan pasar en un plazo corto de tiempo, en Pikmin no tienes opción de tomarte las cosas con calma, pues son 30 días como máximo y cada día ocupa 15-20 minutos, por lo que resulta obvio que el juego requiere ha de ser pasado en 10-12 horas, no más. Este es el mayor handicap del título con diferencia, pues es un título con escasa rejugabilidad, por no decir nula (una vez que se conoce como resolver los puzzles, la verdad es que no es que merezca mucho la pena volver a jugar). Si bien es cierto que esas 10-12 horas será un tiempo más que bien aprovechado, resulta una pena que no se haga más largo para seguir disfrutando, pero es lo que hay y los que quieran comprarlo deben de tenerlo en cuenta.

 c o n c l u s i ó n

Pikmin trae de vuelta el sabor añejo de los juegos de Puzzle al estilo Lemmings, pero todo bajo el sello de calidad "Nintendo", lo que lo convierte no solo en un título divertido, capaz de retar la inteligencia del jugador, sino también en un título entrañable y excelente técnicamente. Solo su duración se plantea como un problema serio para el jugador, que si está dispuesto a pagar el coste, tendrá entre manos un estupendo título con el que pasar el rato en su GameCube. Puede que en el próximo Spaceworld Miyamoto se decida a desvelar el rumoreado Pikmin 2, en donde a buen seguro el problema de la duración quedará eliminado, al menos eso se espera.

 lo  m e j o r

 lo  p e o r