Patadón y para arriba...

Cuando SEGA anunció su nueva política multiplataforma, sus grupos de programación tomaron partido -no exclusivamente- por cada una de las 3 consolas de nueva generación. Smilebit con Jet Set Radio Future y Gunvalkyrie por Xbox, AM#2 con Virtua Fighter 4 por PlayStation 2, y el Sonic Team y Amusement Vision por GameCube.

Y es que dejando de un lado a Naka y compañía, resultó curioso el hecho de que una serie tan popular en los arcade y tan defenestrada en sus conversiones domésticas saltase en su tercera parte a la consola de 128 bits de Nintendo.

A pesar del riesgo, no parece cosa ilógica el llevar un juego de fútbol a Cube, ya que en esta consola no existe un claro dominador como puede ser en PlayStation 2 Pro Evolution y Winning Eleven 6. Para intentar hacerse con un hueco en el jugón futbolero, Amusement Vision ha intentado hacer las cosas bien. A la base arcade de Virtua Striker ha añadido nuevos elementos de simulación -el modo rumbo al mundial-, la creación de jugadores, modificación de nombres, entrenamientos y nuevos fichajes.

Estas nuevas características han hecho mejorar el nivel de la saga, que con esta versión 2002 deja el listón por encima de la segunda parte aparecida en Dreamcast, pero el resultado sigue siendo la misma cara con distinto maquillaje: un juego puramente arcade que el desarrollo de los partidos se limita únicamente a pasar la bola hacia arriba, llegar a la frontal del área y disparar.

g  r  á  f  i  c  o  s
Gráficamente Virtua Striker 3 es un buen juego. Es rápido, los jugadores están bien definidos, con una buena dosis de polígonos y sus movimientos están bien plasmados -sólo prestad atención a como echan el cuerpo alante en las voleas-. En total hay 22 jugadores por cada una de las 64 selecciones. Bien es cierto que no tienen licencia oficial de la FIFA para los nombres y que las caras no son igual de idénticas que en otros juegos, pero por los rasgos se distinguen los jugadores más importantes de cada selección.


Los estadios tampoco son réplicas oficiales, pero esto se ha solventado de la misma forma que con los jugadores. En los 13 estadios se pueden distinguir los más emblemáticos de Europa -como el Amnsterdam Arena- y alguno Africano. También hay que decir que las gradas están bien construídas y el público está animado.

a  u  d  i  o
El apartado sonoro en Virtua Striker 3 es bastante débil, primero porque un juego de fútbol no suele tener lugar para una profunda banda sonora -aunque los FIFA se empeñan de cuando en cuando en demoler este argumento- y segundo porque los comentarios brillan por su ausencia. Apenas un limitado speech para el saque inicial, sancionar las faltas y meter gol. Un triste bagaje que se acompaña con el griterío del público y el sonido de los disparos al golpear el balón. Ni siquiera hay efecto de sonido al pegar en los postes...

j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d
El estilo de juego sigue fiel al visto en las dos primeras entregas. Fútbol arcade. Las ventajas, accesible a todos los públicos, fácil de jugar... los inconvenientes, partidos de 3 minutos por parte, estilo de juego "capado" que hará que nos limitemos a pasar el balón hacia arriba hasta que llegamos a la frontal, donde disparamos. Nada de internadas por banda caracoleando, nada de pases en profundidad, nada de triangulaciones ni nada de galopadas a lo Ronaldo -los defensas siempre corren más que los delanteros- Fútbol de máquina recreativa.

El control es muy sencillo, tremendamente sencillo, como en todo arcade futbolístico, si bien se han introducido elementos de pseudo simulación. El control básico se controla con 3 botones, B, pase, A, pase largo, X, disparo, con una barra de intensidad estilo Winning Eleven. Con los gatillos se selecciona la actitud general del equipo, normal, defensiva y ofensiva, y se cambia entre las dos formaciones que se pueden elegir al inicio del partido. Hay que decir que el control tiene en muchas ocasiones, un retardo tremendo, que nos obligará a pulsar repetidamente el botón de pase hasta que el jugador realice la acción.

Los modos de juego incluyen interesantes variantes. Por un lado los clásicos amistosos, campeonato, entrenamiento o penalties y la novedad número uno en cuanto a jugabilidad de Virtua Striker 3, el modo rumbo al mundial. Se trata de asumir el rol de entrenador y organizar la planificación global de la selección nacional que elijamos cara al campeonato del mundo, es decir, por 4 años. Habrá que organizar entrenamientos, concentraciones, tours por continentes, amistosos, partidos de exhibición, copa de Europa -o África- clasificación para el mundial hasta finalmente llegar a la copa del mundo.

Realmente éste es el modo principal, bastante largo y con posibilidades de mantenernos entretenidos, porque si un sólo jugador tiene que divertirse con los limitados modos que hay al margen, difícil... Una pena que no se haya incluído una opción para 4 jugadores que habría subido las posibilidades del juego.

También hay que comentar fallos en la Inteligencia Artificial. La computadora parece inepta en ocasiones. Es increíble ver como la defensa tira balones fáciles de jugar fuera del campo o como el último defensa se queda parado mientras trazamos una diagonal hacia la porteria. Otro fallo es el criterio aleatorio del árbitro, que puede expulsarnos por una pequeña entrada en el centro del campo y dejarnos sin sanción por derribar a un delantero que se escapa. Ni el Díaz Vega de sus mejores años.


c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n
Parece que lo de SEGA no es el fútbol. Después de ver su experiencia en Dreamcast con World Wide Soccer, 90 minutes o Virtua Striker 2, y este Virtua Striker 3, primero de dos en GameCube. Le deseamos que Soccer Slam, 100% arcade, por lo menos tenga más suerte o que abandone el empeño infructuoso que ha puesto en el balompié...

Virtua Striker 3 comete los mismos errores que su antecesor, producto de una jugabilidad que no ha evolucionado. Se agradecen las mejoras introducidas, como el elaborado modo principal, los fichajes, y el editor de nombres -al no tener licencia oficial-. Resultado final, suspenso, entretenido por instantes, pero decepcionante en general.


l  o    m  e  j  o  r