Simulador de parche y garfio

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Corría el año 1987 cuando la compañía Microprose, de la mano del sin par Sid Meier, sorprendió a propios y extraños con el estupendo Pirates!, un título que se podría encuadrar en el curioso término de "simulador de piratas". Y no, no nos referimos a un programa que simulaba al quinqui que vende en el mercadillo las copias de los discos de Operación Triunfo, sino que nos hacía asumir el rol de un bucanero mucho más serio de lo que pretendía ser el amigo Guybrush Threepwood. Grandes dosis de estrategia, apasionantes combates navales y una libertad de acción pasmosa eran las grandes virtudes de un programa a todas luces maravilloso, que se vio engrandecido en 1993 con Pirates! Gold gracias a un remozado y flamante apartado audiovisual.

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Sea Dogs, el título que ahora nos trae con algo de retraso la compañía Bethesda (creadores del popular Daggerfall), capta a la perfección el espíritu y la ambientación pirata que tan bien acogiese en su día el citado Pirates!, claro está que actualizado a las tecnologías de hoy día. A partes iguales, el juego mezcla elementos de aventura gráfica, estrategia de gestión y tensos combates de pausada acción, haciendo de todo este conglomerado un conjunto bastante coherente, en el que está todo lo que tiene que estar.

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Aunque sin duda, la premisa fundamental de Sea Dogs es, al igual que en clásico Pirates! o en su propio Daggerfall, es la grandísima libertad de acción. Podremos ser un pirata del todo independiente e ir en busca de riquezas o aliarnos con algún país (España, Inglaterra o Francia). Optaremos por cambiar nuestras alianzas, piratear en pos de algún reino en concreto, dejar de lado nuestra patria para luchar al lado de otra, ser simples mercaderes... en fin, lo dicho, libertad en mayúsculas.

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El jugador comienza el juego con un navío no demasiado grande, y con la urgente necesidad de ampliar nuestra tripulación. En los pueblos es donde podremos contratar nuevos miembros, comprar recursos varios y negociar las posibles misiones que nos encarguen, ya sean mercaderías a transportar o alguna otra misión más temeraria. También podremos ejercer de cotillas y oír rumores que nos puedan hacer llegar hasta, quién sabe, algún preciado tesoro. Vamos, que Sea Dogs proporciona una serie de objetivos sin obligarnos precisamente a seguirlos, y aunque la libertad sea un factor predominante, siempre debemos tener presente que una de las prioridades será subir nuestro nivel en general (oro, barcos, etc.).

¿Reputación? ¿Lealtad por una patria? ¿Ambición? ¿Pillaje a más no poder? De todo eso y más seremos testigos en Sea Dogs... qué digo testigos, protagonistas absolutos.

Audio y Vídeo

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Gráficamente Sea Dogs está a un nivel bastante alto, a pesar del tiempo transcurrido desde su lanzamiento. Estéticamente destila elegancia como pocos, sin hacer realmente grandes alardes de las últimas virguerías tecnológicas. Para empezar, y por ser lo primero que vemos en el juego, la zona que se podría calificar como "aventurera" posee un aspecto gráfico tan pulcro como preciosista, recordando en mucho al incomprendido Ultima IX Ascension. Pasearnos por las diversas ciudadelas, hablar con sus gentes, entrar en todo tipo de tugurios y visitar a los diversos mandatarios (me encanta el mobiliario de sus casas) es todo un lujo visual que los amantes de las aventuras agradecerán.

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Mejor aún es el espectáculo que veremos cuando nos lancemos a la exploración marítima. Ahí nosotros (o sea, nuestro barco) está perfectamente modelado, animándose de forma bastante convincente gracias a una física muy conseguida en relación al movimiento del mar y tal. Y más impresionante aún es el propio efecto del agua, con realistas ondulaciones y unas bellísimas transparencias que en más de una ocasión nos quitará el hipo. Y es que no hay nada más hermoso que observar los reflejos del sol y ver la arena al fondo a través de estas cristalinas aguas... ¡si es que dan ganas de saltar dentro de la pantalla!

Y en perfecta armonía, ahí al fondo se encuentra trabajando el magnífico sonido de las olas, del crujir de las maderas de nuestro barco y las bonitas composiciones musicales. Se logra crear una conjunción audiovisual que da de pleno en el objetivo que a buen seguro pretendían conseguir los chicos de Bethesda, esto es, transmitir la paz y tranquilidad que sólo la majestuosidad del mar puede ofrecer. Y creedme, les ha salido perfecto.

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Guión

Encarnamos el papel del joven capitán Nicolás, el cual recientemente ha escapado de pudrirse entre las rejas de cierta nación llamada España (¿de qué me suena este país?). A partir de aquí, el jugador es totalmente libre a la hora de elegir su destino, así que el guión lo iremos creando nosotros... mola, ¿eh?

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Jugabilidad

Sea Dogs es un juego que atesora una adicción "extremadamente relajada", virtud dada, entre otras cosas, por su pausada y atrayente mecánica. Ciertamente, hay momentos en los que esa tranquilidad se conjunta a la perfección con momentos de electrizante tensión, como los que viviremos en los combates navales o en los confusos (y un tanto insulsos, todo hay que decirlo) enfrentamientos con los capitanes enemigos. Pero bueno, mejor detallemos un poco todos los aspectos referentes a estos apartados...

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El juego comienza recordando mucho al estilo rolero que inducía el magnífico Ultima IX, pero con un contexto bastante más reducido que lo asimila más al concepto de aventura gráfica. Visualmente el juego se asemeja al mencionado título de Lord British o cualquiera de los clónicos de Tomb Raider, con una perspectiva en tercera persona que nos permite seguir los pasos del protagonista mientras recorre las diversas calles, pudiendo hablar con los diversos habitantes, entrar en los establecimientos para abastecernos de provisiones, negociar en las tabernas... etc.

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Hay que prestar especial atención a las conversaciones que vayamos teniendo, puesto que de aquí depende el que nos asignen misiones, nos propongan tratados y demás detalles importantes relativos a nuestro destino. Desgraciadamente, hay que tener en cuenta un oscuro detalle, el "pero" más importante de todo: el idioma. Inglés puro y duro, nada que ver con los que se defendían jugando al primer Resident Evil (por decir algún título de escasa complejidad lingüística). Pero que no decaiga... verdaderamente merece la pena "perrear" con el diccionario de inglés en la mano por tal de disfrutar de esta  magna aventura.

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Las mayores virtudes lúdicas (y audiovisuales, todo hay que decirlo) de Sea Dogs salen a relucir a la hora de levar el ancla: la transformación del juego de aventura a acción. Es toda una delicia controlar estos gigantescos monstruos de madera, ya que con sólo cuatro teclas podremos hacer auténticas maniobras de expertos capitanes. Los combates son muy simples de llevar (más o menos es un apunta y dispara), pero todo un reto a la hora de finalizarlos con éxito. Y decir que la adicción sube muchos enteros no sólo por la facilidad de manejo, sino porque es un placer total el dedicar nuestro tiempo simplemente a navegar... en serio, probadlo y ya me contaréis.

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Sin embargo, con los abordajes el juego decae bastante. Todo se reduce a un combate con sables mediante los capitanes de los dos barcos, siendo nuestra tripulación los puntos de vida. Seguro que la primera vez que intentéis tomar un barco con este método fracasaréis sin haberos enterado de nada. Aún así, merece la pena intentarlo, ya que terminar con éxito un abordaje significará el añadido de un barco más para nuestro arsenal, lo cual no es moco de pavo.

En fin, que tras los primeros compases de juego, Sea Dogs tiene como objetivo prioritario el atesorar el máximo de oro posible, acto por otro lado imprescindible si queremos seguir con vida, ya que de ello depende el que compremos provisiones, paguemos a la tripulación que reclutamos y adquirimos munición. ¿Cómo ganamos oro? Pues esa será nuestra elección: comerciando, completando misiones, robando... ¿un tesoro encontrado? Quién sabe...

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Estrategia y trucos

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Ser un mal estratega conlleva prácticamente el suicidio, por muy bueno que seamos abordando barcos. Hay que tener en cuenta el número de tripulantes que llevamos a bordo, detalle esencial a la hora de luchar contra otras embarcaciones. Y claro está, no hay que meterse en camisa de once varas, metiéndonos en la boca más de lo que podemos masticar.

Otro detalle importante. Ten cuidado con quien tratas... puede que te veas lleno de oro o peor aún: lleno de plomo. Planea, calcula y elige bien a tus aliados... muchas veces ser independiente puede librarte de problemas. O quien sabe, traértelos a mansalva... estas cosas son lo bueno de un juego con tanta libertad a la hora de elegir nuestras acciones.

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Comparándolo con...

Bueno, no lo vamos a comparar con el Corsarios de Opera Soft, no... Está claro que el referente más similar es el anteriormente mencionado Pirates! de Microprose, pudiéndose decir que Sea Dogs no es más que una puesta al día del programa de Sid Meier. Así que los que disfrutaron con este antiguo programa lo deben tener claro... Sea Dogs es su juego.

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