Aunque ha llegado demasiado tarde, la espera ha merecido en principio la pena, Blizzard ha decidido después de mil y un mensajes de advertencia, peticiones de numerosos usuarios e incluso desde diversas páginas profesionales del mundo de los videojuegos, declarar la guerra abierta y sin cuartel a todos aquellos individuos o instituciones que se dediquen, a sabotear o intentar alterar el correcto funcionamiento de sus servidores en Battle-Net.
La gota que ha desbordado el vaso, ha partido desde dos frentes, por un lado Battle-Net ha estado dos días absolutamente injugable, repleta de errores a causa de los intentos de numerosos jugadores por intentar volver a duplicar objetos en Diablo II. Por otro lado, la reciente beta de Warcraft III ha sido crackeada por los cuatro costados hasta el punto de que era totalmente jugable, en servidores ajenos a los de Battle-Net, y por lo tanto sin control alguno por parte de Blizzard, hasta el punto que la Warcraft III estaba superando en su demanda online 'pirata', a otros juegos como Medal of Honor: Allied Assault y Return to Castle of Wolfenstein que ya estan finalizados.
Como veis a Blizzard no le faltan argumentos para que la multinacional Vivendi Universal Games, Inc, a la cual pertenece, haya empezado a engrasar las ruedas de su motor jurídico, con el fin de cesar de forma inminente toda actividad que perjudique a los intereses financieros de la compañía, y a la larga la imagen de una de sus divisiones más rentables.
Para empezar, ha colocado un programa de rastreo en Battle-Net para detectar a todos aquellos usuarios que realicen intentos de manipulación en los servidores de la compañía, con el fin de alterar el estado de las partidas de Diablo II. Como dicha acción vulnera el código ético del juego y como la compañía tiene todos los derechos para poder cancelar cuentas de los poseedores de sus productos, se esta desarrollando en estos momentos una política muy agresiva en la que se cancelan automáticamente los números de serie de aquellos individuos que manipulan con aplicaciones de terceros o mediante métodos propios el desarrollo normal de las partidas por Battle-Net, con la utilización de programas de rastreo colocados en su red a tal fin.
Las cosas se ponen muy serias, porque tal y como ha informado la compañía, dichas cuentas no serán restauradas, ni se recibirá ningún mensaje de advertencia antes de ser eliminadas. Como asegura Blizzard en su comunicado, la intención es recordar a los usuarios, que los videojuegos son para disfrutar de ellos y no para manipularlos/alterarlos sin el consentimiento de su desarrolladora, así se espera que en un corto plazo la comunidad de jugadores de Diablo II recupere la normalidad, después de la perdida de númerosos usuarios por el estado injugable que estaban alcanzando sus servidores.
Si el primer punto no tenía precedentes hasta el momento, el segundo ha ido todavía más lejos y refleja de nuevo el cambio de actitud y enfoque que quiere dar Blizzard. La detección de varios lugares en Internet, -obviamente cuyos nombres no mencionaré-, donde se ofrecía toda la información necesaria para jugar a los productos de Blizzard, y en especial a la última beta de Warcraft III, a través de servidores pararelos al de Battle-Net. La compañía, lejos de intentar cerrar o bloquear el acceso a la página a través de una solicitud a los proveedores que albergan las páginas, ha decidido mandar una carta directamente a los interesados.
En dicha carta la compañía, advierte a los responsables de las páginas que la beta de Warcraft III, estaba protegida bajo las leyes de protección de datos en medios digitales, además del evidente copyright que tenía el producto. Así Blizzard solicitó el cese de toda actividad, junto a la eliminación de toda la información que albergan estas páginas web, al inflingir en delito reconocido por las leyes americanas en los artículos 17 USC Sección 512 y 17 USC Sección 1201 sobre la protección de datos, ambas reconocidas y castigadas severamente por la justicia americana.
La reacción no se ha hecho esperar y nada más recibir la carta, ambos lugares han cesado inmediatamente toda actividad, han borrado sus contenidos y han anunciado que abandonan sus respectivos proyectos por cuestiones de litigio, aunque defienden el trabajo desarrollado. No se podía pedir más, la soga -Blizzard no ha apretado todavía el nudo-, que les ha extendido la multinacional impide que estos lugares sin recursos, puedan hacer frente siquiera a un intento de defender su ¿negocio?. Además de ser una causa más que perdida si tenemos en cuenta la facilidad para demostrar, que antesdeayer era posible como me hacía eco al inicio de la noticia, jugar perfectamente a la beta de Warcraft III de forma externa a los servidores de Blizzard, siguiendo la información que subministraban dichas páginas. Imaginémonos que hubiera pasado de no haber tomado ahora medidas la compañía, y se hubiera comercializado una versión final de Warcraft III.
Hay que recordar que la beta de Warcraft III, era para utilización exclusiva sobre Battle-net, y que contenía en su interior unas estrictas, -aunque ahora encontradas insuficientes- medidas de seguridad para evitar su manipulación y su ejecución incontrolada. Así no no se puede hablar de un hecho realizado por individuos inexpertos o realizado sin conocimiento de causa, sino por una comunidad perfectamente organizada que utilizaba los productos de Blizzard para ganar a su costa una mayor cuota de popularidad.
Es más que probable que los colmillos enseñados por Diablo y con el libro de leyes bajo el brazo de los campesinos de Warcraft, más de uno se lo piense antes de volver a intentar algún acto delictivo contra la compañía, aunque en la era de la informátición ya se sabe, mañana podríamos tener que hacer una noticia, sobre el nuevo ataque masivo desarrollado contra los servidores de Battle-Net, volviendo de nuevo a un punto sin retorno. Espero equivocarme.