Bloody Roar Extreme (GameCube)
Por fin un juego de lucha en toda regla que echarse a la boca.... Después del abandono sufrido por los nintenderos en la época de la N64, parece que por fin la lucha regresa con un título de calidad con el que solventar rencillas con los colegas.
Por fin un juego de lucha en toda regla que echarse a la boca.... Después del abandono sufrido por los nintenderos en la época de la N64, parece que por fin la lucha regresa con un título de calidad con el que solventar rencillas con los colegas. Y es que no solo de Smash Bros. Melee vive el nintendero...
A estas alturas, no creo que nadie desconozca la compañía de la abejita (y no, no es RUMASA ^_^ ). Hudson soft es una compañía conocida a nivel mundial, con títulos tan conocidos como el eterno Bomberman, o más recientemente los Mario Party de n64. Gran compañía en Japón, aunque siempre eclipsada por las grandes (Namco, Capcom, Square, Konami, Enix, etc). No obstante, siempre ha tenido sus fieles, principalmente gracias a Bomberman, una joya usada siempre por desarrolladores y analistas del sector como referencia de lo que es auténtica jugabilidad y diversión en modo multijugador.
Siempre ha desarrollado títulos para todas las plataformas (¿se ha quedado algún sistema sin su versión de Bomberman?), pero siempre ha mantenido una estrecha relación con Nintendo, casi como si se tratara de una second party. En estos momentos está preparando dos títulos para GCN, Bomberman generation (como no), que será exclusivo para GCN, y Bloody Roar Extreme que no es más que una versión mejorada del Bloody Roar 3 de PlayStation 2.
El beat'em up de Eighting tiene de particular respecto a otros títulos del género el hecho de que todos sus personajes poseen un alter-ego animal. Así, nos podemos topar desde el típico Hombre-Lobo hasta el Hombre-Camaleón, pasando por murciélagos, conejos, tigres, leones...(no, no estoy recordando a Torrebruno...). Los luchadores poseen la facultad de (previo llenado de una barra de energía) transformarse en sus alter-egos, adquiriendo así mayor fuerza y velocidad, además de poder realizar devastadores ataques especiales.
Otro "remake" de un título previamente publicado en PS2 Hudson se ha sumado al gran número de compañías que, dada la sencillez de programación de la Gamecube, se han puesto manos a la obra para hacer versiones de títulos previamente publicados en otras plataformas, como Dreamcast o PS2. La serie tiene sus orígenes en Ps One, cuando se deasrrolló la primera de las tres versiones ya existentes en el mercado. La primera parte de la saga gozó de una buena crítica, dados sus buenos gráficos y directa jugabilidad (era uno de esos títulos al que se le coje el tranquillo en diez minutos). Su secuela no se hizo esperar, y puso en escena mejores gráficos y algunos extras. El 2001 ha sido el año de su estreno en los 128 bits, con la publicación de la tercera parte para Playstation2.
El título original de PS2 en el que se basa este Bloody Roar Extreme, es un juego con un notable apartado técnico. Eighting dotó al título de unas excelentes, fuidas y rapidísimas animaciones en los personajes y, gracias a un muy acertado uso de múltiples fuentes de luz (le sacan provecho a PS2 en este aspecto) logran que casi no quede patente el déficit de PS2 en memoria de texturas. Algunos de los escenarios son realmente impresionantes, mientras que algunos, sencillamente, no dan la talla. En cuanto a los luchadores, si no se tiene en cuenta que muchos luchadores permanecen inalterados de la 1ª y 2ª entrega, están bastante bien diseñados y además disponen de varias (3) vestimentas a elegir (mención merecida tienen algunos modelitos de las luchadoras, "a la" Dead or Alive).
¿Qué diferencias hay respecto al original de PS2?
A nivel gráfico hay algunas diferencias a tener en cuenta. Los luchadores están diseñados con un mayor número de polígonos que en PS2 y las texturas, tanto de los luchadores como de los escenarios, son más ricas y variadas. También se han retocado los diseños de algunos luchadores y sus vestimentas. El resto de detalles (juegos de luz, animaciones, rutinas de colisión y destrucción de elementos del escenario, etc.) son clavados al original de PS2. Un detalle que no deberíamos olvidar es que todo esto corre a 60 FPS.
Un apartado sonoro de lujo
La banda sonora de este título no es algo que se deba pasar por alto. Unas muy adecuadas composiciones rockeras cargadas de punteos frenéticos de guitarra, dan un gran empujón a la ambientación del juego, acompañadas de unos efectos que cumplen perfectamente su cometido.
Bloody Roar, o la jugabilidad directa y sin complicaciones
Desde su primera parte, el juego se ha caracterizado por ofrecer diversión casi desde la primera partida. Su mecánica es sencilla de aprender, y sus combos se limitan a pulsaciones repetidas de botones de ataque o a simples rotaciones de 180º a la cruceta de control.
Se utilizan 6 botones del mando para jugar al juego: Uno para dar puñetazos, otro patadas, el siguiente simula el uso del puño y la patada a la vez para realizar las llaves (que se pueden realizar también en el aire), en cuarto lugar el boton de transformación en bestia (que se usa para realizar los especiales una vez transformado en bestia), y por último los L y R para
realizar pequeños desplazamientos laterales con los que se pueden esquivar los ataques de tu adversario.
Los combates se inician con ambos luchadores en su forma humana y, según se intercambian caricias y carantoñas varias, van llenando la barra BEAST CHANGE que se encuentra en la parte inferior de la pantalla. Una vez llena la barra, el luchador puede tranformarse directamente en bestia o bien hacer un ataque en el cual se transforme (muy recomendable, porque suele ser bastante efectivo contra el rival). Una vez convertido en bestia, el luchador adquiere una mayor velocidad y fuerza, junto con la habilidad de realizar ataques especiales. La clave de los combates suele estar en la capacidad de llegar al estado de bestia lo antes posible (sobre todo antes que el rival) y posteriormente elegir el momento más adecuado para ejecutar uno de los demoledores supers, ya que, además de infringir un gran daño en el adversario, al realizarse se devuelve al luchador a su estado original (humano), y conviene no fallar.
Un aspecto muy atractivo es la interactividad de los escenarios.Es posible destruir elementos del escenario o echar abajo una pared o el suelo y acabar el combate en otra zona del escenario (en la línea del Dead or Alive). Junto con los ultrarápidos combos y devastadores supers, constituyen los puntos fuertes del juego, que dotan al juego de un gran dinamismo que roza por momentos lo frenético.
El elenco de luchadores a elegir no es muy grande, se dispone de sólo 10 al principio, pero se llegan al menos a 15 una vez desbloqueados los luchadores ocultos. Un total de 9 escenarios nos esperan en la versión de GCN, tales comolos aledaños de un castillo japonés o una jaula en medio de una ciudad. En lo referente a los modos de juego, la versión mostrada en el reciente Tokio Game Show sólo incluía el modo arcade, pero se añadirán más modos en la versión final.
¿Qué se puede esperar de este título?
La principal baza de este título es que, sin llegar a la talla de títulos como Soul Calibur, Tekken, Dead or Alive o Virtua Fighter, es un título notable que va a encontrar a un gran número de jugones con sed de juegos de lucha. La época de la N64 no fué muy satisfactoria en este género (salvo honrosas excepciones, como Fighter's Destiny o Smash Bros.), por lo que hay muchos nintenderos que van a recibir este título como agua de mayo. Dado que Smash Bros. Melee no se puede considerar competencia directa (aunque ambos sean beat'em ups), y Soul Calibur II llegará casi con total seguridad unos meses más tarde que el juego de Eighting, esto asegura que una legión de fans de los juegos de lucha se lanzará a las tiendas a por este título. Aptitudes no le faltan, jugabilidad, espectacularidad gráfica, una excelente banda sonora.... Desde luego, aunque esté un peldaño por debajo de los grandes juegos de lucha de Namco, SEGA o Tecmo, es un título a tener en cuenta para añadir a nuestra futura colección de juegos de la GCN.
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