Shadowbane (PC)
Shadowbane se desarrolla dentro de escenarios medievales y representa la evolución del juego de rol clásico, si tu interés por el juego va más allá lee este exhaustivo avance.
Que últimamente muchas compañías estén apostando por los juegos de rol online, quizá tenga que ver con el abrumador éxito de avanzadillas como Diablo (que rol, lo que se dice rol no es, pero aceptemos "barco") o Vampire. O quizá, al menos en nuestro país, con el boom "internáutico" provocado por la impocisión de la tarifa ondulada. En cualquier caso, el género gana cada día más adeptos, y es muy probable que esté escribiendo las pautas de los juegos del futuro inmediato.
Creo que todos tenemos más o menos claro cuáles son las virtudes que diferencian un juego de rol online de otro que no lo es. En el primer caso, camparemos por un mundo que se aloja en los servidores de los responsables del juego, lo que permite desarrollar paisajes increíblemente extensos, mucho más de lo permitido por nuestros modestos equipos de escritorio. Y, en segundo lugar, tendremos la oportunidad de interactuar con una inaudita cantidad de personajes controlados por jugadores humanos. Pero eso no es todo, ya que los propios paisajes irán evolucionando a medida que los personajes vayan dejando en él su huella. Todas estas características se conjugan para dotar al rol online de una profundidad y un realismo inédito hasta ahora.
Shadowbane pretende dar un paso más en la evolución del género. Añade a la emoción de desenvolverse en un mundo épico de corte medieval, la oportunidad de gestionar ciudades y hasta reinos, planificando recursos y construyendo edificios como si de un Sim City se tratase. Aunque eso suene extraño a muchos, lo cierto es que esas posibilidades no son desconocidas en el mundo de los juegos de rol tradicionales. Los jugadores que consiguen llevar su personaje a niveles muy avanzados, suelen dedicarse a investigar otras posibilidades distintas a los de "machacar y llevarse el tesoro", como la política o la gestión económica, que es precisamente lo que se ofrece en Shadowane.
Podremos elegir entre ocho razas. Estas son los elfos, los semielfos, los enanos, los humanos y otras más extravagantes como la de los Reyes (hombres condenados en vida), los medio- gigantes, los irekei (elfos del desierto, de piel roja) o las Sombras (que son el fruto de la relación entre un humano y cierta clase de espíritus). Hay que destacar que los nombres dados a cada raza pueden cambiar de aquí a que salga la versión definitiva del juego, o no coincidan con las dadas por los responsables de la presumible versión en español (no hay nada confirmado sobre esto último). Cada una de estas etnias tendrá su propia manera de ser y de pensar congénitas, lo que condicionará las características y aptitudes del personaje.
Las profesiones que podremos elegir en Shadowbane están organizadas en cuatro categorías, llamadas Caminos. Cada Camino, por así decirlo, refleja la filosofía del personaje y la manera que tiene de demostrar sus habilidades. Por ejemplo, un cazador encuadrado en el Camino del Guerrero, será muy distinto a otro cazador que abrace el Camino del Ladrón. Un ejemplo práctico de uno y de otro serían un masai que se enfrenta a sus presas con una lanza, en mortíferos cuerpo a cuerpo, y arquero elfo que se desliza sigilosamente en la noche, a contraviento, acertando a su víctima con un limpio saetazo.
Camino del Guerrero: Esta es la senda de los que optan por las excelencias de la fuerza, ya sea en el plano físico o en el mental. Una vez emprendida esta filosofía, tendremos la opción de convertirnos en Bárbaros, Cruzados, Cazador, Templario, Hechicero o Combatiente.
Camino del Curandero: Esta es la opción de aquellos que confían en el poder de la fe, son respectivos a los poderes y a las energías que dan sustancia al mundo. Pueden ser Canalizadores, Confesores, Cruzados, Druidas, Prelados y Sacerdotes.
Camino del Mago: Implica el conocimiento que permite imponer la voluntad a las fuerzas de la naturaleza. A este Camino pertenecen los Asesinos, los Bardos, los Canalizadores, los Berserker, los Hechiceros y los Magos.
Camino del Ladrón: Son los maestros del control corporal, combinando agilidad y habilidad. Pueden elegir este camino Asesinos, Bárbaros, Cazadores, Guías, Exploradores y Ladrones.
Además, cada personaje puede convertirse en experto o especialista de alguna rama concreto de su profesión. Este conocimiento maestro se llama Disciplina. Aunque hay muchísimas disponibles, estas estarán restringidas a la Profesión del personaje y, en algunos casos, a la raza a la que pertenezca. Por ejemplo, un Bárbaro puede adquirir, entre otras, las Disciplinas de Arquero, Berserker, Cazador, Comandante, Gladiador, Invocador, Cazador de No-Muertos o Matadragones.
Otra característica que define a nuestro personaje es la Cofradía a la pertenezca. No estaremos obligados a abrazar a una u a otra, pero la pertenencia a uno de estos clanes o sociedades nos reportará valiosos aliados y beneficios. A lo largo del juego tropezaremos con muchas cofradías, que pasan por todos los tonos intermedios entre lo bueno o malvado, orientadas hacia un determinado Camino o profesión específica. Así, por ejemplo, podremos encontrar poderosos clanes de magos o guerreros, sectas sacerdotes, hermandades de caballeros virtuosos o caídos en desgracia... En realidad, no hay restricciones de raza o de profesión a la hora de afiliarnos a una u otra, si bien, y atendiendo a las características de nuestro personaje, algunas reportarán más ventajas que otras.
Las Cofradías, en primer lugar, ofrecen a los jugadores afines un lugar donde reunirse, obtener información o ayuda y, por supuesto, misiones que llevar a cabo. Estas últimas son importantes no sólo porque son una valiosa fuente de experiencia (y en algunos casos, de buenas o excelentes recompensas), sino también porque nos permitirán ir adquiriendo el prestigio necesario para ascender por la jerarquía de nuestra sociedad. Esto es muy importante, porque cada Cofradía funciona como centro político, militar, económico y religioso de la ciudad en la que se encuentra. Lo que significa que aquel personaje que sea capaz de encumbrarse en lo más alto de su escalafón, obtendrá inmediatamente el poder sobre los territorios y recursos bajo su influencia. Nosotros mismos podemos trabajar para aumentar aún más ese dominio, hasta el punto de tener bajo control a toda una región, o incluso a todo un reino.
Ya sea como líder de alguna Cofradía, o como ciudadano con el suficiente dinero o influencia, podremos contratar los servicios de un arquitecto para ampliar nuestra ciudad. Como si de un juego de estrategia en tiempo real se tratase, podremos construir muchos tipos de edificios en respuesta a nuestras necesidades, desde centros comerciales a iglesias, pasando por herrerías, tabernas o acuartelamientos.
Pero esos edificios ni se construyen ni se gestionan solos. Deberemos encargarnos de contratar obreros para levantar sus muros, y luego al personal especializado para gestionarlos. Preocupándonos, claro está, de hacerles llegar puntualmente sus salarios. Dentro del personal contractable se incluyen también mercenarios y soldados, a los que podremos dirigir a la batalla si nuestro personaje tiene las aptitudes necesarias para ello.
Aún faltan por aclarar numerosos detalles sobre la interfaz, o sobre el modo en que ciertos aspectos del juego, como la construcción de edificios o la dirección de los ejércitos a la batalla, van a concretarse. Wolfpack está manteniendo un hermético silencio sobre estos y otros detalles técnicos, ya que aún se está trabajando en las pruebas de la versión Beta (en concreto, de la segunda versión. El beta-testing empezó el pasado 21 de Mayo). Los propios desarrolladores reiteran que aún hay muchas cosas susceptibles de sufrir cambios o incluso una transformación total, de ahí que prefiera mantenerse silencio. Pero estoy en condiciones de apostar de que si el producto final refleja tan sólo una tercera parte del mimo y la imaginación derrochadas en los detalles del mundo y de los personajes, puestos a disposición del público en la página oficial del juego, nos encontramos ante un grandioso lanzamiento. No quiero ni imaginarme en qué puede convertirse Shadowbane si, efectivamente, se cumplen todas las expectativas. ¿En algo así como Doom o el Quake de los juegos de rol online, tal vez?
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